¿Por qué no está funcionando el Dicom?
El pasado 9 de marzo de 2016, Miguel Pérez Abad, vicepresidente del Área Económica,anunció un rompecabezas cambiario que, en teoría, garantizaba que las empresas que necesitan dólares para importar materias primas, insumos o productos terminados puedan comprarlos a tiempo, a fin de disminuir la escasez y evitar la paralización de las plantas. Para rubros esenciales como medicinas y alimentos nació el tipo de cambio protegido (Dipro), con una tasa que hasta ahora se mantiene en 10 bolívares por dólar. Para el resto de los sectores vino el tipo de cambio complementario (Dicom), destinado a flotar “según la dinámica económica del país” y a convertirse en una alternativa legal que pulverizaría al mercado negro.
Pero el Dicom no se ha comportado como pronosticó Miguel Pérez Abad. La realidad es que la oferta de divisas es prácticamente inexistente, el retraso en la publicación de normas crea un oscuro vacío legal y el mercado negro goza de buena salud. Sin reformas urgentes que permitan revertir esta tendencia, el Dicom tiene una alta probabilidad de ingresar a la lista de intentos fallidos en materia cambiaria que, hasta ahora, incluye al Sitme, Sicad I, Sicad II y Simadi.
¿Existe el Dicom?
El 9 de marzo de 2016 se publicó en la Gaceta Oficial 40.865 el Convenio Cambiario 35 y el artículo 17 señaló que el Sistema Marginal de Divisas (Simadi) continuaría en funcionamiento hasta tanto fuese sustituido por el Dicom en un plazo máximo de treinta días. Este plazo se venció el 9 de abril y, aún formalmente, las autoridades no han puesto en marcha la nueva estructura.
La normativa del Simadi, contenida en el convenio cambiario 33, contempla un tipo de cambio flotante, no fijo, que es el que ha estado fluctuando diariamente, y el Banco Central de Venezuela lo informa en su página web bajo el enlace: Tipo de cambio de referencia según el artículo 24 del Convenio Cambiario 33 del 10 de febrero de 2015. El artículo 17 del convenio cambiario 35 también establece que esta tasa que fluctúa aplica para el pago de las obligaciones que deben hacerse al “tipo de cambio complementario flotante de mercado”, como es el caso de los servicios aduaneros.
El abogado José Ignacio Hernández explica:
“Lo que dice el convenio 35 en su artículo 17 es que va a haber un nuevo convenio cambiario que regulará al Dicom y que se va a dictar en treinta días. Ese lapso se venció y aún no ha salido esta regulación. Lo segundo es que, mientras sale la regulación, sigue funcionando el mercado establecido en el convenio 33. Además, el convenio 35 señala que para cumplir con las obligaciones que deben hacerse al tipo de cambio complementario, se utiliza como referencia la tasa flotante que contempla el convenio 33”.
¿Las empresas petroleras
pueden vender en el Dicom?
La novedad más importante del Dicom es que permite que Pdvsa y las compañías petroleras extranjeras que operan en el país bajo la modalidad de empresas mixtas, vendan a la tasa flotante una porción de las divisas que obtienen por sus exportaciones, siempre que lo hagan en el marco de la “programación, coordinación y evaluación” de la política cambiaria que realizarán la Vicepresidencia Sectorial de Economía, el Ministerio de Finanzas y el Banco Central.
La ventaja es que, al abrirse esta posibilidad, Pdvsa y sus socios en la Faja del Orinoco pueden inyectar divisas a este mercado y beneficiarse de una tasa muy superior a la que rige para los rubros protegidos. Pero, hasta tanto no entre en funcionamiento el Dicom, en este aspecto sigue vigente el convenio cambiario 32 que sólo le permite a Pdvsa y sus filiales vender a la tasa flotante divisas provenientes de las exportaciones “efectuadas en el marco de Acuerdos de Cooperación Energética”. Algo muy limitado.
José Ignacio Hernández advierte:
“Legalmente (Pdvsa y las empresas petroleras extranjeras) no pueden vender divisas en el Dicom porque no existe. En este momento, Pdvsa sólo podría vender divisas en el Simadi bajo las reglas del convenio cambiario 32. Esta es una de las cosas más criticables de este mercado, que se dictó en medio de grandes anuncios pero lo dejaron a mitad de camino. Mi interpretación muy personal es que no se han podido poner de acuerdo sobre cómo va a funcionar”.
La oferta
A la jungla legal se añade que el petróleo provee 96 de cada 100 dólares que ingresan al país. Por tanto, tras no ahorrar durante los tiempos en que el barril se cotizó a altos precios, endeudarse masivamente y vaciar las reservas en efectivo del Banco Central, el Gobierno se ha quedado sin suficientes divisas para atender al mercado.
Tamara Herrera, directora de Síntesis Financiera, señala:
“En números redondos, Pdvsa recibirá este año 20 mil millones de dólares por sus exportaciones. A este monto hay que restarle las importaciones que realiza para poder producir, que podrían situarse en unos 4 mil millones de dólares. Además, tiene que cancelar deuda, con lo que restarían 13 mil millones de dólares para importaciones no petroleras, considerando que parte de los pagos de deuda se renegocien. Y, de este monto, una cantidad muy importante será para cubrir las importaciones que se harán a la tasa protegida de 10 bolívares por dólar. Si esto es así, la oferta oficial en el Dicom sólo estará, en todo el año, alrededor de mil millones o mil quinientos millones de dólares”.
Al evaluar la posibilidad de que haya oferta privada en el Dicom, Tamara Herrera afirma:
“La oferta privada necesita, aparte de un precio adecuado, condiciones económicas, un marco legal que no sea amenazante, antinegocios. Son demasiadas las barreras legales y de controles, por eso no es atractivo invertir. El otro factor a considerar es que hay una situación recesiva bastante avanzada”.
La probabilidad de que los socios de Pdvsa en la Faja del Orinoco vendan una cantidad importante de divisas es considerada como poco probable por Tamara Herrera:
“En esta condición de parálisis de la industria petrolera, en la que Pdvsa tiene atrasos importantes en el pago a los proveedores, ¿para qué vas a traer muchos dólares? ¿Para colocarlos dónde? Hay una situación que no invita sino que repele la inversión privada, hasta en una industria tan rentable como la petrolera”.
Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, coincide en que la oferta en el Dicom es mínima:
“De acuerdo con nuestros cálculos en enero se liquidaron 16,9 millones de dólares diarios a través del Simadi, básicamente hablamos de oferta proveniente de Pdvsa y empresas petroleras. Luego eso cayó a 6,8 millones en febrero, en marzo a 6,3 millones y en abril a tan solo dos millones. Se ha venido recortando dramáticamente el mercado complementario. Nadie está ofertando, todo el mundo está como a la expectativa. La poca oferta proviene de contratistas del sector público porque una de las maneras que tiene el Gobierno para forzar a vender algo en el Dicom es que, por ejemplo, le paga un millón de dólares a una empresa y la obliga a que, para cubrir sus gastos en bolívares, revenda la mitad en el sistema”.
Asdrúbal Oliveros asegura que, a pesar de las trabas legales en este momento, hay una mínima oferta que proviene de empresas petroleras: “La información que tengo es que parte de la poca oferta que hay en el Dicom proviene de compañías petroleras que previamente obtienen una autorización expresa de Pdvsa”.
La tasa
Si bien no hay una cantidad importante de transacciones y la gran mayoría de las empresas afirma que no ha podido comprar dólares, el bolívar ha sufrido una devaluación meteórica en el Dicom. Entre el 10 de marzo y el 13 de mayo, el precio del dólar registró un salto de 102% desde 206 bolívares hasta 416,6 bolívares. Tamara Herrera aclara: “Con el Dicom ha habido una señal de precio administrada, decidida por el Gobierno, no es por la oferta y la demanda”.
Si en definitiva Pdvsa puede vender una porción importante de sus dólares a esta tasa, obtendría más bolívares y el Banco Central disminuiría la emisión de dinero para financiar gasto público, algo que aliviaría la presión inflacionaria. Por otro lado, el salto en el precio del dólar indica que las empresas que reciban divisas tendrán un aumento relevante en sus costos que impulsará el precio de los productos.
Se desconoce cuál es el criterio que utilizan las autoridades para deslizar la tasa, pero Tamara Herrera explica que el tipo de cambio implícito, es decir, el que resulta de dividir la liquidez entre las reservas internacionales, se ubicará a fin de año entre 700 y 900 bolívares. El tipo de cambio de paridad, que toma en cuenta la inflación de Venezuela y la de sus principales socios comerciales, cerraría 2016 en torno a 600 bolívares por dólar.
Asdrúbal Oliveros explica:
“Creo que van a deslizar la tasa hasta niveles de 600-700 bolívares por dólar y, a partir de allí, probablemente el ritmo de depreciación se torne mucho más lento. El Gobierno busca una tasa que optimice la obtención de bolívares, pero también toma en cuenta el impacto en la inflación. Otro tema es que no está dispuesto a dejar que la tasa del Dicom sea igual a la del dólar paralelo, porque eso sería reconocer que el paralelo es real”.
De acuerdo con Asdrúbal Oliveros, en el gabinete económico hay una lucha de poder que afecta el funcionamiento del Dicom:
“Pérez Abad llegó con la intención de oxigenar un poco al mercado cambiario pero se encontró con el escollo de Nelson Merentes, presidente del Banco Central de Venezuela, y de Rodolfo Marco Torres, ministro de Alimentación, que quieren controlar la entrega de los dólares. Eso también ha perturbado la implementación del Dicom”.
El paralelo
La brecha entre la cantidad de dólares que el Banco Central vende, a través del Dipro y el Dicom, y los que en verdad desean comprar los ciudadanos y las empresas, da origen a un mercado paralelo donde el bolívar ha sufrido una depreciación pavorosa (la ley prohíbe mencionar la tasa), pero que en las últimas semanas ha perdido fuerza.
El enfriamiento del dólar paralelo se explica porque los importadores han disminuido la compra de divisas en virtud de las restricciones que impuso la Ley Orgánica de Precios Justos de noviembre de 2015, que penaliza severamente el uso de este mercado, y por la expectativa de que el Dicom se convierta en una alternativa legal y cierta para comprar dólares.
Sin embargo, en la medida en que el Dicom no se materialice, muy probablemente el tipo de cambio paralelo reanudará el ascenso. Asdrúbal Oliveros indica:
“Creo que el tipo de cambio paralelo va a volver a subir cuando se extienda la percepción de que el Dicom no va a arrancar y cuando el Gobierno comience a incrementar el gasto en el segundo semestre del año, sobre todo si ve una posibilidad real de que haya referendo revocatorio”.
Escasez y recesión
Hasta ahora, la administración de Nicolás Maduro no ha implementado una estrategia que permita obtener financiamiento para disminuir la sequía de divisas e implementar una reforma cambiaria exitosa. Por tanto, todo apunta a que este año el país sufrirá una severa caída de las importaciones que se traducirá en escasez y un número creciente de empresas con líneas de producción paralizadas por falta de materia prima e insumos.
De acuerdo con las proyecciones de Barclays Capital, este año las importaciones se ubicarán en 21 mil 600 millones de dólares, cifra que se traduciría en la más baja desde 2004 y en un desplome de 41,4%, respecto al estimado de 36 mil 900 millones de dólares en 2015.
Las estadísticas oficiales sólo reflejan las importaciones hasta el tercer trimestre de 2015. Pero el estudio realizado por la entidad financiera se basa en números provenientes de los cinco principales socios comerciales del país: Estados Unidos, México, Brasil, Colombia y China. Barclays explica que las exportaciones de estos países a Venezuela en los dos primeros meses de este año registran una caída de 41% respecto al mismo lapso del año pasado.
Bank of America también efectuó un estudio que desnuda un descenso muy importante en las compras al exterior. La entidad financiera realizó el mismo ejercicio que Barclays, anañadiendo a Alemania en la lista de socios comerciales y coincide en que hubo un declive de 41% en las importaciones de los dos primeros meses de este año. Sin embargo, lo más llamativo es que, de acuerdo con esta tendencia, entre 2012-2016, las importaciones sufrirán una contracción de 60% que implicaría la crisis más severa desde 1943.