Portugal se encomienda de nuevo al socialismo que alcanza la mayoría absoluta
Fracaso de los conservadores del PSD en su intento de desalojar a Antonio Costa
No hubo vuelco político en Portugal. Con los resultados oficiales, el socialista António Costa repetirá como primer ministro tras haber alcanzado la mayoría absoluta, con 117 escaños de los 230 del parlamento luso. Le siguen el PSD, que se queda en 71 diputados. Los socialistas han obtenido un 42 por ciento de los votos, mientras que los del PSD obtuvieron un 29,9 por ciento de las papeletas.
Pero la gran sorpresa estuvo constituida por la irrupción de Chega, partido similar a Vox, que se situó como tercera fuerza con el 7,1%, después de la beligerancia mostrada por su jefe de filas, André Ventura. Su resultado superó claramente a los comunistas y al Bloco de Esquerda.
Así que, de nuevo, el gran derrotado de los comicios fue, sin duda, Rui Rio, quien no ha conseguido erigirse en una alternativa creíble al primer ministro, Antonio Costa.
Descenso de la abstención
En cuanto a los niveles de abstención, el umbral se quedó por debajo del 45%, seis puntos menos que en la jornada electoral celebrada en 2019.
No puede olvidarse que las legislativas de este domingo 30 de enero en Portugal respondían a una convocatoria anticipada y que, por tanto, la actividad parlamentaria está en suspenso hasta que se renueve la Asamblea de la República con los 230 diputados elegidos.
No era para menos, pues la izquierda radical (el Bloco de Esquerda, liderado por la ambiciosa Catarina Martins, y los comunistas del veterano Jerónimo de Sousa) dejó tirados a los socialistas justo cuando más necesitaban su apoyo: para la aprobación, en diciembre pasado, de unos Presupuestos del Estado que no pasaron el corte.
Es el PSD el que más se acerca a los postulados del PP y, de hecho, se aferraba a la esperanza del ‘efecto Ayuso’, como sucedió en las municipales del 26 de septiembre, cuando Carlos Moedas dio la sorpresa y desalojó a un atónito Fernando Medina del Ayuntamiento de Lisboa. Pero ahora no, entre otras razones porque no dio frutos su estrategia de aguardar un batacazo socialista.
Tibieza de Rui Rio
De forma insólita, Rui Rio no se lanzó contra Antonio Costa en este contexto y lo ha terminado pagando caro, pues continuó con su tibieza y hasta se refirió a pactar con su gran rival con tal de «garantizar la gobernabilidad» del país. Ese plan en absoluto le ha conducido a ninguna parte, a juzgar por la opinión inapelable de los votantes.
La campaña electoral había pillado a los conservadores temerosos del avance de Chega (próximo a Vox) y también de la irrupción de Iniciativa Liberal (IL). Así ha sido, porque la fuga de sufragios hacia los correligionarios de Vox ha sido un hecho.
Estas dos últimas formaciones han aprovechado para tomar posiciones, mientras otro reducto de la derecha pugnaba por no sucumbir al olvido: el Centro Democrático y Social (CDS), aunque finalmente se ha quedado con un resultado muy pobre.
Tal vez Rio no captó bien el mensaje del nuevo alcalde conservador de Lisboa, Carlos Moedas, cuando dijo a las huestes del PSD: «Hemos demostrado que es posible derrotar a los socialistas». Si es así, el líder portuense no ha tomado buena nota, como demuestra la cruel realidad.
Mientras tanto, Antonio Costa sacaba rédito de la «estabilidad» y de la ‘excusa’ de agitar el fantasma del «fascismo» que, según él, se encarna en la figura de André Ventura y su propuesta llamada Chega, que llamaba a las puertas del Parlamento y parece haber llegado (como su nombre indica) para quedarse.
Precisamente, la Asamblea de la República estuvo en el centro de la diana este domingo porque un conocido grupo de piratas informáticos atacó su web y anunció que había robado ‘información’ de sus archivos. Son los mismos que intervinieron contra un dominio de internet de un prestigioso semanario y de una cadena privada de televisión.
Ahora se abre la incógnita de cuál será el futuro de Rui Rio, aplastado por el rodillo socialista sin paliativos.