PP y Ciudadanos cercan a un PSOE mudo sobre los indultos a los líderes del 1-O
Cayetana Álvarez de Toledo monopolizó el debate a seis celebrado en TVE. Acoso y derribo político contra la ministra María Jesús Montero, representante del PSOE, sobrepasada por momentos. Muda, sin respuestas.
Al ataque, sin tregua, con el cuchillo entre los dientes, afilado de principio a fin. Cayetana Álvarez de Toledo monopolizó el debate a seis celebrado en TVE. Acoso y derribo político contra la ministra María Jesús Montero, representante del PSOE, sobrepasada por momentos. Muda, sin respuestas. Porque no las tenía o no quería ofrecerlas. «¿Descarta el indulto a los golpistas?», fue la pregunta directa, clara, concisa, que la representante del PP lanzó a Montero hasta en tres ocasiones. No hubo respuesta. «No le voy a contestar a palabras insultantes»; «Respete a la Justicia, no hay sentencia, respete sus tiempos», fue toda respuesta, siguiendo la estrategia del silencio que marca Pedro Sánchez.
Cataluña, como era de esperar, canibalizó gran parte del debate. El desafío secesionista subió la temperatura de un formato encorsetado por las limitaciones que impone la Junta Electoral Central en cuanto a la representación -no asistió Vox al no tener representación en el Parlamento– y las limitaciones de tiempo. El conflicto territorial fue el trampolín que sirvió a PP y Ciudadanos ensayar su alianza contra el «peligro» de Sánchez, al que Álvarez de Toledo describió como «una persona no decente»
La mecha prendida a lo largo de casi dos horas explosionó al final, con el bloque dedicado a política territorial y regeneración. «Sánchez fue investido con los votos de un prófugo de la Justicia», inquirió la candidata del PP a la aún ministra de Hacienda. «Le cortaron la cabeza [al abogado del Estado que defendía la acusación por rebelión en el procés] para entregársela a los independentistas, no tenéis vergüenza», espetó Inés Arrimadas, que sumó fuerzas con la popular. «Esto parece la guardería», fue una de las respuestas que se intuyó desde el micrófono de Montero (PSOE). La pregunta fue clara, la respuesta no.
El pacto que Albert Rivera ofreció hace unos días a Pablo Casado para gobernar juntos tras el 28-A tuvo su primer ensayo general en TVE. Críticas al legado del gobierno socialista en Andalucía; a las concesiones a los nacionalistas; a la actitud del Gobierno de negar la desaceleración; cerco sobre los posibles indultos a los líderes del 1-O…. compartieron argumentos y munición, hasta el punto de pisarse las argumentación. «Sánchez es un peligro para la economía», apuntó Álvarez de Toledo; «Sánchez es un peligro público», esgrimió Arrimadas. Eso sí, la candidata por Barcelona del PP fue quien llevó la batuta y llevó el debate por el camino que más le interesaba. Marcó el ritmo, obligando a Arrimadas y al resto de candidatos a ir a rebufo o al contraataque.
Mientras PP y Cs se arremangaban en su acometida al PSOE, Irene Montero (Unidas Podemos), Gabriel Rufián (ERC) y Aitor Esteban (PNV) trataban de zafarse e intentaban explicitar sus propuestas políticas. Una suerte de predicación en el desierto.
Educación, sanidad, medidas para la España rural, fiscalidad, regeneración… Hubo intentos por poner sobre el atril los asuntos, pero el empeño tan sólo duraba unos segundos. El tono bronco lo engullía todo.
LA POLÉMICA DEL ‘NO ES NO’
Junto a Cataluña, la gran polémica del debate fueron las violaciones. De nuevo, con Álvarez de Toledo como protagonista. La candidata del PP criticó el consentimiento afirmativo que promueve el PSOE en el Código Penal: «Todo lo que no sea un sí es un no. ¿Un silencio es un no? ¿De verdad van diciendo ustedes sí, sí, sí, hasta el final? Es un poco extraño».
Gestos de incredulidad en el plató. Irene Montero se apoya sobre el atril echándose las manos a la cara. «No es no, sobre todo en el consetimiento femenino», responde la ministra Montero. «Me parece gravísimo lo que has dicho y te pido que lo revises», intercede Rufián. «Dígame que es lo que le parece gravísimo, ¿el enfrentamiento entre hombres y mujeres?», replica la candidata del PP, para quien «han convertido el feminismo en un enfrentamiento entre hombres y mujeres».
Montero, la portavoz de Podemos, también decidió entrar en la polémica. «Como gobierne la derecha ya sabemos lo que va a ocurrir. Que cuando te violen va a venir una mujer como Cayetana Álvarez de Toledo a decirte: ‘Querida, no es para tanto, yo no digo que sí todo el rato, todas las veces, yo no digo que sí hasta el final’. En este país hemos dicho las mujeres que solo sí es sí y eso tiene que pasar a la ley. No se puede decir a una mujer que tiene que dar consentimiento hasta el final cuando nos violan… no se puede hacer…». Acto seguido, nuevo rifirrafe entre ambas:
– ¿Me está acusando de justificar un delito de violación? Atrévase. Me está acusando de un delito.
– Vaya a los tribunales…
– Pues no lo descarto.
Un debate que fue la personificación de la crispación de la campaña.