¿Qué pasó con la deuda pública argentina desde el «default» de 2001?
La tercera mayor economía de América Latina atraviesa una dura crisis económica empeorada por la pandemia de coronavirus, a casi 20 años de declarar la mayor cesación de pagos de la historia. En DW, una breve cronología.
2001: Brutal crisis económica, social y política. Recesión. Caída de casi 30 % del PIB. Desempleo de más del 20 %. «Corralito financiero»: restricción de la libre disposición de dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorros impuesta por el Gobierno. Cesan los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Protestas y saqueos, con más de una veintena de muertes. Renuncia del presidente Fernando de la Rúa.
Mayor moratoria (default) de la historia: el presidente interino Adolfo Rodríguez Saá cesa los pagos de una deuda de 144.279 millones de dólares (que representaba el 53,8 % del PIB, y de la cual el 97 % se había contraído en moneda extranjera, 70 % con acreedores privados, 22 % con organismos internacionales).
2002: Eduardo Duhalde asume la presidencia. Devalúa el peso en un 60 % tras 11 años de convertibilidad con el dólar.
2003: Néstor Kirchner asume la presidencia. Firma un acuerdo de stand by a tres años con el FMI.
2005: Argentina sale del default por 81.800 millones de dólares, tras reestructurar la deuda con el 76 % de los acreedores privados, sin los fondos buitres de Wall Street, con recortes de entre 45 % y 75 %.
2005-2008: El país pierde financiamiento externo, salvo del Gobierno de Venezuela, que adquirió bonos soberanos por valor de más de 6.000 millones de dólares, a tasas más altas que las del mercado.
2006: Cancela en su totalidad su deuda con el FMI por 9.500 millones de dólares.
2007: Cristina Fernández de Kirchner (CFK) asume la presidencia.
2010: El Gobierno llega a reestructurar la deuda con más del 90 % de los acreedores privados, sin que se sumen los fondos buitres de Wall Street.
La deuda externa argentina baja a 164.433 millones de dólares (que representan un 45,8 % del PIB, de los cuales el 59 % se ha contraído en moneda extranjera, el 38 % acreedores privados y el 11 % organismos internacionales).
2012: Un tribunal de Nueva York falla un reembolso de 4.650 millones de dólares a favor de fondos buitres.
2014: Argentina incumple obligaciones de deuda por casi 20.000 millones de dólares, tras no pagar intereses por 539 millones de dólares.
2015: Mauricio Macri asume la presidencia.
2016: Argentina llega a un acuerdo con los fondos buitres y otros acreedores renuentes y recupera el acceso a los mercados internacionales de deuda.
2018: El peso se devalúa en un 50 % frente al dólar. El Gobierno negocia el mayor rescate en la historia del FMI: 57.000 millones de dólares, a cambio de un severo programa de austeridad. El Banco Mundial concede otro crédito por 950 millones de dólares.
Macri elimina varios ministerios y restablece impuestos a las exportaciones agrícolas, las que más divisas generan. Argentina termina 2018 con 47,6 % de inflación, la más elevada desde 1991.
2019: Macri aumenta el salario mínimo, reduce el impuesto al valor agregado (IVA) para alimentos y el impuesto a la renta. Congela los precios de los combustibles. El peso argentino sigue depreciándose. Se instaura un control cambiario que limita a 10.000 dólares mensuales la adquisición individual de divisas y restringe las transferencias empresariales al exterior.
En medio de protestas, el Parlamento aprueba una ley de emergencia alimentaria que incrementa los fondos para los más vulnerables.
Macri endurece los controles de cambio para frenar la caída de las reservas, ante la victoria de Alberto Fernández, que asume la presidencia, con Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidenta.
2020: Argentina lleva dos años en recesión con una contracción del PIB de 2,2 % en 2019. Tiene al 33 % de su población en la pobreza, una inflación anual de más de 50 % y una deuda externa total de 323.065 millones de dólares, que representa el 89 % de su PIB.
El 78 % de esta deuda fue contraída en moneda extranjera. Casi 40 % con acreedores privados como Allianz, Fidelity, BlackRock, Northern Trust, AllianceBernstein, HSBC, Prudential Financial, Ivesco, Ashmore, Eaton Vance, HBK, Monarch, Oaktree, Pharo, Redwood, VR Capital Group, Gramercy, Fintech Advisory, Ashmore. Y 22 % con organismos internacionales como el FMI. El resto se les adeuda a agencias del sector público del propio Estado argentino.
Fernández anuncia que no solicitará el desembolso del último tramo del préstamo del FMI, que queda así en 44.000 millones de dólares. Está en negociaciones con el FMI para replantear los plazos, el capital y los intereses de la deuda. El FMI pide a los acreedores privados una quita parcial de la deuda, para hacerla «sostenible».
Fernández gira por Europa, recabando apoyo de los Gobiernos de Alemania, Italia, España y Francia para convencer a los acreedores privados de sumarse a un eventual acuerdo con el FMI. Anuncia medidas de emergencia como un 30 % de impuesto sobre las compras y gastos en moneda extranjera.
Abocado a la crisis sanitaria y económica mundial por la actual pandemia de coronavirus, el Gobierno de Alberto Fernández está negociando intensamente con acreedores privados la reestructuración de bonos de deuda emitidos bajo ley extranjera por 66.238 millones de dólares.
Por segunda vez en este siglo, Argentina entra en un default, que las autoridades siguen calificando de virtual porque siguen negociando con sus acreedores, tras incumplir un pago de 500 millones de dólares.