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Ramón Guillermo Aveledo: Si los venezolanos queremos que haya cambio, habrá cambio en el país el 28 de julio

 

 

 

El doctor Ramón Guillermo Aveledo, exsecretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, docente universitario y especialista en Gerencia Pública y Derecho Constitucional, dice que nadie puede saber cómo será el día de mañana, pero lo que ocurra el 28 de julio dependerá de la responsabilidad que asumamos los electores venezolanos.

Al ser entrevistado por El Impulso, este exparlamentario e intelectual barquisimetano, autor de 26 libros de temas jurídicos, históricos y políticos, analizó acerca de cómo el chavismo ha venido descendiendo en apoyo popular y es del criterio que el respaldo del 46 por ciento de la gente que está dispuesta a votar por la candidatura de Edmundo González es por ser considerado este emergente de la unidad  la esperanza del cambio.

Historial electoral

Vamos a hablar de las elecciones de 1998 para acá, le decimos. Ese año, Hugo Chávez obtuvo más de 3 millones 600 mil votos y en la última elección en que participó, recibió más de 8 millones.

Con un dato que es importante. En ese lapso, entre 1998 y 2012, aumentó mucho el número de electores, no sólo por el aumento de la población sino porque el chavismo se interesó en que  más gente participara en las votaciones. Es por eso que hay una diferencia muy marcada en los números absolutos, que como se ve en lo relativo es distinto porque la mayoría de Chávez frente a Salas Romer en el año  98 fue proporcionalmente mayor a la obtenida por Capriles en el año 2012, siendo mayor el número de votos, ya que la oposición sacó mayor votación a la de 1998.

Ahora en el caso de Nicolás Maduro cuando va a las elecciones del 2013, el chavismo pierde más de 500 mil votos a los que había alcanzado Chávez un año antes y, luego, en el 2018 perdió más de un millón 300 mil votos. O lo que es lo mismo, perdió más de un millón 800 mil votos en números redondos en dos elecciones. ¿Cómo explica esa baja en la votación del chavismo?

A la inversa de Chávez, que subió su votación constantemente, en el caso de Maduro lo que ha hecho siempre es bajar. El bajó la votación con relación a Chávez, quien había vencido unos meses antes. Hay que recordar que cuando esa brevísima campaña la diferencia entre él y Henrique Capriles era de veinte puntos. De manera que tenía una ventaja enorme que dilapidó. Terminó siendo una elección muy disputada, cuyos resultados nosotros impugnamos. Fue una elección muy ajustada cuando empezó con una ventaja enorme dado todo el ambiente anímico que vivía el país a raíz de la muerte de Chávez.

Después en el 2018, en la cual ya había inhabilitado a varios de los candidatos posibles, finalmente el más importante de sus contendores fue el entonces gobernador Henri FalcónMaduro sin embargo, en el total de los votos disminuyó. Es verdad que el porcentaje de votos válidos en su caso fue mayor, pero hay que considerar que esa abstención del año 2018 fue gigantesca. Votó una minoría  de los inscritos en el Registro Electoral. Esa abstención debe considerarse, como es obvio, un detrimento para la votación de Maduro porque él se había agenciado el modo de que sus más importantes contrincantes no pudieran participar. La gente reaccionó absteniéndose. Ese nuevo bajón no solo fue suyo sino en la base popular electoral para el chavismo,  cosa que no recuperaron nunca después como se puede ver en los números de las elecciones parlamentarias, ni en las elecciones regionales.

Ahora que usted habla de abstención y de merma de votos, la participación en las elecciones de 2018 fue de apenas 46 por ciento. Así es, fue una minoría de electores. Un número absoluto similar, ligeramente inferior, a la elección de Rafael Caldera en 1993.

La rebelión cívica

En relación a todo lo que hemos hablado, ¿qué significado tiene para usted la Primaria del 2023?

Tiene varios significados reveladores. El primero es que se hizo a contrapelo del grupo en el poder, el cual trató desde el comienzo de impedirla, de enervarla, de censurar la información acerca de ella y a diferencia de la Primaria del 2012,  ésta vez no quisieron que se hiciera con el Consejo Nacional Electoral. Cuando se estaba conversando decidieron cambiar la directiva del CNE, y obligarnos a que la hiciéramos por nuestra cuenta. Sin embargo, en una elección que fue realizada desde la oposición, sin apoyo público ninguno, sin las posibilidades de acceder a la estructura, a las máquinas, a los centros educativos y a toda la seguridad que significa el  apoyo  tecnológico y administrativo del CNE, votó un número superior a más de los dos millones y medio, más cercano a los tres millones de personas. Eso tiene en sí mismo un enorme significado porque  representa  ante el mundo  una especie de rebelión cívica, una decisión de la ciudadanía, que pacíficamente, quería expresar su preferencia.

En segundo lugar, la actitud que el poder ha tenido frente a la ganadora de la Primaria, María Corina Machado, lo que ha hecho en verdad es impedir su candidatura presidencial, pero fortalecer muchísimo su imagen popular. Porque toda esa persecución, todo ese acoso, todo ese cerco, lo que ha originado es que crezca la expectativa popular con relación a ella y brote la emoción. Eso también tiene otro significado político: la emoción que tuvo el chavismo, que después se fue burocratizando, la perdió en la burocracia y ahora la emoción se ha traslado al lado de las fuerzas del cambio, de los venezolanos que quieren un cambio y en eso el liderazgo de María Corina Machado ha tenido una gran importancia, no hay duda.

Esperanza, decisión e incertidumbre

¿Cómo aprecia los sondeos de opinión, según los cuales la mayoría, hasta el 80 por ciento de la gente consultada, quiere participar en las elecciones?

Eso se parece mucho a lo que uno ve en la calle. ¿Qué siente uno en la calle al hablar con la gente? !) Una gran esperanza de cambio; 2) Una gran decisión de votar. Y 3) Una  incertidumbre, que ha sido sembrada por el grupo en el poder para dar la sensación de que algo puede pasar, que pueden ellos impedir de algún modo ese cambio que la gente siente. Así como ellos han fracasado en la línea estratégica constante de dividir a la oposición, porque lo que dividieron no resultó,  ahora están insistiendo en la otra línea estratégica, en desanimar, en desalentar, en confundir a los electores que quieren cambio. En alcanzar ese cambio no sólo están los opositores, sino la mayoría del país que quiere cambio y está dispuesta a votar por el cambio. Y ahí está el verdadero asunto y es si el 28 de julio va a expresarse, como está en todas las encuestas, la mayoría popular. O podrían imponerse contra la voluntad de la mayoría todas estas maniobras para desanimar, desalentar e ir rebanando las posibilidades de una victoria del cambio. El asunto es sí asumimos nuestra responsabilidades, así como Edmundo González ha asumido las suyas, de ser candidato sin que lo estuviera buscando. Él terminó siendo  un candidato de entendimiento ante el hecho de que nuestra candidata elegida en la primaria no pudo  serlo. Y contrariamente a todas las previsiones, la oposición se pudo poner de acuerdo en un candidato. Y él, que no estaba buscando la cosa, terminó siendo el abanderado presidencial. Pero si cada uno de nosotros asumimos la responsabilidad ese día de participar y votar, porque la participación es el verdadero motor de la historia, creo que no hay manera de que no haya  cambio.

La fuerza moral del candidato

¿Cómo ve usted la figura de Edmundo González Urrutia, porque casi nadie lo conocía como político y claro, el círculo diplomático sí sabia quién era él porque había tenido una trayectoria importante, incluso en los conflictos armados de Centroamérica y participó en negociaciones para la paz en esa región?

Muy interesante es lo que ha pasado. Yo que pasé tantos años en la política activa a mi me impresiona mucho que en tan breve tiempo Edmundo González haya sido reconocido por la mayoría de la población, pero además depositario de la esperanza. Cuando se ve en las encuestas y le preguntan a la persona consultada: ¿Por qué usted dice que va a votar por Edmundo González? ¿Cuál es su principal razón? Va a encontrar un grupo grande que dice que lo hará por ser el candidato de María Corina, otro grupo más pequeño que dice que es el candidato de la unidad, y el grupo mayor de todos, 46 por ciento de esos electores, dice es el que representa el cambio en Venezuela? El haber logrado eso es una gran virtud. ¿Y por qué eso es así? ¿Por qué este señor, como tú dices,  no es un político. que su profesión ha sido la diplomacia, que no tenía una imagen pública salvo un círculo muy reducido, ha logrado ese éxito tan grande? Te digo mi análisis personal: Resulta  que en este momento, tan difícil para el país, el país ha sentido que alguien así es lo que hace falta. Una persona serena, una persona que asume la responsabilidad sin haber tenido ambiciones para ejercerla, que conoce los problemas y conoce el Estado venezolano porque ha sido un funcionario durante muchos años y está preparado para eso, tiene la cualidad. Y una cosa muy importante: él siempre habla de ser el presidente de todos. En un país que está acostumbrado a las parcialidades, que alguien diga que va ser un presidente para todos, que va a gobernar para resolver los problemas, no para vengarse de nadie, es un hecho impresionante.  En un país que está últimamente acostumbrado a los monólogos, alguien que hable de diálogo, sin duda, tiene un encanto que yo creo es lo que le ha dado esa enorme fuerza moral.  Es verdad que tiene el respaldo de María Corina, que es muy importante; tiene el respaldo de los partidos de la Plataforma Unitaria, que también es muy importante; y ha reunido otros partidos y personalidades que no estaban en la Plataforma y habían apoyado a Marìa Corina, como el Movimiento al Socialismo, Puente, Hiram Gaviria, Eduardo Fernández o Henri Falcón, gente  variada en el mundo no gubernamental, alcaldes que estaban antes en Fuerza Vecinal o en partidos de la llamada Alianza Democràtica, la otra coalición que se formó en el el 2021. ¿Por qué ha sido capaz de reunir todo eso? Yo  creo que es justamente porque la gente siente que ha sido una coincidencia afortunada en que este momento de la vida nacional nos hayamos encontrado en esa responsabilidad con alguien así, con alguien de esas características, de ese talante. Yo creo que esa serenidad, esa actitud de buen padre de familia, de padre responsable, es lo que ha hecho que tantos venezolanos expresen su disposición de votar por él como esperanza.

No será fácil la transición

De ganar González Urrutia, ¿cómo cree que será la transición tomando en cuenta que el gobierno mantendrá su control absoluto hasta enero del año que viene?

Nadie puede decir cómo será el día de mañana. Yo encuentro que esa diferencia enorme de tiempo que hay entre la elección y la toma de posesión, que constitucionalmente es el 10 de enero,  o los cinco días siguientes al cinco de enero del año que viene, esa distancia  que es anormal, que normalmente no sería sana, en una circunstancia como la venezolana,  de repente podemos aprovecharla para que ocurra en ese lapso la adecuada conciliación política, la adecuada  negociación que permita que los cambios ocurran sin mayor trauma.

No va a ser fácil. No, de ninguna manera. No va a ser sencillo, pero el asunto es lograr que ocurra con la menor anormalidad. Yo no digo la mayor normalidad. Con la  menor anormalidad, con la menor cantidad de traumas, eso es muy importante. Edmundo González creo que ha sido muy atinado cuando en lugar  de hablar de transición, habla de la alternancia democrática pacífica. Me parece interesante porque una de las mentiras más repetidas en este tiempo es que Venezuela cambió para siempre. La verdad es que los países nunca cambian para siempre. Los países siempre cambian; es decir, la opinión pública varía, la situación económica y social cambia, los ciudadanos cambian de opinión, y eso puede pasar. Y él, que habla de alternancia democrática pacífica implica que ahorita va a gobernar los que no están, y eso no significa que los que se vayan ya no van a volver más nunca. Eso va a depender de cómo actuará el nuevo gobierno y de lo que hagan desde fuera del gobierno aquellos que se fueron. Porque la democracia es así: No hay minorías incurables, ni hay mayoría eternas. Lo normal de la democracia es que cada cierto tiempo hay elecciones y por eso es que la alternancia es un asunto fundamental. Así como  es la división de poderes y son las libertades públicas, los Derechos Humanos y el ejercicio del voto, la posibilidad de alternancia (ganen unos y ganen otros) es otra garantía de las sociedades democráticas modernas. Yo creo que es interesante tenerlo en cuenta porque el capítulo que se va a abrir en la vida venezolana desde el 29 de julio en adelante es un capítulo difícil, interesante y muy prometedor si lo sabemos hacer los venezolanos  como en otros momentos lo hemos logrado también. Si lo sabemos hacer los venezolanos, creo que saldremos de esta prueba con bien y el país va a recuperar su visión de futuro, sus oportunidades, sus capacidades para pensar en cosas grandes.

¿Cuál será el papel que jugarán los Estados Unidos, Rusia y China en este período de transición?

Son países muy importantes, No nos engañemos. Nadie cría a muchachos ajenos. A nosotros, los venezolanos, nos corresponde una responsabilidad de protagonismo en la gestión del cambio en Venezuela. Tienen los estadounidenses y chinos mucho peso en el mundo por razones obvias, y Rusia, que no es tan importante como Estados Unidos y China, sin embargo tiene una política agresiva desde el punto de vista geopolítico, que está buscando cercar los espacios a los  norteamericanos en su esfera normal de influencia. Pero, también hay otros países interesados, como los latinoamericanos, porque hasta allá ha ido el mayor volumen de nuestra inmigración. Y este es un volumen muy  grande, de millones de personas, que tiene  un impacto en la vida de esos países, sobre todo Brasil y Colombia, que son nuestros vecinos inmediatos y que ambos están interesados en la estabilidad de la región. De igual modo, los países europeos. Y todo el mundo sabe que si en Venezuela hubiera una continuidad  artificial, forzada, del actual grupo del poder, si siguiera gobernando, va a producir  nuevas  oleadas de inmigración venezolana. Eso es algo que ellos esperan no ocurra, porque apuestan por la estabilidad y porque nosotros tengamos oportunidad en nuestro propio país.

¿Cómo tiene que ser el papel que cumplirá en este momento la fuerza armada?

Esa es la pregunta con respuesta más fácil, porque el papel de la fuerza armada está muy bien descrito en la Constitución. Lo que dice el artículo 328 es el papel de la fuerza armada y la política militar del gobierno de Edmundo González se va a basar en eso, en el cumplimiento de la Constitución. La fuerza armada es parte del país y a la fuerza armada le hace bien lo que le hace bien al país. Si al país le hace bien un cambio político, eso le hará bien también a la fuerza armada, que es una parte muy importante de Venezuela. Yo hablo en lo cualitativo porque no es tanto con relación a la población, sino porque es una institución de la vida venezolana. Y la guía principal para ese papel está en la Constitución y esa es como la brújula para lo que hay que hacer desde el mundo civil y desde el mundo militar.

¿Cuál es su mensaje para los electores que todavía tienen dudas acerca de lo que puede pasar el 28 de julio?

No tengamos dudas, lo que pase el 28 de julio va a depender de lo que hagamos nosotros, los electores venezolanos. Lo que decidamos los electores venezolanos eso es lo que va a pasar. Si estamos indecisos, el 28 será indeciso. Si estamos decididos, será decisivo el 29 de julio. Así como te dije de los muchachos ajenos, nadie ejerce la responsabilidad de uno. Y ese día tenemos una responsabilidad: ir a votar y esperar con toda tranquilidad los resultados. Y, por supuesto, muy atentos para que la voluntad del pueblo se cumpla. Ese día tenemos que dar una alícuota pequeñísima, pero entre todos tenemos la alícuota de la decisión acerca del futuro de Venezuela. En ese momento, como dice la ranchera del Rey,  nuestra palabra es la ley, es lo que digamos los electores. Tengo una enorme confianza y una gran seguridad de que si los venezolanos queremos cambio, habrá cambio.-

 

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