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Quizá la increíble caída de Trump en las encuestas es real

Cuando la encuesta del Washington Post/ABC News publicada la semana pasada mostró que la aprobación del presidente Trump había bajado al 36 por ciento, nosotros (y otros) advertimos que más encuestas durante un período más largo de tiempo nos dirían si esto era simplemente una irregularidad o si los innumerables escándalos de Trump -además de su conducta grosera con respecto al héroe nacional, el senador John McCain (republicano de Arizona), que murió el mes pasado- finalmente se habían cobrado un precio. (Sin mencionar que sus guerras comerciales también están causando dolor en la América rural.)

Ahora tenemos otra encuesta:

Sólo el 36% dice que aprueba el trabajo que está haciendo el presidente Trump, una caída de 5 puntos con respecto al mes pasado, según la última encuesta de IBD/TIPP. El cincuenta y seis por ciento desaprueba el desempeño de Trump, en comparación con el 53% del mes anterior. …

Trump perdió mucho terreno entre los republicanos en la aprobación de su labor, que cayó del 83% el mes pasado al 76% este mes. Entre los independientes, la aprobación de Trump cayó 4 puntos hasta el 33%. La aprobación demócrata nunca ha estado por encima de dígitos bajos.

También vio una gran caída en el apoyo de los hombres (pasó del 49% el mes pasado al 40% en la actualidad).

Reforzando la teoría de que las guerras comerciales son vistas negativamente, las cifras de Trump «entre los habitantes de las zonas rurales cayeron 15 puntos, pasando del 60% al 45%».

Es cierto que incluso dos encuestas no hacen una tendencia, pero los republicanos seguramente tienen motivos para alarmarse. Como sucede con otras encuestas, la de IBD/TIPP muestra una gran ventaja para los demócratas en los sondeos genéricos. «(«La encuesta actual muestra a los demócratas con una ventaja de 11 puntos. El cincuenta por ciento ahora dice que preferiría que el Congreso fuera controlado por los demócratas, con un 39% a favor del control republicano»).

Como señalan estos encuestadores, ello ocurre en un momento en el que la economía está boyante. No es de extrañar que los analistas republicanos en los programas dominicales quieran que los candidatos les digan a los votantes que nunca han estado tan bien.

El problema para los republicanos es cuádruple. En primer lugar, si la economía entra en recesión, es muy posible que Trump y los republicanos pierdan apoyos entre las clases bajas. En segundo lugar, debido al estancamiento salarial, muchos votantes no sienten que les va mejor. De hecho, es así, dado que los aumentos salariales no se han mantenido a la par de la inflación y el crecimiento. (Los planes de Trump de seguir estafando a las clases trabajadoras y medias mientras se reparten recortes de impuestos a los ricos sobre las ganancias de capital no están precisamente ayudando). En tercer lugar, la mera duración de la recuperación, que ahora entra en su décimo año y abarca a dos presidentes, lleva irónicamente a los votantes a dar por sentado el statu quo. (No es noticia, como se dice, cuando llega otro día en el que mucha gente no perdió su trabajo. Finalmente, los continuos escándalos, incluyendo la condena de Paul Manafort y un acuerdo de declaración de culpabilidad para W. Samuel Patten, pueden estar afectando el apoyo de Trump. A medida que se establece más conducta delictiva (por medio de una declaración de culpabilidad o condena), las negativas de Trump parecen menos creíbles, si no totalmente extrañas.

Mientras tanto, los republicanos están siendo superados en recaudación para la campaña («Hasta ahora en 2018», informa NBC News, «los candidatos demócratas a la Cámara han recaudado 620 millones de dólares, según el Center for Responsive Politics»). Eso es $150 millones más que los $470 millones que los candidatos republicanos de la Cámara de Representantes han recaudado – «casi un tercio más») y en presentación de candidatos («Sólo hay cuatro distritos del Congreso en los que los demócratas no tendrán un candidato en la boleta de votación este otoño, de acuerdo con Ballotpedia«). Mientras «son 39 los distritos en los que los republicanos no presentan candidatos»).

En unas nueve semanas concluirá el juego de adivinanzas y comenzará el análisis de daños para los republicanos. En ese momento, tendrán que decidir si Trump está llevando al partido a la ruina y a pérdidas aún mayores en 2020.

Traducción: Marcos Villasmil


NOTA ORIGINAL:

The Washington Post

Maybe Trump’s incredible poll drop is real

Jennifer Rubin

When the Washington Post/ABC News poll released last week showed President Trump’s approval down to 36 percent, we (and others) cautioned that more polling over a longer period of time would tell if this was simply a blip or if Trump’s myriad scandals — plus his boorish conduct regarding national hero Sen. John McCain (R-Ariz.), who died last month — had finally taken a toll. (Not to mention that his trade wars are also causing pain in rural America.)

We now have one more poll:

Just 36% say they approve of the job President Trump is doing, a 5-point drop from last month, according to the latest IBD/TIPP poll. Fifty six percent disapprove of Trump’s job performance, up from 53% the month before. …

Trump lost significant ground on job approval with Republicans this month, which fell from 83% last month to 76% this month. Among independents, Trump’s approval dropped 4 points to 33%. Democratic approval has never been above the low single digits.

He also saw a big drop in support from men (it went from 49% last month to 40% today).

Bolstering the theory that the trade wars are a turnoff, Trump’s numbers “among rural dwellers plunged 15 points — going from 60% to 45%.”

Again, even two polls do not make a trend, but Republicans surely have reason for alarm. As with a slew of other pols, the IBD/TIPP poll shows a big lead for Democrats in generic polling. (“The current poll shows Democrats with an 11-point advantage. Fifty percent now say they’d prefer Congress controlled by Democrats, with 39% favoring Republican control.”)

As these pollsters note, this comes during a time when the economy is humming along. No wonder Republicans spinning on the Sunday shows want candidates to tell voters they never had it so good.

The problem for Republicans is fourfold. First, if the economy goes into recession, the bottom may well fall out for Trump and the GOP. Second, due to wage stagnation many voters don’t feel as though they are doing better. In fact, they’re not, given that wage increases haven’t kept up with inflation and growth. (Trump’s plans to keep chiseling away at the working and middle classes while handing out capital-gains tax cuts to the rich isn’t helping.) Third, the sheer length of the recovery, now entering its 10th year and covering two presidents, ironically leads voters to take for granted the status quo. (It’s not news, as they say, when you have another day when many people didn’t lose their jobs.) Finally, the nonstop scandals, including the conviction of Paul Manafort and a plea deal for W. Samuel Patten, may be taking a toll on Trump’s support. As more criminal conduct is established (by plea or conviction), Trump’s denials seem less credible, if not downright weird.

Meanwhile, Republicans are getting out-raised (“So far in 2018,” NBC News reports, “Democratic House candidates have raised $620 million, according to the Center for Responsive Politics. That’s $150 million more than the $470 million that Republican House candidates have raised — almost a one-third higher”) and out-recruited (“There are only four congressional districts where Democrats won’t have a candidate on the ballot this fall, according to Ballotpedia. That’s compared to 39 districts where Republicans aren’t running a candidate”).

In about nine weeks, the guessing game will end and the damage survey for Republicans will begin. At that point, they’ll need to decide if Trump is leading the party to ruin and even bigger losses in 2020.

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