Ciencia y Tecnología

Pros y contras de la Inteligencia Artificial

MIRAMUNDO por Gabriel Rumor

Tegmark

Tegmark

Nuestra perplejidad sobre la inteligencia artificial, el fenómeno en boga, sigue tan campante tras leer las opiniones de siete especialistas – en contra y a favor–recogidas por el GUARDIAN londinense.

No sería nada novedoso que ella nos borrase de la faz del planeta, opina Max Tegmark, cosmólogo sueco-americano del MIT, porque ocurrió muchas veces en la historia que especies más inteligentes prevalecieran sobre las más débiles y abundan las marcas talladas en la culata de nuestro revólver, cargándonos las selvas húmedas en busca de recursos o a los mansos rinocerontes, aunque la ciencia demostrase la falsedad del poder afrodisíaco de su cornamenta.

Pensando en positivo, en cambio, podríamos desarrollar, controlar y beneficiarnos de la super-inteligencia gracias al campo de la verificación formal, que permite asegurar de manera rigurosamente matemática que un programa haga lo que está llamado a hacer, en lo que sería el momento de mayor empoderamiento en la historia humana, posible con GPT-4 y otros sistemas de IA.

El cielo es el límite porque podremos curar todas las enfermedades, estabilizar el clima, eliminar la pobreza y florecer no sólo hasta el siguiente proceso electoral sino durante millardos de años, porque hemos estado en este planeta por más de cien mil años, flotando la mayoría del tiempo como una hoja a merced del viento, hasta ahora cuando la ciencia, la tecnología y la inteligencia humana nos han convertido en capitanes de nuestro propia nave, si logramos crear y controlar la super-inteligencia.

Kurzweil

Kurzweil

También Raymond Kurzweil, científico de computación, inventor, autor, futurólogo y director de Google, piensa que más inteligencia conducirá a mejorarlo todo, que curaremos el cáncer y las cardiopatías y ampliaremos nuestra expectativa de  vida (que de 30 años en 1800 se acerca ahora a 80), como resultado de un esfuerzo que, antes que confrontarnos, nos hermana con las máquinas y podría brindarnos herramientas para reforzar nuestras defensas.

No estamos ante una invasión alienígena de máquinas inteligentes, que son el resultado de nuestros esfuerzos, y parte de la empresa humana en que nos mezclamos con máquinas que, finalmente, ampliarán lo que somos aunque, por supuesto, tenemos que estar alertas porque gente torva podría adquirir control de la IA, aunque hay cosas como las armas atómicas, que nada tienen que ver con ella y podrían destruir a la humanidad entera.

Más inteligencia conducirá a mejorarlo todo y habría la posibilidad de que todos disfruten de una vida mejor.

Brittany Smith

Brittany Smith

Brittany Smith, del Centro Leverhulme para el Futuro de la Inteligencia de la Universidad de Cambridge, insta a trabajar urgentemente para comprender, prevenir y remediar los daños ya causados por una poderosa tecnología algorítmica que interfiere en las relaciones inter-personales y de los individuos con sus instituciones; el seguro social, por ejemplo, obligado a introducir una vigilancia contra fraudes cuyas principales víctimas son los sectores más vulnerables que sufren en su dignidad y sus derechos.

La respuesta serían sistemas más poderosos, desarrollados de manera segura, ética y transparente en busca del máximo beneficio colectivo.

Rolnick

Rolnick

La IA es útil para combatir el cambio climático, según el profesor David Rolnick, de la Escuela de Ciencias de la Computación de la Universidad McGill de Montreal, Canadá, acelerando la interpretación de imágenes satelitales de deforestación o de daños en el litoral, como es ya el caso de agencias de la ONU y compañías aseguradoras; optimizando los termostatos para mayor eficiencia energética en industrias como la siderúrgica o cementera; en el pronóstico meteorológico y en simulaciones científicas del clima, cuya importancia económica no amerita discusión.

Yudkowsky

Yudkowsky

Menos optimista es Eliezer Yudkowsky, co-fundador del Instituto de Investigaciones de Máquinas Inteligentes en San Francisco, California, advirtiendo sobre máquinas más inteligentes que podrían liquidarnos si sospecharan nuestra intención de construir otras más super-inteligentes para hacerles competencia, o armarían cosas para matarnos por efecto colateral, como plantas de fusión nuclear que harían literalmente hervir los océanos al inyectarles hidrógeno, o armando un pequeño laboratorio molecular que produciría y esparciría bacterias letales.

Cotra

Cotra

En cambio, también en California, Ajeya Cotra, de la organización Filantropía Abierta, es rabiosamente optimista y piensa que la IA podría acelerar radicalmente el progreso con vistas a un mundo en que podríamos dedicar a cosas más útiles el tiempo que ahora consumimos en trabajar para vivir, como los niños, que realizan un sinfín de actividades sólo por el placer; porque el camino de la humanidad en una escala de siglos y milenios ha sido de mejoramiento de la libertad, la salud y la igualdad gracias en buena parte a la IA que jugará un papel tanto o más importante que el de la tecnología tradicional.

Por otro lado, la tendencia sería hacia modelos que asumirán cada vez más funciones en nuestro nombre hasta culminar en la sustitución de los humanos, menos competitivos, porque son más baratos, más rápidos y, a fin de cuentas, más inteligentes y si deciden cooperar entre sí podrían sacarnos absolutamente del juego al controlar la policía, el ejército y las grandes empresas mientras inventan tecnologías y desarrollan políticas.

Bengio

Bengio

Finalmente, Yoshua Bengio, profesor de ciencias de la computación de la Universidad de Montreal, aplaude una rápida transformación en la industria farmacéutica y la investigación universitaria donde la IA ayuda a descubrir nuevas moléculas y nuevas drogas con menos efectos colaterales, para enfrentar achaques cuya terapia ignoramos, incluido el cáncer, porque la biotecnología ha progresado al punto de leer en tiempo breve el copioso volumen de información que hasta ahora demandaba largos años de labor, para producir drogas contra enfermedades infecciosas en países en desarrollo que los laboratorios soslayan por sus escasa rentabilidad.

No obstante, imagina también un escenario dentro de diez años donde un individuo o una organización utilizaría deliberadamente la IA para sembrar el caos, por ejemplo sintetizando material biológico o químico, o que la propia IA escapase al control y, por un instinto de conservación, desarrollara sus propios objetivos tras malinterpretar nuestras mejores intenciones.

Varsovia, julio de 2023.

 

 

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