Ramón Peña / En pocas palabras: Sobre Fukuyama y Huntington
Dos conocidas hipótesis geopolíticas publicadas a fines del SXX, la de Francis Fukuyama, quien, en El fin de la historia y el ultimo hombre predecía el predominio mundial de la democracia liberal y el fin de las ideologías, y la de Samuel P. Huntington, que, en El choque de civilizaciones, anunciaba un mundo signado por enfrentamientos entre culturas y religiones, son vaticinios que están siendo matizados por la realidad del SXXI.
En primer término, es el autoritarismo más que la democracia, la modalidad de gobierno que hoy se expande más rápidamente en todas las latitudes, presuntamente como redentor ante la frustración social o económica, real o pretendida, de gobiernos democráticos, no solo en países subdesarrollados, también en el llamado primer mundo. En cuanto a la declinación de las ideologías (coincide con Huntington), ciertamente se confirma el pronóstico de Fukuyama: marxismo, liberalismo, socialdemocracia, etc. tienen cada día menos protagonismo ante el auge del pragmatismo político.
En cuanto al Choque que preconiza Huntington, el factor étnico y religioso que invoca como vector de grandes pugnas está presente en conflictos regionales, Israel-Palestina, India-Pakistán o como elemento de discordia, en una medida todavía moderada, entre Europa y el islamismo. Pero, como choque a gran escala de fuerzas opuestas, lo que se vislumbra en el horizonte del tablero geopolítico mundial, es la contienda entre totalitarismo euroasiático y democracia occidental, más que enfrentamientos culturales y religiosos.
Esta semana, en la reunión de la Organización de Cooperación de Shanghái, reunida en Tianjin, China, hemos presenciado cómo China, Rusia, Bielorrusia, Norcorea, Irán y la India, independientemente de representar confucianismo, cristianismo ortodoxo, islamismo e hinduismo, constituyeron un polo estratégico que desafía la hegemonía occidental de Estados Unidos y la OTAN.
Curiosamente, este hecho coincide con la decisión del presidente Donald Trump de rebautizar el Departamento de Defensa de EE.UU., como Departamento de Guerra…