A partir de algunos indicios, fruto de la observación, me puse a investigar. A diferencia de lo que solemos creer y decir, un psicópata no es necesariamente un asesino en serie a lo Norman Bates o Hannibal Lecter. Psicópata es un individuo con un trastorno importante de personalidad de efectos antisociales. Los asesinos son minoría en el conjunto de los psicópatas, quienes, según el psicólogo canadiense Robert Hare, constituyen más del 1% de la población y «se desenvuelven como pez en el agua» en el mundo de las finanzas y de la política.
El citado Hare y, antes, el psiquiatra Hervey Cleckley, máximos investigadores del asunto, señalaron los principales rasgos del comportamiento psicopático, que voy a resumir y poner en común a continuación. A ver a qué y a quiénes les suenan: encanto superficial, poca fiabilidad, ausencia de sinceridad, carencia de culpa y remordimiento, dificultad para aprender de la experiencia, egocentrismo y narcisismo patológicos, notable capacidad verbal, excesiva autoestima, propensión a la manipulación, forma de vida parasitaria, falta de objetivos realistas a largo plazo, impulsividad, actuaciones irresponsables y negativa a aceptar la responsabilidad de esas actuaciones…
El psiquiatra polaco Andrzej Lobaczewski estableció los fundamentos de la Ponerología, esto es, del estudio del mal en relación con situaciones políticas injustas. Y enfermas. Y acuñó el término Patocracia -control y poder sobre el sentimiento y el dolor-, que definió así: «Un sistema de gobierno creado por una pequeña minoría patológica que toma el control de una sociedad de personas normales». De otra manera: élites psicópatas dirigen de modo totalitario a una sociedad que acaba siendo motivada por valores puramente patológicos.
Del blog Pathocracy tomo y sintetizo algunas características de la Patocracia, según las teorías de Lobaczewski concretadas en su libro La Ponerología política. Una ciencia de la naturaleza del mal adaptada a propósitos políticos. Son éstas: supresión del individualismo, ideología fanática, intolerancia hacia el diferente, corrupción generalizada, gobierno paranoide, desprecio a los ciudadanos que los patócratas dicen representar, propaganda y control de los medios de comunicación, doble discurso, utilización de la gente como mero recurso para los fines de los patócratas, adoctrinamiento, división de la población para fomentar un conflicto de bandos…
Pues nada, buen fin de semana.