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¿Quién le teme a Lilian Tintori?

Es evidente que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, le teme a la activista venezolana Lilian Tintori como si se tratara del mismísimo lobo feroz de la popular canción infantil. De lo contrario, no hay manera de explicar la expulsión de la que fue víctima hace unas horas la esposa del líder opositor encancelado, Leopoldo López, a su llegada al aeropuerto de Guayaquil.

Tintori viajó desde Miami por invitación del candidato a la presidencia Guillermo Lasso, quien se enfrentará en segunda vuelta el próximo dos de abril al candidato oficialista Lenín Moreno. La intención de la conocida opositora era asistir a actos en los que hablaría de la nefasta experiencia venezolana bajo el modelo de la revolución bolivariana que instauró el desaparecido Hugo Chávez y que ha continuado su sucesor, Nicolás Maduro.

Frustrada su visita tras un desagradable episodio en el que fue acosada por las autoridades migratorias, Tintori regresó a Miami, donde le ha hablado a los medios para denunciar al Gobierno de Correa. Ella misma ha preguntado, «¿A qué le temen?«, asegurando que el presidente ecuatoriano quiere evitar a toda costa la posibilidad de un cambio en el país andino. En su comparecencia en el Aeropuerto Internacional de Miami rodeada de venezolanos y ecuatorianos exiliados, ha reiterado que su expulsión fue una orden de Correa y ha insistido en que los ecuatorianos tienen la oportunidad de apostar en las urnas por el cambio que hasta ahora parece imposible en Venezuela. Tintori también mencionó las condiciones deplorables en que se encuentran su esposo y otros presos politicos.

El mensaje de Tintori podría arrojar luz en un país liderado desde hace una década por un mandatario que encabezó junto a Chávez el movimiento de la revolución del siglo XXI, y el bloque de extrema izquierda del ALBA bajo la tutela del gobierno castrista de la Habana. Sin duda, a Correa, cuya intención es que su legado autoritario se perpetúe bajo la eventual presidencia de Moreno, no le conviene en vísperas de los comicios que una figura de la oposición venezolana hable sin miedo sobre su alianza con el chavismo.

Lo cierto es que las últimas encuestas sitúan la intención de voto para Moreno en un 51% frente a un 35,53 % para el candidato de centro derecha Lasso. O sea, la maquinaria gubernamental y el hecho de que la situación económica de Ecuador no se puede comparar a la hambruna que se está viviendo en Venezuela o la propia escasez endémica que padece Cuba, favorecen al que representaría el continuismo de las políticas de Correa, entre las que destaca su obsesión contra los medios independientes. El propio Moreno ha prometido que dejaría en pie la Ley de Comunicación, mientras que su oponente político eliminaría esta ley mordaza que ha mermado la capacidad de informar de la prensa.

De la falta de libertad de expresión, la violación a los derechos humanos y la corrupción rampante que salpica al movimiento bolivariano en Ecuador, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, iba a hablar Lilian Tintori en Guayaquil y Quito junto a Lasso. Era una oportunidad única para que los ecuatorianos escucharan una voz autónoma que clama por la libertad de su esposo y de todos los presos políticos que malviven en el presidio venezolano. Una testigo del devastador efecto del experimento chavista que tanto ha admirado y ha apoyado Correa.

Es evidente que el presidente ecuatoriano le ha hecho el favor al régimen de Nicolás Maduro de repudiar a una de sus más tenaces opositoras. Pero la expulsión de Tintori también se ha debido a que el oficialismo no quiere que nadie venga a moverle el suelo, mucho menos una pacífica activista que sufre el acoso constante de un gobierno amigo. Rafael Correa y su posible sucesor tienen razones para temerle a Lilian Tintori. Hay verdades que acechan como el lobo feroz.

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