Polillas
Sánchez anda en fase de bombilla fundida y Podemos naufraga en sus propias tinieblas
Surcando una carretera que nos conducía hacia el norte, por estas fechas, hace no sé cuántos años, en mitad de un páramo desolado de escarcha y niebla, emergió un edificio pletórico de multicolores neones relampagueantes presidido por un rótulo inolvidable. ‘Falcon Crest’, se llamaba la mole y por el tufo que manaba de la cantarina arquitectura no resultaba difícil adivinar su condición de lupanar. Como entre nuestras inquietudes de juventud engolfada ese palo nos desagradaba, al no traspasar ese umbral jamás averiguamos si el interior imitaba los casoplones de la famosa serie.
Pero aquel alarde de brillos, aquel infernal fulgor de neón, reconozco que hipnotizaba, atrapaba, seducía como el canto de las sirenas a los marineros que regresaban a su Ítaca. Entendí, pues, (uno se pasa la vida intentando comprender las merluzada que nos rodean, en fin) que las personas escondemos un extravagante lado de polillas y por eso, en ocasiones, nos dejamos arrastrar por los chispazos luminosos. No lo podemos evitar. Los focos nos deslumbran como a ese conejo que yace estático y acaso infartado al cruzar la senda. Un escaparate que emite destellos, los rayos de la tormenta, el cinematográfico haz de luz vomitado por un faro, el chisporroteo cósmico de la cola de una estrella errante, la linterna que guiaba nuestros pasos una noche de verano en la casa de campo de nuestros tíos… El fogonazo dirige nuestros impulsos porque sólo pudimos evolucionar cuando la fogata de aquellas cavernas impulsó nuestra ambición. Observen el éxito de Vigo vigorizado de luces parpadeando. Sí, a veces nos comportamos como simples polillas y esto se ve muy bien con Sánchez y Podemos. Sánchez les baña con su limosnera luz, les marea, les roba la cartera y ellos se socarran irremisiblemente a su vera. Pero Sánchez anda en fase de bombilla fundida y Podemos naufraga en sus propias tinieblas, por eso España da palos de ciego y los sufridos contribuyentes nos conformamos con alumbrar nuestras existencias mediante recios cirios.