DemocraciaGente y SociedadPeriodismoPolítica

Periscopio Chile: La televisión pública chilena no puede desaparecer… No se vende, se defiende

 

Como ex Secretaria Nacional del Colegio de Periodistas de Chile no puedo dejar de manifestar mi profundo dolor al ver la noticia sobre lo que se vislumbra como una posible privatización de la televisión pública. Esta semana se dio a conocer que Televisión Nacional de Chile, TVN, ordenó a Colliers International iniciar un proceso de licitación para vender el emblemático edificio del canal ubicado en la calle Bellavista #0990.

Con esta mala noticia, que de hecho fue una filtración, se encendieron las alarmas sobre la dimensión de la crisis financiera que vive la estación televisiva hace años, y se alertó de una posible privatización de TVN, la única estación de televisión pública en Chile, que cuenta con un modelo único en el mundo, ya que se financia por el mercado publicitario, pero tiene obligaciones de servicio público.

Se teme a que pueda pasar lo mismo que sucedió con el diario La Nación que, en el primer gobierno de Sebastián Piñera, se vendió. El año 2012 la junta de accionistas del periódico decidió cerrarlo definitivamente y liquidar todos los bienes, tras 95 años de funcionamiento.

Los sindicatos números 1, 2 y 3 de trabajadores de Televisión Nacional de Chile, TVN, manifestaron su total rechazo a la eventual venta del edificio corporativo que alberga las instalaciones de la señal pública.

En una declaración pública en conjunto expresaron que: “la venta total y posterior arriendo  es un negocio que solo beneficiará al inversor. Terminaremos pagando el préstamo de quién nos compró. ¿Por qué entonces TVN no asume ese mismo negocio y arrienda las dependencias subutilizadas? Quien compre las instalaciones va a hacer un negocio que podemos hacer nosotros mismos”.

Los trabajadores agrupados en los sindicatos recordaron que: “Bellavista 0990 es un edificio emblemático, que representa el desarrollo y auge de la televisión pública. Fue construido con recursos propios, generados a partir del aporte de sus trabajadores que ayudaron a recuperar la credibilidad del canal después de la dictadura, y a levantar una programación atractiva para los chilenos, que nos premiaron con su sintonía”.

Y la declaración pública de los tres sindicatos de Televisión Nacional agrega que: “malas administraciones, disputas políticas y el cambio en la industria, provocaron un grave deterioro de la audiencia y el estado financiero de TVN. Esto tuvo como consecuencia directa el despido de cientos y cientos de trabajadores”.

En ese sentido, hicieron un fuerte y enérgico llamado al Congreso para resolver el financiamiento de TVN, además de generar “una estructura que sea capaz de hacer cumplir la misión que le confiere la ley: ‘Reflejar a Chile en toda su diversidad, contribuir a fortalecer su identidad nacional, y conectar a los chilenos en todo momento y lugar”.

“Iniciativas como TV Educa Chile dan cuenta de esa misión y refleja lo que somos capaces de hacer. La TV pública tiene un rol que cumplir y es hoy más necesaria que nunca”, aclararon los trabajadores de los sindicatos 1, 2 y 3 de TVN.

La televisión pública fue creada el 31 de enero de 1969, bajo la presidencia del demócrata cristiano Eduardo Frei Montalva. El objetivo de TVN, está plasmado en la Ley N 17.377 del 24 de octubre de 1970, un medio de comunicación público, independiente de los intereses del gobierno de turno.

En dictadura, a finales de la década de los ‘80 desde el Colegio de Periodistas de Chile y otras instancias dieron la pelea para que TVN no se privatizara. Después de la larga dictadura, Televisión Nacional a través de muchos esfuerzos logró ser un medio amplio y plural. Como indican sus trabajadores, permitió: “reflejar a Chile en toda su diversidad, contribuir a fortalecer su identidad nacional, y conectar a los chilenos”.

 

 

 

 

Esto se generó con un modelo de televisión pública muy distinto a lo que otros países tienen, ya que debe autofinanciarse; en ese sentido, el Estado no les entrega ni un solo peso para su financiamiento. Con ese tremendo desafío, lideró por años el rating, aumentó  su patrimonio, amplió sus instalaciones y avanzó en desarrollo tecnológico.

El edificio corporativo se inició el año 2000. Fue inaugurado en dos etapas en el año 2002 y luego el 2005. En los últimos ocho años, TVN ha tenido que afrontar una dura competencia de canales privados, no ha tenido apoyo del Estado, a pesar que es su verdadero dueño, amenazado con una nueva ley que duerme en el congreso, con un cambio en la TV debido a la TV digital, con malas administraciones, con pérdidas millonarias, olas de despidos y eliminaciones de áreas completas, permanente cuoteo político, con un directorio nombrado por el presidente de la república que no representa a la sociedad en su conjunto, etc etc.. y así, suma y sigue.

Sin duda, lo que ha sucedido en materia de gestión administrativa y financiera debe ser investigado por el parlamento. Pero hoy, es el momento de defender a TVN, de generar sinergia para que la televisión pública no desaparezca, gritar enérgicamente que se está licitando en plena pandemia, donde el foco hoy está puesto en salvar vidas y dar de comer a la gente que no tiene literalmente como “parar la olla”.

El Colegio de Periodistas de Chile a través de una declaración pública, rechazó la intención del Directorio de Televisión Nacional de Chile de enajenar, al mejor postor, las instalaciones de la institución. “Vender los activos de una empresa patrimonio de todos los chilenos, con instalaciones en prácticamente todo el país, para solucionar la mala gestión de distintos directorios, ente legalmente responsable del desarrollo de la institución, es tomar el camino corto”.

“Este intento de solución sólo aumentará la ya grosera concentración de la propiedad de los medios de comunicación de nuestro país, profundizando aún más el sesgo editorial y las limitaciones en el acceso a la información de gran parte de la población”, señala la declaración pública del Colegio de Periodistas de Chile.

La televisión abierta es el principal medio por el cual se informan los chilenos y chilenas, sobre todo en tiempos de pandemia, catástrofes, terremotos o de noticias que importan al pueblo chileno. Y esto se ha evidenciado con el estallido social y ahora con el Covid – 19, así lo demuestran las encuestas y estudios del Consejo Nacional de Televisión de Chile, CNTV.

No cabe la menor duda de que es el momento de transformar a TVN en una real televisión pública, que como mínimo un canal estatal debería tener asegurado, al menos, una parte de su financiamiento, lo que estaba garantizado en la ley de 1970. Además, de garantizar la existencia de TVN, con un proyecto pluralista, es parte del derecho a la comunicación y a la información de quienes integramos una sociedad, derecho que por cierto debiese estar garantizado en la nueva constitución.

En ese sentido, este derecho humano a la comunicación, debiese ser algo urgente, precisamente porque estos hechos nos demuestran una vez más que es imprescindible, ya que evidencia la falta de pluralismo y la baja calidad en los medios de comunicación controlados por grupos económicos, que tienen un fuerte control en lo que vemos en la pantalla.

Es nuestro deber salir a defender la televisión pública. El canal de todos. No permitamos que hagan lo mismo que han hecho con otras empresas públicas del Estado. Chile necesita y se la debemos a millones de chilenos y chilenas una televisión pública, educativa, cultural, pluralista y financiada íntegramente por el Estado, que asegure la diversidad de voces y de miradas, que represente a la sociedad y a los diversos territorios, que sea inclusiva, transparente y equitativa… porque tenemos en juego una vez más la democracia….. así de simple…porque necesitamos una televisión pública que no desaparezca, al contrario; TVN no se vende, se defiende.

 

 

Botón volver arriba