Rafaela Cruz: ¿Qué fue primero, el huevo o el hambre en Cuba?
Los bíceps y tríceps de Ronnie Coleman no alcanzaron la dureza del rostro de la propaganda oficial cubana, que habla del 'problema' del precio y la escasez de huevos en EEUU.
Los bíceps y tríceps de Ronnie Coleman, ocho veces Mr. Olympia, en su momento de mayor gloria no alcanzaron la dureza del rostro del PCC, que en su órgano oficial de desinformación digital, Cubadebate, se ha atrevido a hablar del «problema» de la escasez y los precios de los huevos… en Estados Unidos.
Contingencias zoosanitarias en aquel país han requerido el sacrificio de más de 100 millones de gallinas, lo que según explica Cubadebate, ha causado «un aumento sostenido en el precio del huevo en Estados Unidos», en el original resaltado en negrita para mayor efecto dramático. No obstante, la publicación hubo de reconocer que, según fuentes especializadas, «la escasez (de huevos) en los supermercados ha sido aislada y temporal», tan temporal que «se ha ido solucionando rápidamente, incluso en cuestión de un día».
¡Un día! Un día hay escasez aislada y temporal de huevos en algunos de los cientos de miles de los abarrotados supermercados estadounidenses y eso es materia prima noticiable para los mercenarios de la palabra del PCC, muchos de los cuales, ni huevo tienen en casa.
Cuánto cinismo debe albergar el hígado de estos panfletarios para hablar en Cuba sobre huevos, donde los huevos se han convertido en anécdota que padres cuentan a hijos: «Así era, un cartón de huevos costaba 30 pesos, y sí, había bastante, podías comprar dos y hasta tres cartones sin problemas… No, no hace tanto, si ya hasta se había muerto Fidel».
El esmero informativo de Cubadebate llegó, con insidiosa envidia, al detalle de ofrecer el «carísimo» precio medio del huevo hoy en EEUU, nada más y nada menos que 3,37 dólares la docena, lo que «representa un aumento del 63% en relación a octubre de 2020», precisan con afán los periodistas revolucionarios, posiblemente en ayuna.
De lo que parecen olvidarse los combatientes de la UPEC (Unión de Periodistas de Cuba), es de que el huevo en Cuba, en ese mismo periodo, también ha sufrido un poquitín de aumento en su precio, exactamente un 1.900% de aumento. Es decir, más de 30 veces lo que se ha encarecido en EEUU.
En 2020 ya el huevo estaba desapareciendo de la Isla, según declaraciones del ministro de Agricultura a causa de que las gallinas cubanas estaban viejas (esto es literal, no ironía), y un cartón de huevos se cotizaba a 175 pesos, una cifra enorme para el salario de la época. Sin embargo, hoy, después de mucha ingeniería monetaria para inducir inflación y el derrumbe de la producción nacional (porque en Cuba socialista ninguna producción es sostenible) el cartón de huevos puede superar los 4.000 pesos.
Es difícil entender esta preocupación de Cubadebate con los huevos en EEUU, donde un trabajador con un salario medio —aproximadamente 5.500 dólares mensuales— puede comprar unos 655 cartones de huevos.
Y mientras el alienado y explotado obrero del capitalismo puede comprar miles de cartones de huevos, un digno obrero socialista en esta Cuba con salario medio de 5.500 pesos, puede adquirir, si lo encuentra, un cartón y medio al mes. Uno y medio contra 600: ¿el problema del huevo está aquí o allá?
Pero por debajo del salario medio hay trabajadores, como por ejemplo los que trabajan en la avicultura produciendo huevos, cuyo salario mensual es de 2.800 pesos, lo que no alcanza siquiera para un cartón… Por eso se los deben estar robando a las dos manos.
Con todo y el cúmulo de políticos lamentables que pueblan hoy las Cámaras y la Oficina Oval, más los problemas de una inflación que aunque bien manejada por la FED, se hizo sentir en el pueblo norteamericano, el salario medio en EEUU, después de la pandemia, ha ido en ascenso dada la creciente demanda de trabajadores, la contraída oferta de estos muy relacionada con los ingresos «gratis» que el Gobierno proporcionó en medio y posterior a la crisis sanitaria, y el poder de las negociaciones colectivas a la hora de ajustar el salario a la inflación.
En Cuba, por su parte, el Gobierno no solo no ha combatido la inflación, sino que la ha aumentado tanto como ha podido, utilizándola como herramienta para deprimir el poder adquisitivo del dinero cubano, que es el dinero con el que el Estado paga sus deudas y salarios.
Utilizando los datos de inflación de The Economist Intelligence Unit, mucho más fiables que los oficiales, si ajustamos el salario cubano hoy, aunque nominalmente se ha multiplicado casi por siete, en realidad su poder adquisitivo es apenas la mitad del salario que se recibía en 2020, antes del ajuste económico — alias robo descarado— que llamaron Tarea Ordenamiento.
En fin, paleontólogos, filósofos, biólogos y borrachos de cantina pueden debatir qué fue primero, si el huevo o la gallina, pero para los que padecemos la terrible enfermedad de aún vivir en esta isla, algo está bien claro: primero fue la revolución, luego el huevo… desapareció.