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Primer día del ‘modelo Albania’, el experimento migratorio de Meloni

Roma acordó con Tirana construir dos centros para inmigrantes con el propósito de desalentar las salidas y acelerar las repatriaciones

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, explicó ayer en el Senado que su política de inmigración se orienta a «seguir explorando soluciones innovadoras», y destacó que el centro de Albania es «un buen ejemplo»: «Es un camino nuevo, valiente, sin precedentes, que refleja perfectamente el espíritu europeo y que tiene las cartas en regla para ser recorrido también con otras naciones no pertenecientes a la Unión Europea», afirmó.

Meloni aportó datos para destacar el éxito de su política de inmigración: «En 2024, el porcentaje de desembarcos ilegales disminuyó un 60 por ciento en comparación con 2023». En concreto, desde el inicio del año hasta el 15 de octubre, han llegado 54.129 inmigrantes, frente a los 148.481 que desembarcaron el pasado año.

Por su novedosa iniciativa con Albania, el Gobierno Meloni ha recibido el espaldarazo de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que ha propuesto precisamente establecer centros de inmigrantes fuera de la UE, siguiendo el modelo de Italia en Albania. Von der Leyen ha considerado como una «lección» para Europa el acuerdo alcanzado entre Roma y Tirana con el objetivo de controlar las llegadas de inmigrantes.

Este miércoles ha llegado la corbeta Libra al puerto de Shengjin, en la costa norte de Albania, a unos 60 kilómetros de Tirana, con dieciséis inmigrantes rescatados en el Mediterráneo -diez de Bangladés y seis de Egipto-, que habían partido de Libia en dos pateras. Solo se traslada a los hombres, pues las mujeres y los menores rescatados por naves militares italianas son llevados a Italia.

En Shengjin, Italia ha establecido un pequeño centro para la acogida inicial de inmigrantes que cuenta con 200 puestos. Se trata de una operación rápida: entrega de víveres y una sudadera, controles médicos y luego la identificación. Después, en autobús, son trasladados a Gjadër, a 20 kilómetros de distancia. Se trata de una antigua base de la Fuerza Aérea albanesa, donde Italia ha construido tres estructuras: un centro de acogida para solicitantes de asilo (880 plazas), un CPR -Centro de Permanencia para Repatriaciones, con 144 puestos, que acogerá a las personas destinadas a la expulsión- y una pequeña prisión con 20 celdas para quienes cometan delitos dentro de la estructura, en la que se aplicará la jurisdicción italiana, mientras el exterior estará vigilado por fuerzas del orden albanesas.

Por su novedosa iniciativa con Albania, el Gobierno Meloni ha recibido el espaldarazo de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen

Medidas de seguridad

Está previsto que los inmigrantes permanezcan en este centro 28 días, el tiempo para procesar las solicitudes de asilo. El recinto de Gjadër, de 70.000 metros cuadrados, está rodeado por un muro de cemento y rematado por un vallado metálico de cinco metros de altura. En una serie de bloques se distribuyen los alojamientos para cuatro personas, de seis por dos y medio metros, en literas, equipados con aire acondicionado, mesas y sillas, duchas y tomas de USB para los móviles. El coste del centro, por el que pasarán hasta 36.000 inmigrantes al año, se estima en unos 800 millones para cinco años. Solamente serán trasladados a Albania los inmigrantes rescatados por barcos de la Marina italiana. Los que sean auxiliados por las naves de organizaciones humanitarias serán desembarcados en Italia.

Tres son los objetivos que se persigue el Gobierno italiano: desalentar las salidas de los inmigrantes de sus países de origen, acelerar las repatriaciones y aliviar la presión sobre los centros de acogida italianos.

 

 

 

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