DictaduraEleccionesPolítica

Ramón Peña / En pocas palabras: Sí se puede

La manipulación de procesos electorales por los poderes gobernantes es casi tan vieja como la democracia misma. Utiliza procedimientos de amplio espectro que oscilan entre lo sutil y lo brutal, entre la intriga y el desparpajo y hasta entre la vida y la muerte. Hoy, los regímenes autoritarios y autocracias tienden a servirse de la vía electoral para eternizarse en el poder. Es el “autoritarismo electoral”, sucedáneo de las viejas dictaduras patriarcales.

La literatura sobre el tema (*) aborda el abanico de recursos empleados: impedimentos espurios al registro de candidatos, limitaciones a la participación de votantes, manipulación de las circunscripciones electorales, (gerrymandering), judicialización de organizaciones políticas y aspirantes, cooptación de falsos oponentes, control de medios y propaganda, uso ventajista de sistemas biométricos de control, etc. Modos más taimados que robarse la elección el día de la votación.

El modelo de respuestas exitosas frente a intentos de fraude se sumariza en una sólida unidad electoral opositora, preparada para la resistencia civil, desafiante del aparato estatal represivo que, finalmente, induzca a las fuerzas armadas a respetar los resultados de la consulta electoral.

Ejemplos que ilustran esas victorias: en Ucrania, 2004, se pretendía, bajo amenazas de Putin, imponer fraudulentamente al rusófilo Viktor Yanukovich. El respaldo unitario al candidato pro europeo Viktor Yushchenko y el reclamo desafiante en las calles, obligaron a la inédita repetición del acto electoral. En Chile, 1988, se convocó un plebiscito teñido de abusivo ventajismo de la poderosa dictadura militar. Ésta, por cierto, contaba con considerable apoyo popular. Pero la fuerza unitaria de la Concertación se impuso mayoritariamente y obtuvo el acatamiento militar de los resultados, bajo ciertas concesiones que no obstaculizaron la trayectoria del país hacia la democracia.

Un caso no hallado en los textos es el de la respuesta democrática exitosa frente a una organización criminal gobernante, huérfana de apoyo popular y sin obra alguna que exhibir, que pretenda fraudulentamente perpetuarse en el poder. Esa historia está por escribirse.

———————–

(*) Magaloni, Beatriz, The game of electoral fraud and the ousting of authoritarian rule, American Journal of Political Science, Stanford University, July 2010

Cheeseman, Nic & Klass, Brian, How to rig an election, Yale University Press, London, 2018.

Botón volver arriba