Ramón Peña / En pocas palabras: Aislacionismo 2.0
Esta semana, la opinión del planeta entero ha gravitado, con asombro, aprensión o esperanza, en torno a los anuncios y medidas del presidente Donald Trump. Limitémonos a los rasgos que observamos como la espina dorsal de su esquema de raciocinio: aislacionismo, autarquía, supremacía, materializados, entre otras expresiones, en rechazar tratados multinacionales de distinta naturaleza. Su alegato: proteger los intereses y prioridades estadounidenses. Veamos.
En su primera gestión, en enero de 2017, retiró a EE.UU. del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, proyecto clave de comercio exterior del presidente Obama. Adujo que la promoción del libre comercio en la rica cuenca del Pacifico perjudicaría al sector manufacturero estadounidense. La ausencia de EE.UU. fue aprovechada por China.
En diciembre de 2018 Trump retiró a EE.UU. de la Unesco invocando un “continuado sesgo anti Israel por parte del organismo”, consideraba inadmisible la adhesión de Palestina como miembro de pleno derecho.
En mayo de 2018 relegó a EE.UU. del Acuerdo Multilateral Nuclear con Irán para la no generación de armas nucleares. En su lugar impuso sanciones unilaterales. Éstas, entre otras secuelas, llevaron a Irán a cobijarse en una formidable alianza comercial, estratégica y militar con China.
Esta semana, de nuevo, como en su primera administración, Trump retira a EE.UU. del Acuerdo de París para control del cambio climático. Días después de calificarse a 2024 como el año más caluroso registrado a nivel mundial, atribuible en buena medida a la acumulación de gases de invernadero en la atmósfera.
Inaugurando su nuevo mandato, ha retirado a EE.UU. de la Organización Mundial de la Salud, bajo argumentos baladíes y teorías conspirativas. EE.UU. se sustrae así de aportar casi 20% de los fondos requeridos por este organismo, crucial para los países más pobres.
Trump, es ajeno a asociaciones multinacionales, pero no a alianzas personales como la recién creada –una suerte de estado mayor– con sus cofrades millardarios, Musk, Bezos, Zuckerberg…. Veremos qué logre y cuánto dure este original cesarismo tecnocrático…