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Ramón Peña / En pocas palabras: Patria y vida

Escribir Vida, donde antes decía Muerte es un delito en Cuba. La revolución cubana, desde los primeros fusilamientos sumarios en el cuartel de La Cabaña, hasta hoy, siempre ha exhalado un tufo a muerte. Ni siquiera disimulado, porque la palabra muerte fue incluida deliberadamente en su eslogan.  Hoy, el vocablo Vida espanta a la raída monarquía castrista. Es una blasfemia para su inquisición arcaica, añeja de más de seis décadas. Hastiados de pobreza, mordaza, abusos, resignación, que ya son como escamas malolientes adheridas a la piel de millones de cubanos, salvo los depredadores militantes del partido-Estado, el reclamo por Vida ha emergido hoy, como un cisne negro, en las voces frescas de una banda de jóvenes raperos de la isla. Su videoclip, titulado Patria y vida, ha cobrado la popularidad y fervor de un himno, que anima el alma de los oprimidos cubanos y llena de rabia al ancien regime.

 

 

 

Esta canción, viralizada en las redes, aunque no sea amenaza inminente para la dictadura, aviva las cada vez más numerosas y desafiantes manifestaciones de malestar popular. Ha provocado una furia nunca vista: el oficialista Granmma la acusa de “acción desestabilizadora de la nación”, el propio presidente de la isla ha tuiteado tres veces para descalificar y tildar de “mercenarios” a los jóvenes músicos. El régimen se arrepiente de haber permitido hace tres años la incorporación de internet a los teléfonos celulares. El videoclip le ha puesto letra y música a la miseria, al hambre de millones de cubanos que no pueden acceder a tiendas de alimentación, que el gobierno ha condenado a que sean solo en dólares, cuando en Cuba nadie cobra en dólares.

“Quien les dijo que Cuba es de ustedes si mi Cuba es de toda mi gente… Se acabó y no tenemos miedo, se acabó el engaño, ya son sesenta y dos haciendo daño …»

 

 

 

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