Periscopio Chile: No hubo agua en la piscina: Oposición no logra pacto electoral para primarias de gobernadores y municipales…unidad, unidad y más unidad
Contando los minutos para el plazo impuesto por el Servicio Electoral, Servel, finalmente los conglomerados conformados por los partidos de la ex Nueva mayoría, el Frente Amplio y los comunistas, inscribieron primarias por su cuenta, sin llegar a un acuerdo de toda la oposición de centroizquierda donde se les exigió a gritos unidad, unidad, y más unidad. La única condición que se necesitaba era primarias abiertas, sin blindaje, sin exclusión y sin condiciones, y que los votantes decidieran. En cambio, los partidos del oficialismo, la derecha chilena, se unieron e inscribieron primarias de todos los partidos del bloque denominado Chile Vamos.
Una vez más, lamentablemente, el Frente Amplio, conformado por partidos y movimientos políticos de izquierda, liberales e igualitarios; y el partido Comunista, no estuvieron disponibles y no estuvieron a la “altura” para llegar a la tan anhelada unidad de la oposición de centroizquierda, y se negaron a inscribir primarias para las elecciones de gobernadores, alcaldes y concejales.
Nunca se había llegado al cierre de la inscripción con tan poca certeza y tanta improvisación. Sin duda, es difícil de entender el actuar y el proceso de negociación de la centroizquierda chilena, pero una cosa está bastante clara: que para ganarle a la derecha en las próximas elecciones se requiere de unidad, unidad y más unidad en la oposición.
No había que tener excusas, ni dudas, mucho menos cambiar de opinión a último momento, restarse, enojarse, exigir estándares, ya que mientras que se negociaba a último momento para llegar a un acuerdo, otros inscribían primarias en secreto en el servicio electoral. No estar disponibles para suscribir un entendimiento que para la ciudadanía era evidente y claro: primarias en todas partes, en todos los rincones, primarias de cara a la ciudadanía, que el pueblo decida quién será el representante de la centroizquierda en su territorio. Parece simple, pero en una negociación donde hay tantos partidos y tanta diversidad, nadie sale contento y nadie saca cuentas alegres, lo que si deberán asumir es su responsabilidad con el país, que requiere imperiosamente que el próximo gobierno sea de centroizquierda.
Para el secretario general de la Democracia Cristiana, DC, David Morales, quien estuvo en las negociaciones, está claro el diagnóstico: “hemos fracasado en las negociaciones, cada uno tendrá que hacer su mea culpa; desde la DC desde hace más de un año estamos planteando que la única forma de resolver los problemas de la oposición desde el punto de vista electoral es con primarias de cara a la ciudadanía….Habíamos fuerzas políticas disponibles para competir en todo Chile, sin ningún tipo de blindaje, y sin letra chica, y eso es hablarle de cara a la ciudadanía (…) Esperamos de verdad que esta situación compleja que hoy tenemos nos lleve a reflexionar a todos”.
Todavía no podemos hablar de la destrucción o quiebre de la centroizquierda chilena, debido a que la política es cambiante. Sin duda, la ex Concertación, que gobernó 20 años consecutivos fue el conglomerado de partidos políticos más exitoso en la historia de Chile, y se reinventó en el segundo gobierno de Michelle Bachelet, con la Nueva Mayoría, sumando a los comunistas. ¿Qué pasó entonces? El problema surgió cuando nació un grupo más de izquierda que los Comunistas; el Frente Amplio, algo parecido a Podemos en España, que al igual que Podemos nace en las calles y en las protestas estudiantiles del año 2011. Y el 2017 se negó a darle el apoyo al candidato de la centroizquierda Alejandro Guillier en segunda vuelta, regalándole el gobierno a la derecha, y este 2020, se niegan a primarias, querían candidaturas protegidas, pidiendo “blindajes”, y pareciera que nuevamente están pavimentando el camino a la derecha.
Entre dimes y diretes, lo que queda claro es que estamos frente a un sistema de partidos en crisis, seguramente lo viejo debe morir para que nazca lo nuevo, sin duda son los rezagos del sistema binominal y de la vieja política y de las malas prácticas que nuevamente salieron a la luz en esta negociación de la mano de una fuerza nueva de los que predican que hay que erradicar esa política. Pero es una oportunidad para proponer un nuevo pacto de toda la centroizquierda para ganarle a la derecha en las elecciones presidenciales del próximo año. Y para eso, hay que tener memoria, durante el gobierno de Salvador Allende la izquierda discutía quiénes eran más revolucionarios o democráticos, mientras la derecha preparaba el golpe militar.
¿Cómo hacerles entender que hoy más que nunca necesitamos la unidad? En los próximos meses Chile se juega el país que queremos construir en las próximas décadas. Es de esperar, ya que es de sentido común, que exista suficiente claridad y conciencia de aquello, lograr avanzar hacia una mejor y más democracia y la anhelada justicia social, es el llamado post estallido social del pasado 18 de octubre.
Es una gran oportunidad; ojalá que de esto se saquen lecciones, de este error que pasará a la historia, que se asuman responsabilidades, ya que la irresponsabilidad política, esta vez, fue en su máxima expresión, ojalá y no sea tarde… queremos unidad, unidad y más unidad por los millones de chilenos y chilenas en las calles, por el elevado número de violaciones de derechos humanos en manos de carabineros y militares en Chile desde el 18 de octubre, y por el mal gobierno, que tenemos que ha sido calificado como el peor gobierno de la historia, que su único legado son los más de 17 mil muertos por el Covid.