¿Por qué el castrismo elogia el modelo vietnamita, pero no lo aplica en Cuba?
Debatimos el tema con los expertos Mauricio de Miranda, profesor de la Universidad Javeriana de Cali; Fernando Pedrosa, de la Universidad de Buenos Aires, y Dimas Castellanos, analista e historiador.
¿Por qué el régimen de La Habana elogia las políticas de mercado implementadas por países comunistas como China o Vietnam, pero se niega a aplicarlas en Cuba? A la pregunta respondieron expertos invitados al programa Los Puntos a las Íes, de DIARIO DE CUBA, a propósito de la visita a la Isla del nuevo dictador vietnamita, To Lam.
«Los remanentes de la vieja guardia cubana mantienen una posición dogmática, pero también hay círculos de la nueva generación con intereses de mantener el poder concentrado a toda costa. No dan espacio a la aparición de un sector privado que pueda, en un momento determinado, buscar sus propios espacios políticos», afirmó Mauricio de Miranda, economista y profesor de la Universidad Javeriana de Cali.
Por su parte, Fernando Pedrosa, profesor de la Universidad de Buenos Aires, advirtió que en el caso cubano «no basta con una pequeña apertura», porque «el Doi Moi [proceso de renovación en Vietnam] y el cambio en China fueron profundos en el marco legal y económico».
«Privatizaron las empresas públicas, cambiaron las leyes, fue una apuesta en serio. Resultaron creíbles para el capital, al abrirse al comercio internacional. En este momento, Cuba podría decir ‘abrimos el país, hacemos una zona especial’, pero no va a ser creíble. Ese es el problema. No solamente no lo hacen porque no quieren, sino porque no pueden», explicó el académico argentino.
De Miranda consideró que los dirigentes cubanos «han cometido un error estratégico muy grave» al no emprender la reforma económica, «porque la única manera que tendrían de conservar el poder, como los vietnamitas y chinos, sería precisamente generando bienestar».
«Generando pobreza es muy difícil que puedan mantener el poder. La otra cosa es si eso es conveniente o no. Soy de concepciones democráticas y no creo que un régimen totalitario sea la solución para la convivencia política y social de una sociedad», indicó el académico cubano.
Desde La Habana, el analista e historiador Dimas Castellanos recordó que el sector reformista del partido comunista de Vietnam implantó el Doi Moi en 1986, lo que ha permitido al país ser segundo exportador de café y arroz, y el primero de pimienta.
«Exportan calzado, productos industriales, petróleo, electrónica. Mientras Cuba, anclada en el pasado, transitó de exportadora a importadora de azúcar, y compra café a los vietnamitas, después de haberles enseñado a cosecharlo. Vietnam no es un modelo de democracia, pero al menos es un modelo de eficiencia económica. Cuba no es ni una cosa ni la otra», lamentó Castellanos.
¿Por dónde habría que comenzar si el régimen cubano decidiese implementar el modelo vietnamita?
«Hay que comenzar por todo. En la medida en que se ha retrasado la reforma, no es posible usar los niveles de gradualidad característicos de Vietnam y China. Hay que abordar una reforma integral, que afecte al sistema financiero, al régimen de propiedad y al marco legal. La reforma económica en Cuba no es posible sin una reforma política profunda«, respondió De Miranda.
Pedrosa consideró que, además, «hacen falta una élite y una sociedad convencidas, y todos en un mismo rumbo».
«Una receta para Cuba es muy difícil, porque no tiene nada de eso», advirtió.