Política y Afectos
Los seres humanos estamos marcados, inevitablemente, por los afectos, y por supuesto la historia de la humanidad no puede ser conocida ni entendida sin la tremenda influencia de la política.
Meterse en este tema es un riesgo, pero también un reto que vale la pena asumir, sobre todo en un país en donde la política está y siempre ha estado metida en el devenir cotidiano de la vida de los ciudadanos, de ese venezolano de a pie, de quien tanto hablan, sobre todo los políticos de profesión, por así decirlo, que no necesariamente los politólogos graduados en tal disciplina.
Y por supuesto, mezclar esto con la psicología, esa disciplina tan seria y estimada por muchos, pero desafortunadamente desconocida en profundidad por la mayoría, no resulta algo simple de plantear, pero trataré de hacerlo sencillo.
Empecemos entonces: Lo que asumo como el centro de atención de la relación entre estos dos aspectos es que la política inevitablemente influencia la vida, en términos generales, y en especial la vida afectiva de los seres humanos, y esta es una afirmación que sin duda le da un gran peso a la política y pone a la defensiva a la vida afectiva de los seres humanos, inevitablemente influenciados y a veces hasta intervenidos, para bien o para mal, por la política.
Cuando hablamos de la vida afectiva de los humanos, asumimos tres planos:
- Las Emociones, 2) Los sentimientos y 3) Los Estados de Ánimo.
Muchos asumen que estos tres planos son lo mismo, pero no es cierto.
Cuando hablamos de Emociones nos referimos a lo más básico, lo que evolutivamente nos marca desde el principio de nuestras vidas y es el remanente primario de nuestra evolución afectiva.
Luego están los Sentimientos. Los Sentimientos son las impresiones que causan, en un plano particularmente espiritual, determinadas cosas o situaciones y a partir de las cuales, es decir, del sentir que estas nos producen internamente, los seres humanos actuamos; nos comportamos en función de eso.
Y en tercer lugar están los Estados de Ánimo. El Estado de Ánimo es el humor o tono sentimental, agradable o desagradable, que se asocia a una idea o a una situación conductual y se mantiene durante cierto tiempo. Es un estado, una forma de estar o permanecer, que expresa matices afectivos y cuya duración se puede prolongar o mantener durante horas, días o semanas.
Ahora bien, dada la importancia que tiene la política en nuestras vidas la gran pregunta es ¿qué influencia a qué; la política a la vida afectiva de los seres humanos o viceversa; en realidad estimo que cada una influencia a la otra y que si bien en nuestros días y particularmente en Venezuela, pareciera que la política es la que siempre influencia nuestras vidas y en particular nuestra vida afectiva, lo cierto es que nuestra realidad también puede ser conducida de tal forma que sea nuestra vida afectiva la que nos permita manejar y sortear lo que la política nos ha venido haciendo.
Hace ya algunos años que en el ámbito de la psicología se ha empezado a tener, más que solo conocimiento, un verdadero empuje de aprendizaje y respeto hacia el estudio serio y sistemático de lo que hoy en día conocemos como Resiliencia. Este término, tomado esencialmente de la física y que hace específica referencia a la Resistencia de los Materiales y por supuesto tiene una base que mezcla aspectos químicos y físicos de dichos materiales, se ha tomado, por así decirlo, prestado a dichas ciencias para describir y denominar el fenómeno de la Resiliencia de los seres humanos.
Esa Resiliencia ha sido definida como:
“El proceso de, capacidad para, o resultado de una adaptación exitosa a pesar de circunstancias desafiantes o amenazantes” (Masten, Best, & Garmezy, 1991, p. 425)
“Es la capacidad para y los medios por los cuales un sobreviviente del trauma se adapta a, o enfrenta de un modo positivo, una circunstancia o historia traumática” (Harvey et al., 1997, p. 5)
“La resiliencia habla de una combinación de factores que permiten a un ser humano, afrontar y superar los problemas y adversidades de la vida” (Suárez, 1996, p. 54)
«Es la capacidad de un individuo o de un sistema social de vivir bien y desarrollarse positivamente y de un modo socialmente aceptable, a pesar de condiciones de vida difíciles” (Vanistendael, 1997, p61)
Recuerdo con nostalgia y respeto que nuestros profesores de la materia Psicología de la Personalidad, en tercer año de Psicología en la UCAB, nos hacían estudiar un libro que nos costaba mucho entender; teníamos 18 años y no utilizábamos todo nuestro pensamiento abstracto para estudiar. El libro se llamaba «Existencia», de un autor llamado Rollo May; era sencillamente fascinante, y luego tuve la oportunidad de escucharlo en una charla muy interesante y leer su libro «Love and Will», en donde hacía de alguna manera una cierta introducción a lo que es la Resiliencia, al contar como pudo Víctor Frankl sobrevivir a las torturas físicas y psicológicas en campos de concentración nazis, como Auschwitz y Dachau.
Hoy en día en muchos ámbitos de la psicología la Resiliencia es motivo de estudio y reconocimiento y yo particularmente creo que en estos tiempos nuestros, en los que Venezuela se agobia ante tantas cosas absurdas, injustas y a veces hasta incomprensibles, tenemos que utilizar nuestras capacidades resilientes para superar lo malo que tenemos por delante y resistir, pero sobretodo ejercer la Resiliencia, para que nuestra vida afectiva, a nivel Emocional, Sentimental y de Estado Anímico, nos permita resistir los malos momentos que vivimos, pero sobre todo aprender a encontrar las oportunidades para nuestras vidas, incluso en los obscuros momentos en que se nos hace todo tenebroso y difícil, porque son precisamente los ámbitos propicios para encontrar los factores protectores, de recuperación y de control que se requieren para afianzar esa Resiliencia que tanta falta nos hace aprender, para enfrentar las malas influencias de la deformación de la pseudo política que estamos viviendo en nuestra Venezuela actual.
Tahirí Ramos L.: Lic. en Psicología, UCAB – Maestría de Dinámica de Grupos UCV – Maestría en Desarrollo Organizacional UCAB – Candidata a Dr. En Psicología UCAB.