Economía

Ramón Peña / En pocas palabras: Nuestro subsuelo yacente    

 

Venezuela considera "responsable" decisión de congelar producción de  petróleo | El Interés | El Estímulo

 

La preocupación de la otrora poderosa Venezuela petrolera, la de 3.3 millones de barriles diarios, se centra hoy en asegurar los 200 mil barriles diarios de la corporación Chevron. Entretanto, en nuestro vecindario, otros países exhiben un inusitado dinamismo, de tal monta, que Sudamérica es actualmente la región de más rápido crecimiento mundial en producción de petróleo y gas natural.

A la cabeza de todos, Brasil, superando 3.7 millones de barriles diarios, es polo de atracción para las más importantes corporaciones multinacionales por sus ricos yacimientos costa afuera. Este mes, British Petroleum anunció un nuevo descubrimiento, a 400 kilómetros de Río Janeiro, Bumerangue, el más grande hallazgo de esta corporación en lo que va de siglo. Por lo promisorio del subsuelo brasileño, las grandes corporaciones mundiales participarán en la subasta de derechos de exploración a celebrarse en octubre próximo.

Argentina, luego de la cadena de fracasos, corrupción, confiscación de empresas de hidrocarburos, durante el kirchnerismo, revive y atrae inversiones bajo la confianza que ofrece la administración Milei. La producción de crudo registró un incremento anual de 26% en el primer trimestre de 2025. Avanza la construcción de un gran oleoducto que transportará 700 mil barriles diarios a la costa atlántica. La producción de gas natural es la más alta alcanzada desde 2006.

La vecina Guyana registra también un acelerado crecimiento de su explotación petrolera costa afuera, especialmente en el bloque Stabroek, a 200 kilómetros de Georgetown, que comparten ExxonMobil, Chevron y China Offshore Corporation. Su producción ya se acerca a 700 mil barriles diarios, y se proyecta a 1.2 millones de barriles diarios antes del fin de esta década.

Excluido de este dinamismo energético, nuestro subsuelo, con las mayores reservas probadas de petróleo del planeta, de unos 300.9 mil millones de barriles de crudo, yace aguardando por las condiciones políticas, jurídicas e institucionales necesarias para las enormes inversiones que desencadenen su inmenso potencial productivo.

 

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