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¿Quién estará en el poder en Cuba: Raúl Castro, Díaz-Canel o López-Callejas?

La ocupación del poder político en Cuba estaba relativamente clara hasta que los achaques y la vejez de Fidel Castro alejaron a este de la vida pública. Incluso hasta el día de su muerte se temía su larga sombra. Sin embargo, a las puertas deVIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) no es tan evidente quién tendrá las riendas de la Isla: Raúl Castro, «el presidente designado» Miguel Díaz-Canel o el zar del emporio militar GAESA, el general Luis Alberto Rodríguez López-Callejas.

Según anunció el propio Raúl Castro, en el VIII Congreso del PCC pasará el puesto de primer secretario del partido único a Díaz-Canel. Por su parte, el vocero del régimen, Humberto López, afirmó este jueves en la televisión que «las generaciones nacidas después de 1959 asumirán importantes roles» en el cónclave que se celebrará la semana próxima, del 16 al 19 de abril.

Aunque la Constitución de Cuba establece en su Artículo 5 que el PCC «es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado», Roberto Álvarez Quiñones ha sostenido en este diario que «la máxima instancia de poder no es el Buró Político del PCC ni su primer secretario, sino un grupo de militares que conforman una mafia que no da la cara al pueblo, actúa tras bambalinas y no rinde cuentas a nadie».

Al respecto, Dimas Castellanos escribió también en este diario que durante su mandato, de 2008 a 2018, Raúl Castro dio más alas a los militares.

«La poca economía estatal que funciona quedó bajo el control del Grupo de Administración Empresarial S.A (GAESA), que con unas 322 empresas genera alrededor del 89% de las exportaciones; el 59% de las ganancias del turismo; el 24% de los ingresos de los servicios; el 60% de las transacciones de divisas y el 66% de las ventas en las monedas de valor internacional; grupo empresarial que no rinde cuentas de sus gestiones financieras ante la Contraloría de la República», detalló Castellanos.

Según una investigación del diario El Nuevo Herald, los hermanos Castro se apoyaron en los hermanos López Callejas, el mencionado Luis Alberto y Guillermo Faustino, para violar desde hace 37 años el embargo de EEUU al régimen de La Habana con una red de empresas fantasmas

A través de la empresa Acemex Management Company Limited, con sede en el paraíso fiscal de Liechtenstein desde 1984, los hermanos López-Callejas ampliaron el control de los militares cubanos sobre la actividad económica y concentraron en pocas manos el transporte marítimo y la logística mundial de Cuba, reseñó la citada fuente.

EEUU sancionó en septiembre de 2020 a Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, quien fue yerno de Raúl Castro, porque GAESA «ayuda a financiar la opresión del régimen en Cuba y la interferencia en Venezuela», según aseguró el exsecretario de Estado, Mike Pompeo.

López-Callejas mantiene un perfil bajo en el aparato visible del poder en la Isla, pese a que es miembro del Comité Central del PCC, aunque acompañó a Díaz-Canel en su gira euroasiática de 2019.

Miguel Díaz-Canel fue designado como «presidente» en 2018 por el propio Raúl Castro como única propuesta a votar «por unanimidad» por la Asamblea Nacional de Cuba. Sin embargo, Raúl Castro no lo deja solo en las ocasiones decisivas, como cuando Díaz-Canel anunció en diciembre de 2020 la llamada Tarea Ordenamiento con el general silencioso e inquieto a su lado.

Díaz-Canel, primero de los cubanos sin un apellido Castro en ocupar «la presidencia» de la Isla tras décadas, eligió como eslogan y cruz «Somos continuidad», para marcar que seguiría el camino trazado por sus predecesores.

En opinión de  Dimas Castellanos, «Cuba no requiere de continuidad, sino de progreso, algo imposible sin los cambios estructurales. Se necesitan de las libertades cívicas, políticas y económicas para que los cubanos, emprendedores y dotados de un alto nivel de instrucción, puedan desarrollar su iniciativa para el mejoramiento personal y familiar, la única forma de lograr el mejoramiento de la nación».

Roberto Álvarez Quiñones es tajante al hablar de las nuevas designaciones que puedan ocurrir, cuando escribe: «poco importará si el nuevo primer secretario del PCC se llama Díaz-Canel o designan a Fulanito o Menganito. No será el ‘hombre fuerte'» porque «el poder en Cuba lo tiene la mafia militar». Raúl Castro «amarrará muy bien todos los cabos» para evitar que un Gorbachov cubana eche abajo «el capitalismo militar cooperativo de Estado de corte fascista».

La semana próxima se producirán cambios. Y, tal como apuntó en un artículo publicado en este diario Lucía Alfonso Mirabal: «Dejar el puesto principal de mando no es decisión simple, sobre todo en un escenario de relevo convulso donde un error puede costar caro a la sobrevivencia de la llamada Revolución cubana y a la seguridad, tranquilidad y libertad de las familias de la elite, herederos fácticos del poder».

Habrá que estar atentos a lo que ocurra en el VIII Congreso del PCC y ver cuánto de los cambios de poder se transparentan entonces.

 

 

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