Ramón Peña / En pocas palabras: Y ahora, los océanos
Lejos del desconcierto que ha desatado el trumpismo sobre la superficie terrestre, veamos un preocupante fenómeno que ocurre en el lecho de los mares: la destrucción progresiva de los arrecifes de corales. Debido al calentamiento global que afecta a los océanos, más de 80% de las zonas coralíferas del globo están expuestas a una reacción que puede significar la muerte de estos organismos simbióticos que abrigan una tercera parte de la biodiversidad marina.
Son importantes los corales por ser el hogar de un estimado 25% de todas las especies marinas. Su hábitat ofrece abrigo, alimento y sitio de reproducción a una vasta variedad de peces, tortugas, mamíferos marinos e invertebrados. Por su valor ambiental los ecólogos los llaman “el bosque húmedo del mar”. Es significativo su apoyo a las pesqueras comerciales y artesanales y fuente de alimentación e ingreso para millones en todo el globo.
El futuro de la mar oceánica es preocupante también en muchos otros aspectos como consecuencia de las altas temperaturas, las cuales alcanzaron en 2023 y 2024 el mayor registro histórico. Los enormes y crecientes deshielos y la extinción de glaciares pronostican subidas alarmantes del nivel de los mares. Hay proyecciones para 2050 de la desaparición de extensas superficies costeras como es el caso del delta del río Mekong en Vietnam, la seria afectación de la costa sureste de Estados Unidos y la desaparición de pequeños países insulares como Las Maldivas y Seychelles.
No obstante, la lucha mundial para frenar los factores que alimentan estos desequilibrios en los océanos es cuestionada y censurada por el segundo mayor emisor de gases de invernadero, Estados Unidos. Por añadidura, este jueves 24 de abril, el presidente Donald Trump firmó un decreto que ordena iniciar la extracción a gran escala de minerales en los grandes fondos oceánicos, incluidas las aguas fuera de la jurisdicción estadounidense…