DictaduraEconomía

Ramón Peña / En pocas palabras: Ilusión económica 

En el diagnóstico y prospectiva económica, los economistas algunas veces razonamos casi exclusivamente sobre lo que revelan los datos estadísticos, sin detenernos mucho en la apreciación de lo subyacente en esos números. Algo parecido a los médicos que confían en imágenes y laboratorio sin escudriñar con ojo clínico a sus pacientes. Recientemente, el examen por respetables analistas de algunos indicadores claves de la nación: PIB, inflación, devaluación, ingreso en divisas, han sugerido en la opinión pública la sensación de luz al final del túnel. Es correcta la detección de puntos de inflexión estadísticos en esos agregados, comparados con las desastrosas cifras de los últimos siete años, incluida la pérdida de 80% del tamaño de la economía, pero no es suficiente para interpretarlos como un cambio de rumbo, fundamentalmente en las condiciones de vida de los ciudadanos.

Mencionemos solo algunas realidades persistentes. El salario real de empleados públicos, docentes y pensionados no refleja cambio positivo alguno derivado de esos indicadores. Manufactura, construcción y banca, sectores dinamizadores de la inversión, el empleo y la producción, están y continuarán estancados. La pobreza, según la UCAB, persiste: 91.3% y extrema 65.7%. Se desinfla la hiperinflación, pero los precios denominados en dólares aumentaron en más de 40% en un año. La devaluación del Bolívar es represada al costo de quemar las precarias reservas internacionales. La llamada Economía negra (oro, gasolina, chatarra, drogas) es factor importante de las tenues mejoras del ingreso en divisas. El gasto real en alimentos de los venezolanos, se ha reducido entre 24% y 34%. Se acrecienta en la población el “sentido de ser pobre”. Para la sobrevivencia, el instinto es defenderse con lo que se pueda, así, la informalidad laboral ascendió a 85%, mientras, cada día, mil venezolanos continúan emigrando…

La mejora de indicadores es ocasional, no es producto de política económica alguna. La enfermedad continúa siendo el modelo vigente. La solución es quirúrgica.

 

 

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