Poetas y narradores al paredón
Stalin detuvo a 2 mil, ejecutó a la mayoría, y les confiscó su creación. Los libros que relatan esta historia, escritos tras la apertura de los archivos, llegan por primera vez a Uruguay.
Era un secreto a voces, hasta que cae la Unión Soviética. El escritor y poeta Vitali Shentalinski (Siberia, 1939) decidió emprender el largo camino para saber qué sucedió, y sobre todo, encontrar los miles de manuscritos inéditos que la policía secreta de Stalin había confiscado. Era entrar en el corazón más oscuro del legado soviético. Tras sortear numerosas trabas burocráticas comenzaron a aparecer ante sus ojos miles de actas de interrogatorios, fotos, cartas, poemas, manuscritos, denuncias anónimas. Sobre los presos, deportados y desaparecidos, pero también sobre otros miles de escritores, poetas y artistas rusos que estaban fichados y bajo vigilancia. El conjunto resume el episodio más escalofriante y vergonzoso que vivió la literatura del siglo XX, con nuevos hallazgos sobre figuras como Isaak Bábel, Mijail Bulgákov, Gorki y V. Meyerhold, entre muchos otros.
Shentalinski publicó los hallazgos en tres tomos, que en español editó la española Galaxia Gutenberg, en 2006 y 2007. La distribución de ese sello editorial en Uruguay carecía entonces de regularidad. Los libros podían demorar, pero la historia no. La editorial envió desde Barcelona a El País Cultural ejemplares de prensa.
Con el título «Los manuscritos no arden» Virginia Martínez contó la historia y reseñó los libros en la tapa del Cultural No. 973, del 4 de julio de 2008 (se adjunta el pdf del artículo). Los libros nunca llegaron. Hasta hoy, nueve años más tarde. Esta demora merecería una reflexión sobre las asimetrías, caprichos y disfunciones del sistema de distribución del libro en Hispanoamérica, de la cantidad de obras notables que circulan pero no llegan (hecho subsanado en parte con el ebook), pero no viene al caso. Lo importante es que los dos primeros títulos de la trilogía están en librerías.
Esclavos de la libertad desarrolla en varios capítulos la odisea de Bábel, Bulgákov, Pável, Florenski, Maldelshtam, Gorki y Platónov, sus interrogatorios, tortura o ejecución. Otros capítulos abordan el tema de la delación como género (con subtítulos sugestivos como «Escritores de delaciones»), cómo funcionaba la NKVD con estos prisioneros especiales (era la antecesora de la KGB), o el clima dentro de la Lubianka (la prisión en el centro de Moscú donde todo ocurrió). Abre con un capítulo vibrante a modo de crónica donde Shentalinski relata las dificultades que enfrentó para llegar a los expedientes. Y lo desgarrador: la reproducción de numerosas fotos de los expedientes, tomadas a los poetas y escritores, antes de ser ejecutados en los mismos sótanos de la prisión.
Denuncia contra Sócrates expone otros procesos y expedientes, casos trágicos y curiosos, más datos sobre el calvario de Mijaíl Bulgákov o sobre la separación que sufrió la familia de la poeta Marina Tsvietáieva. O el denodado esfuerzo de las autoridades por borrar todo vestigio de Tolstoi, su obra y de los partidarios de su doctrina conocidos como tolstovtsi. El autor de Guerra y paz y Anna Karenina había fallecido en 1910, pero supo estar de forma póstuma en los pasillos de la Lubianka.
ESCLAVOS DE LA LIBERTAD, Los archivos literarios del KGB yDENUNCIA CONTRA SÓCRATES, Nuevos descubrimientos en los archivos literarios del KGB, de Vitali Shentalinski. Galaxia Gutenberg, 2006. Barcelona, 556 y 516 págs. Distribuye Océano.
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