Peronismo 14 – La Cámpora 0
Así terminó el partido justicialista si lo quisiéramos resumir con lógica futbolera y resultadista. Peronismo 14, La Cámpora 0. La elección de la Junta Electoral por parte del Congreso partidario terminó demostrando con toda contundencia el nivel de rechazo que los muchachos camporistas han cosechado dentro del peronismo realmente existente, es decir los que tienen que administrar territorio como los gobernadores e intendentes y los que se ganaron su representatividad en las urnas como los legisladores.
Los soldados de Cristina estaban casi en un corralito, aislados, al fondo del estadio. Les ofrecieron un solo cargo en la junta electoral que tiene 14 lugares. Era casi una falta de respeto, una forma de mojarles la oreja como venganza a tantas humillaciones y maltratos. Pero los teledirigidos desde Santa Cruz por Cristina y Máximo resolvieron no aceptar ese lugar. Era reconocer demasiado su debilidad. Por eso le digo que el resultado fue peronismo 14, La Cámpora 0.
En realidad esa pelea mínima fue una de las formas en las que se expresó la grieta que se instaló adentro del Frente para la Victoria. Hay una grieta en la sociedad entre K y anti K. Pero desde ayer hay otra grieta entre los peronistas ortodoxos o los más tradicionales y los cristinistas más extremos y dogmáticos. Pero esa no fue la única expresión de esa división que crece a pasos agigantados. Oscar Parrilli y Héctor Recalde, los títeres de Cristina, quisieron sacar patente de guapos antimperialistas y plantearon con vehemencia chavista que la contradicción fundamental hoy es “Patria o Buitres” y que Macri es “un conservador y entreguista”. Propusieron, para ponerle un árbol en la rueda al actual gobierno, que no se apruebe la derogación de la ley cerrojo y otras normas que necesita Macri para cerrar de una vez por todas, esa nefasta pelea contra la voracidad, la codicia y el salvajismo sin límites de los fondos Buitres. Es decir que Axel Kicillof y sus amigos del adjetivo fácil y la mala praxis, rompieron todos los platos y ahora ni siquiera quieren que Macri pague la cuenta de la fiesta. Hicieron un desastre pero no se conforman con eso. No quieren que nadie lo arregle. Y a eso le llaman patria. A estar afuera del mundo y al lado de Venezuela. A que nos presten dinero a tasas altísimas cuando Evo Morales recibe créditos al 4% y dialoga con el Fondo sin bajarse los pantalones.
Les salió al cruce Miguel Angel Pichetto en representación de los peronistas históricos. Y les dijo que ellos van a ayudar a darle gobernabilidad al oficialismo y que son una oposición responsable sin fanatismos ni ánimos golpistas. Algunos pibes no tan pibes lo silbaron y el los sacudió con un sablazo intelectual y con un tiro por elevación a Cristina. Dijo que “se acabaron los documentos que venían de arriba con las instrucciones de lo que teníamos que hacer”. Todos entendieron la referencia al congreso pasado cuando Carlos Zannini, alias el paje, en nombre de la reina Cristina, trajo el texto cocinado y se los hizo firmar a todos sin que pudieran casi leerlo. La chupada de medias a Cristina en ese texto redactado por ella misma fue colosal. Se autodefinía como “una adalid de la lucha por la igualdad”. Mirá vos. Una mezcla de Evita, La Pasionaria y Juana Azurduy. Pero millonaria y corrupta.
Lo bueno es que van quedando muy clara las posiciones de ambos bandos. Los que tienen que gobernar sus distritos son prudentes, racionales y no quieren patear el tablero porque la crisis los llevaría puestos a ellos también.
Y los que no representan a nadie y se ganaron todos los lugares gracias al dedazo de Cristina y a la genuflexión verticalista de sus actitudes. Ellos, solo quieren que vuelva Cristina y que Macri huya en el helicóptero. Ese es su sueño destituyente. Dicen que lo hacen por el bien de la patria pero en realidad es para conservar sus cajas de dinero, sus quintitas y sus módicos puestos porque si no es con Cristina no tienen otra forma de conseguirlos.
Si Cristina no juega ellos quedan afuera de todo. Son muy pocos los que supieron aprovechar las montañas de dólares que recibieron para construir legitimidad en alguna intendencia. La mayoría a imagen y semejanza de su jefe, el comandante Máximo, no ganaron una elección de centro de estudiante ni la conducción de gremio, se dedicaron al poroteo palaciego y se olvidaron de la gente y de la política más sana que es transformar la realidad de los más pobres y acompañarlos todo el tiempo en esa experiencia.
Ellos malgastaron su tiempo en grandes concentraciones para aplaudir “a la adalid de la igualdad” y para votar en forma obsecuente todo lo que les mandaba Cristina.
Son muy pocos los dirigentes de La Cámpora que dirigen a alguien. Esos van a lograr mantenerse en lugares expectantes y van a conseguir el respeto de sus pares. Pero el resto sabe que si Cristina los puso, es Cristina la que los tiene que mantener. Y los peronistas no los quieren. Sufrieron la soberbia y el manejo arbitrario del dinero de estos chicos casi sin experiencia. Están en franco repliegue en todos lados. José Ottavis, presidente del bloque de diputados de Buenos Aires está haciendo fuerza pero en el Frente para la Victoria Xipolitakis. Por eso debe soportar en silencio los ataques feroces y discriminadores de Luis D’Elia que lo acusó de ser un “pelotudo comegato y mariscal de la derrota”. El valiente piquetero vocero de Irán no se atreve a decir que Cristina, Scioli o Aníbal Fernández fueron los que los condujeron a la peor derrota de la historia. Por eso se la agarra con el mas chiquitito.
Máximo pobre, como si fuera Patricia Bullrich, firmó una solicitada con su tía y gobernadora y otros parientes funcionarios, contra los trabajadores de ATE en Santa Cruz. Los acusan de violentos porque reclaman por los 370 despidos que hizo la tía Alicia y de paso llamaron a la Gendarmería por si hay que pegar palos pero eso sí, sin criminalizar la protesta.
La banda del Cuervo Larroque, trató de traidor y cagón a Diego Bossio quien hasta hace 5 minutos era una de las mejores esperanzas de Crispasión, como le decían antes. Ahora Cristina está refugiada cuidando a sus nietos y vigilando que la causa Hotesur no la lleve a la cárcel como vaticinó Jorge Lanata. Cambia todo cambia. Lo dijimos muchas veces. En la cancha se ven los pingos. En el llano se ve las diferencias entre la militancia. La que es sana y es capaz de jugarse por una idea y los que solo buscan dinero fácil y la figuración Es verdad que se llevaron mucho dinero y que no van a tener problemas económicos aunque deban resignarse a perder espacios. También aparecen muchos oportunistas que no decían una palabra con Cristina en el poder y que ahora hacen leña del árbol caído. Son los que dicen: “juguemos en el bosque mientras Cristina no está “. Otro juego infantil que jugó con todos los argentinos.