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Que graben un ‘reality’

No me hace falta un presidente dicharachero, gracioso, ni buen actor. Me basta con uno tirando a aburrido que organice sin mucho 'show'

Pedro Sánchez tenía razón: el plan de debate semanal entre Feijóo y él era estupendo. Para ambos. Eso sí, nada de guión encorsetado. Mejor sin. Improvisado. Como un pódcast sin escaleta. Están desolados a estas horas en las oficinas electorales de los dos candidatos principales a La Moncloa. Al pisar ‘El Hormiguero’ han gastado, ambos, el comodín del público. Les queda el de la llamada, pero, lástima, ha cerrado ‘Sálvame’.

Así que, solidarizándome con los millones de espectadores y votantes de este país, pido hoy desde aquí una edición de ‘¿Quién quiere ser presidente?’ como aquel ‘¿Quién quiere ser millonario?’ recordando que no es lo mismo, o sí, visto el interés. No es por banalizar, pero me da una pena tremenda que hayamos consumido en 24 horas lo mejor (del espectáculo) de la campaña. Tampoco me malinterpreten, pero los debates rígidos, con tiempos milimetrados, candidatos de pie y miles de reglas, uf, no invitan a pizza, cerveza y palomitas. Sí lo haría un especial de ‘El Hormiguero’ con los dos invitados. Corrijo, uno por semana. Si hubiera tiempo, que no lo hay, la productora debería contratar un buen servicio de ‘coaching’. Disciplinados. Exigentes. Para corregir cada punto débil. Así podríamos ver los avances en los candidatos: uno que entrene el sentido del humor; el otro, la naturalidad. No necesitan que especifique. Supondría un plus grabar las sesiones de trabajo y, por supuesto, habría que emitir las tomas falsas. No sé qué opinará Alberto Núñez Feijóo. Se sabe que Pedro Sánchez, tras su propia serie, ya tiene experiencia. Punto para el equipo de Ferraz. Pero en tele, parece, la novedad también vende. Punto para Génova. La experiencia debería cerrarse con un programa final de votaciones. Todo expectación. España entera pendiente. Una noche electoral con voto por WhatsApp y veredicto del jurado profesional. Aunque ahí tendríamos un problema, acuérdense de Eurovisión.

La propuesta es mucho mejor que una campaña de mítines. Me falta el aire al visualizarlos y eso que no voy, salvo que me manden. Estos días miro el teléfono, si suena, con la misma desconfianza que cuando timbran a casa y es la cartera. Por lo de la mesa electoral. Mucho más apetecible que te inviten como jurado para un programa de televisión. Sería un tribunal incisivo, que antes de puntuar, interrogue a lo ‘Tengo una pregunta para usted’. Incluso podemos sumarle un debate a lo ‘Sálvame’. Tenemos cuchilladas dentro de las familias. Engaños en los negocios. Estos que se casan, aquellos que fíjate lo que se han dicho, estos que han roto, los otros que se perdonan y éste vaya lo que cobra.

El ‘reality’ ya existe, se llama España y lo producimos entre todos. Y, no sé a ustedes, pero a mí no me hace falta un presidente dicharachero, gracioso, ni buen actor. Me basta con uno tirando a aburrido que organice sin mucho ‘show’.

 

 

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