Ciencia y TecnologíaGente y Sociedad

Piratería Biológica

Transhumanismo: ciencia ficción que se hace realidad

Breve y exitoso camino ha recorrido el biohacking –o piratería biológica- desde sus inicios en 2008, en un concurso de biología sintética organizado por el MIT de Boston para que los estudiantes jugasen al bricolaje con componentes genéticos, cuando uno de los competidores captó la imposibilidad de realizarlo fuera del ámbito universitario y decidió construir su propio instrumental.

Así, entonces, nacieron laboratorios autónomos como Genspace en Nueva York,Biocurious en San Francisco y Bio-Biohacking en Vancouver.

Genspace en Nueva York

Qué sentido tendría endeudarse para examinar el ADN de un producto si un mismo trabajo de similar calidad costaba un puñado de dólares en laboratorios operados con equipos de segunda mano o fagocitados de otros para instalar magníficas empresas de coworking comunitario y colaborativo de amplio acceso, equivalentes a la investigación científica lo que los piratas al diseño y los hackers a la informática. Sobre todo porque no se trataba de una actividad criminal sino de institutos de contracultura, como el parisino La Paillase; su socio austríaco, el Open Lab, o el Hackuarium suizo instalado provisionalmente en un garaje de Lausanne, que funcionaban en absoluta armonía con el ordenamiento legal.

El biohacking –precisa Wikipedia– se identificaba en gran medida con los conceptos de transhumanismo, es decir la creencia en que es posible y deseable alterar fundamentalmente nuestra condición con la tecnología para engendrar un ser post-humano superior, y el biopunk,que demanda libre acceso a la información genética y proclama el potencial liberador de un desarrollo tecnológico auténticamente democrático.

Uno de sus logros iniciales fue secuenciar el genoma de una tinta biológica auto-cultivable, a partir de una bacteria conocida después de decenios por producir un pigmento azul sin que nadie se hubiese interesado por su color.

Pura juventud en el Vancouver Bio – Biohacking original

Desde entonces, en respuesta a un marco institucional de castrante rigidez, han brotado como hongos muchas empresas híbridas que acortaron la distancia entre el conocimiento y el hombre común, desacralizando una actividad confiscada por un círculo burocrático con objetivos no siempre transparentes.

Y siguieron muchas otras invenciones, estimuladas por la contradicción esencial entre una sociedad del bienestar y un perfil biológico inadecuado que nos hace altamente vulnerables, cuya manifestación más evidente son el stress cotidiano y su secuela de achaques psicosomáticos, que sugerirían retomar el ritmo de nuestros abuelos cavernícolas.

Mediante el sueño, básicamente,la operación clave de todos nuestros procesos vitales, porque como Axel Munthe escribió alguna vez el hombre puede vivir sin esperanza, resistir las peores penalidades e incluso soportarse a sí mismo, pero no puede pasarse del descanso reparador a riesgo de enloquecer; con ejercicio y entrenamiento para conservar la resistencia ósea y fortalecer el sistema inmunitario, un régimen de frutas y verduras con prescindencia del azúcar y menos alcohol y alimentos procesados, y el ayuno que facilita la eliminación de las células deterioradas.

Biocurious

Mucha luz, por supuesto, es fundamental para la producción de serotonina, la hormona de la felicidad, y sobre todo el contacto con la naturaleza, como en los baños de bosque y el disfrute de la sauna para desintoxicar el cuerpo y blindar el sistema cardiovascular.

En breve, el biohacking consiste en modificar nuestras funciones mediante tecnologías cibernéticas y bioquímicas, con la implantación de prótesis que mejoran la visión y la audición, con herramientas como los implantes magnéticos en la punta de los dedos o las tecnologías informáticas portátiles de diez firmas que ahora liderizanel sector a escala mundial: Apple, Thync Global, Synbiota, TrackMyStack, Fitbit, ODIN, Grindhouse Wetware, Thriveport,  Muse y Moodmetric.

Y confirman la fortuna del concepto, a pesar de las advertencias de la OMS y la Agencia Federal de Alimentación estadounidense sobre los riesgos que traería aparejado el uso de ciertas prácticas que eluden la normativa oficial, demostrada en un reciente informe que valoraba su mercado global en 18.5 millardos de dólares y su duplicación a la vuelta de cinco años, con un crecimiento anual de 10.5% y una vasta red de seguidores en las redes sociales.

Varsovia, agosto de 2025

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba