Población venezolana en Uruguay creció 31% en los últimos 6 meses
Aunque el ingreso de migrantes marcó un récord en los últimos meses, la cifra sigue siendo muy baja en comparación con el resto de la región
Tras la apertura de las fronteras en Uruguay, el pasado primero de noviembre, el ingreso de venezolanos en ese país creció 31%, de acuerdo con de la Dirección Nacional de Migraciones consignadas por la Plataforma R4V, liderada por la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y Acnur.
La organización aclaró que la cifra no incluye a los solicitantes de refugio y a los refugiados.
El medio uruguayo Montevideo Portal sostiene que, durante el cierre de las fronteras del país por causa de la pandemia por covid-19 –desde marzo de 2020–, podían entrar extranjeros a Uruguay solamente por razones humanitarias. Sin embargo, registros manejados por los organismos internacionales con base en cifras publicadas por la Dirección Nacional de Migraciones señalan que el ingreso de migrantes al país no se detuvo y se disparó con la apertura de fronteras.
Referentes de la asistencia al migrante en el país indican que los venezolanos que llegan a Uruguay no salen desde Venezuela directamente, sino que «remigran» desde otros países vecinos donde vivían y trabajaban.
La jefa de la misión de la OIM en Uruguay, Tanja Pacífico, dijo en entrevista con Montevideo Portal que durante la pandemia los ingresos de personas migrantes bajaron en general.
«También bajó la diversidad de nacionalidades que llegaban antes porque, a raíz del cierre de fronteras y el decreto [presidencial de 2020], solo podían entrar algunas nacionalidades con base en la excepción por razones humanitarias. Entonces ahora lo que vemos es que Uruguay es el país donde, en porcentaje, está el crecimiento más alto del Cono Sur de personas [de nacionalidad venezolana] que están llegando en comparación con antes de la pandemia”, explicó Pacífico.
El aumento récord de ingresos de migrantes generó en Uruguay una situación inédita en el país porque, según la jefa regional del cuerpo de Naciones Unidas, había departamentos que no estaban acostumbrados a ese flujo migratorio.
«Aunque la mayoría se encuentra en la capital y alrededor de la capital, el flujo migratorio ha atravesado departamentos en los cuales, históricamente, no había flujo migratorio; no de esta forma”, señaló. «Todo esto era muy nuevo y aún no es que estos departamentos cuenten siempre con las herramientas, y con herramientas quiero decir: supongamos que llegue un grupo grande de personas y que todos testeen positivo (en covid), no hay necesariamente un espacio donde un grupo grande pueda quedarse en cuarentena», explicó.
Montevideo Portal sostiene que los cambios en el panorama migratorio regional –en cuanto a las políticas de ingreso de cada país y la xenofobia contra venezolanos–, sumados a la situación socioeconómica que dejó la pandemia y afectó fuertemente a países como Perú, Ecuador, Chile o Colombia, han obligado a miles de personas extranjeras en esos países a migrar nuevamente hacia países más amables a escala social y legislativa, aunque se encuentran más lejos de las rutas migratorias regulares.
Pacífico recordó que, en cuanto a los números, respecto a Uruguay no se trata de nada masivo. «Claramente, los números absolutos que llegan a Uruguay son muy bajos, pero inclusive en porcentajes sigue siendo un número manejable de personas. De todas formas, sí es un flujo mayor [de migrantes] a lo que estaba acostumbrado el país hasta hace seis años. Por suerte están todas las herramientas y la capacidad de responder a este flujo; no hay nada que se escape de las manos, que no se pueda hacer».
Aunque el ingreso de migrantes marcó un récord en los últimos meses, la cifra sigue siendo muy baja en comparación con el resto de la región, según Pacífico.
«Uruguay en realidad necesita migración, así que le viene muy bien este flujo migratorio y capaz sería bueno que fuera más», agregó la jefa de la misión de la OIM en ese país.
Más rutas peligrosas para llegar al sur
Desde que se aprobó y aplicó, en marzo de 2022, un cambio en la política migratoria en Chile, aumentaron las dificultades para que migrantes venezolanos puedan radicarse en ese país, donde ya residen unos 448.000 venezolanos.
La nueva política, implementada por el gobierno del expresidente Sebastián Piñera y aplicada por la administración de Gabriel Boric, se basa en una devolución en caliente a migrantes que cruzan la frontera por pasos irregulares, principalmente a través del desierto entre Bolivia y Chile. Esto ha generado que el flujo migratorio se dirija hacia otros países, más alejados de la costa del Pacífico del continente, a menudo a través de rutas peligrosas como lo es la selva del Darién, entre Panamá y Colombia, o incluso en el Chaco paraguayo, entre Bolivia y Paraguay.
«Estos fenómenos se repiten en muchísimas zonas del mundo cuando no hay un acceso regular o cuando la persona piensa que no hay un acceso regular», manifestó la funcionaria.