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Prensa en alemán: «Trump se burla del Estado de Derecho»

El presidente de EE. UU. deporta a migrantes como presuntos delincuentes invocando una ley marcial, e ignorando una sentencia judicial que lo prohíbe.

EEUU expulsa a El Salvador a 238 miembros del Tren de Aragua usando una ley  bajo disputa judicial

 

El diario suizo Neue Zürcher Zeitung escribe: «Muchas de las órdenes ejecutivas que Donald Trump ha firmado en las últimas semanas son jurídicamente controvertidas. En algunos casos, el gobierno ganó en los tribunales, en otros perdió. Tras las derrotas legales, la Casa Blanca siempre ha afirmado que está dispuesta a acatar las sentencias de los jueces. Sin embargo, con la deportación el sábado de 261 migrantes, presuntamente delincuentes, el Gobierno estadounidense fue un paso más allá: según cómo se interprete, ignoró el Estado de derecho, o al menos se burló de él.

Trump firmó un decreto, el viernes por la noche, invocando la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798. Esta ley permite al presidente estadounidense detener a los ciudadanos de un país enemigo y deportarlos sin el proceso legal habitual. En realidad, la Casa Blanca sólo puede invocar este derecho si EE.UU. está en guerra con otro país, o si la invasión de otro Estado es inminente o ya está en marcha. Actualmente ese no es el caso, o al menos eso se podría pensar.»

 

«Destrucción de una democracia que parecía fuerte»

El diario alemán Die Tageszeitung (Taz) comenta: «Donald Trump está destruyendo el Estado de Derecho estadounidense a un ritmo sin precedentes. No sólo en el reciente caso de la deportación ilegal de ciudadanos venezolanos a El Salvador, no, en casi todos los ámbitos políticos, el presidente estadounidense está despreciando la ley, los derechos del Congreso y, a menudo, también las órdenes de emergencia de los tribunales. Con la ayuda de la llamada ‘Oficina de Eficiencia Gubernamental’ de Elon Musk, está creando antecedentes, destruyendo instituciones del Gobierno estadounidense que se desmantelan incluso cuando los tribunales ordenan posteriormente que se reincorpore a los empleados despedidos injustamente.

Cualquiera que alguna vez haya querido saber qué sucede cuando una democracia aparentemente fuerte y estable se destruye a una velocidad vertiginosa y se transforma en una forma moderna de autoritarismo, en última instancia fascista, puede observarlo en directo ahora mismo. Pero la contemplación no es suficiente: aquellos cuyos medios de vida están siendo destruidos necesitan plena solidaridad, también del extranjero. Y cualquiera que siga viendo la política woke como el principal mal de este país debe preguntarse si todavía está en su sano juicio.»

Juez de EE. UU. impotente ante la deportación

El diario alemán Süddeutsche Zeitung analiza: «Estados Unidos no está en guerra con Venezuela, pero Donald Trump afirma que la organización criminal Tren de Aragua lleva a cabo un ‘conflicto irregular’ contra EE. UU. por orden del presidente venezolano, Nicolás Maduro.

Esta organización de tipo mafioso se originó en la prisión de Tocorón, en el estado venezolano de Aragua, y desde allí se ha expandido por todo el continente de manera similar a los carteles del narcotráfico. Una de las razones de su crecimiento es la grave crisis en Venezuela, de donde han huido millones de personas. Muchos de estos migrantes han llegado a EE. UU., y Trump suele referirse a los venezolanos cuando generaliza y califica a los inmigrantes irregulares como delincuentes, a pesar de que la gran mayoría simplemente trabaja y ha emigrado hacia el norte en busca de mejores condiciones de vida. Durante su campaña, Trump también difundió el falso rumor de que el Tren de Aragua estaba aterrorizando prácticamente a toda una ciudad en el estado de Colorado.

El presidente autoritario de El Salvador, Nayib Bukele, llegó a un acuerdo con el Gobierno de Trump para encarcelar a migrantes venezolanos en los mismos centros de detención donde se encuentran decenas de miles de salvadoreños, condenados o sospechosos, muchos de ellos arrestados en operativos de dudosa legalidad.

El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, agradeció la cooperación de Bukele en una publicación: «Gracias por su apoyo y amistad, presidente Bukele». Ante un informe que sugería que las deportaciones habían sido bloqueadas, Bukele reaccionó con un comentario irónico: ‘Oopsie… demasiado tarde’.»

(gg/cp)

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