Raúl Ochoa Cuenca: Trump – un concepto y una forma de gobernar
Esta nota que hoy escribo tiene realmente dos protagonistas de gran prestigio cada uno en su terreno. El primero es el escritor Michael Gerson, quien es columnista sindicado del Washington Post y ex redactor jefe de discursos del presidente [Republicano] George W. Bush.
El segundo trabajo es fruto de una entrevista que Napoleón Bravo le hiciera a Ricardo Hausmann, quien es un economista venezolano radicado en Estados Unidos. Es el actual director del Centro para el Desarrollo Internacional y profesor de Economía del desarrollo en la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard. Fue el gobernador principal de Venezuela ante el Banco Interamericano de Desarrollo. Fue ministro de Planificación de Venezuela y jefe de la Oficina Presidencial de Coordinación y Planificación (1992-1993) durante el Gobierno de Carlos Andrés Pérez. Este trabajo donde Hausmann expone su experiencia con el Sr Soros y con la ya célebre OFS, es el fruto de la extensa entrevista que le hiciera Napoleón Bravo para la televisión. Entrevista esta, la cual fue resumida muy acertadamente por el diario digital “El Venezolano News” de Miami, Fl. Hausmann es también parte de la diáspora venezolana.
Entonces apreciados lectores, primero hablemos de la nota escrita por el escritor conservador Michael Gerson, sobre las posiciones que ha mantenido el presidente Trump durante sus cuatro años como primer mandatario de la primera potencia mundial y lo ocurrido durante los dos meses previos a la toma de posesión del Presidente Biden.
Este trabajo fue publicado en las páginas del The Washington Post en el día 4 de febrero y lo tomo del diario digital América Nuestra.com. Su importancia radica, a mí parecer, en que no podemos olvidar el inmenso mal que han hecho las posiciones totalitarias, como lo son el fascismo y el comunismo. Ambas se han comportado de manera miserable con las sociedades donde han gobernado. También debemos remarcar que la gran mayoría tanto de los dirigentes como de los militantes del partido Republicano son sencillamente de raíces y comportamientos democráticos, porque los ejemplos como la Señora Marjorie Taylor Greene [1] y los Proud Boys son minoría en dicha organización. Este grupo que en español traduce “Muchachos orgullosos” ha sido declarado grupo terrorista por las autoridades del Canadá. [2] Los Proud Boys estuvieron muy activos durante el asalto al Capitolio el día 6 de Enero.
Es útil mencionar que en el partido demócrata los extremistas de izquierda representados en la joven congresista Alexandria Ocasio-Cortez y por el Senador Bernie Sanders hoy día son una minoría.
Y es aquí donde se centra el gran debate que algo así no se daba en los Estados Unidos desde décadas atrás o muy probablemente nunca antes. Este enfoque de gobierno que impulsó el Ex Presidente Trump, a base entre otros conceptos de hacer política con la utilización de frases shocks como prometer la resurrección de un pasado mítico, por ejemplo: Make America Great Again [traducible como «Haz los Estados de Unidos de América grande otra vez»] y de frases de un chauvinismo vulgar que a mí como latino americano me ha ofendido y mucho : ¿Por qué tenemos a toda esta gente de países (que son un) agujero de mierda viniendo aquí? (refiriéndose a Haití y El Salvador). Divide las familias de unos que tienen la misma sangre latina de nosotros. Advierte sobre supuestos complots globales de judíos y élites sombrías. Se esfuerza en caerle simpático al asesino de Corea del Norte Kim Jung-un. Elogia la ley y el orden mientras se reserva el derecho a desobedecer la ley y anular el orden político mediante la violencia, ya que lo ocurrido en el Capitolio es innegable.
Recordemos que fue el secretario de Estado de Georgia que lo grabó cuando Trump lo amenazaba, siendo no obstante que Georgia es un Estado gobernado por Republicanos. Por eso no puedo entender cómo y sobre todo después del ataque al Capitolio aún muchos venezolanos podríamos seguir creyendo que el Ex Presidente podía ayudar a resolver nuestra dramática situación humanitaria.
Esta es una realidad que me he resistido a nombrar. El ex presidente Trump y una parte significativa de sus partidarios han abrazado una forma de fascismo estadounidense. Y la bufonada de Trump no refuta el punto. Aunque probablemente no pueda nombrar la teoría política que ha adoptado, su propia imprudencia, vanidad e instintos autoritarios lo han llevado por sendas fascistas. Igualmente ante la llama de esperanza que Trump despertó en nuestra población, hoy huérfana de democracia, cuando el 19 de Septiembre del año 2019 afirmó que todas las opciones estaban sobre la mesa y repitió “todas”. Me permito recordar que en ese momento aún le faltaban dos años y medio para terminar su mandato. En realidad no eran todas las opciones; por lo tanto me parece que nosotros los venezolanos, que creímos en esa fabula, se nos olvidó que así como nosotros no queremos poner los muertos, amigos míos, ellos, los gringos tampoco quieren. En fin, nadie está disponible a ello. Solo nosotros deberíamos y tampoco lo estamos.
Me es imposible olvidar que los Estados Unidos han sido y son grandes impulsadores con su comportamiento del avance de las democracias en el mundo. Mal podríamos los venezolanos, sin importar donde nos encontremos físicamente, no poder ver o analizar con la frialdad necesaria las perspectivas que de eso que llaman en los EE. UU las posiciones bipartiidistas.
Hasta donde he podido ver la política de la administración del presidente Biden no ha cambiado un ápice con relación al comportamiento de la administración del presidente Trump. Hago referencia por ejemplo a las recientes declaraciones del portavoz del departamento de Estado, el Señor Ned Price, quien confirmó que hasta el momento no se está discutiendo ningún cambio en cuanto a la actitud americana hacia Maduro, a quien califican oficialmente de dictador. Ayer 8 de febrero el portavoz del Secretario de Estado el Sr Antony Blinken, reiteró que no tienen la menor intención de hablar con Maduro o con sus acólitos.
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Deseo ahora pasar brevemente al interesante resumen realizado por el diario Online El Venezolano News de Miami, de la entrevista que le hiciera Napoleón Bravo a Ricardo Hausmann. Esta nos muestra otra imagen de algunos protagonistas que son acusados de querer convertir el universo en un futuro no muy lejano, en una alegoría del mundo donde se desarrollaron las Star Wars, teniendo como principal protagonista a Georges Soros a quien lo presentan convertido en el malvado Darth Vader. Para el Dr. Hausmann no es así; Soros no es el monstruo que maneja todos los medios de comunicación del mundo entero. Yo, en lo personal, no creo en los absolutismos.
Lo más absurdo de la acusación contra Soros hecha por venezolanos que apoyan a Trump, afirma el Profesor Hausmann, es suponer que, si Soros se opone a Trump, debe estar a favor de Maduro. Nada más lejos de la realidad. Maduro representa lo opuesto de una sociedad abierta. Por ello OSF, la organización fundada por George Soros [3] ha apoyado y sigue apoyando fuertemente a organizaciones de la sociedad civil venezolana que defienden los derechos humanos, que intenta informar, que se enfrenta a la corrupción y el abuso, que se dedica a atacar el hambre y la pobreza y que trabajan para convertir a Venezuela en una sociedad libre. Igualmente me parece ecuo mencionar que “El Plan País” propuesto por el Presidente Guaidó, fue financiado por la OSF.
En Anfi del Mar el 9 de Febrero del 2021.
[1] Marjorie Taylor Greene se ha convertido en la representante más mediática del sector leal a Donald Trump del Partido Republicano. En las últimas semanas, los medios estadounidenses han desenterrado publicaciones y vídeos de la congresista por Georgia en los que apoya teorías conspiranoicas y se posiciona a favor del grupo de extrema derecha, QAnon.
[2] El 3 de febrero, los funcionarios canadienses designaron a los Proud Boys, grupo de extrema derecha, como una organización terrorista, diciendo que han alentado y planeado actividades violentas contra los opositores de su ideología. Los funcionarios también citaron el «papel fundamental» que desempeñó el grupo en el ataque del 6 de enero al Capitolio de Estados Unidos. Los Proud Boys fueron los principales instigadores de los disturbios. Fuente: The Wall Street Journal.
[3] Open Society Foundations (OSF), una fundación privada que opera y otorga subvenciones, tiene como objetivo dar forma a las políticas públicas para promover la gobernabilidad democrática, los derechos humanos y la reforma económica, legal y social. A nivel local, OSF implementa una variedad de iniciativas para apoyar el estado de derecho, la educación, la salud
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A continuación, las dos notas mencionadas:
El Trumpismo es el fascismo estadounidense
Michael Gerson – The Washington Post
Es revelador cómo un movimiento político que dice estar dedicado a la recuperación de la grandeza nacional ha abandonado tan rápida y completamente muchos ideales nacionales definitorios. La promesa de Donald Trump de la fuerza estadounidense ha implicado la traición de la identidad estadounidense.
Una de las vertientes más importantes de nuestra ideología fundacional es el republicanismo cívico. En esta tradición, el bien común no se produce automáticamente por un choque de intereses en competencia. Una sociedad justa debe ser construida conscientemente por ciudadanos que posean ciertas virtudes. Una democracia en particular depende de personas que asuman la responsabilidad de sus comunidades, muestren una preocupación activa por el bienestar de sus vecinos, exijan integridad a los funcionarios públicos, defiendan el estado de derecho y respeten los derechos y la dignidad de los demás. Sin estos compromisos morales, la mayoría es simplemente una turba.
¿Qué tipo de ciudadano ha producido Trump y sus medios partidistas de apoyo? La representante Marjorie Taylor Greene (R-Ga.) Todavía mantiene su trabajo en el Congreso porque es representante del radicalismo ascendente del MAGA. Aquellos que reflejan su racismo manifiesto, su pensamiento conspirativo desquiciado y su respaldo a la violencia contra las figuras públicas ahora son tratados como una circunscripción política seria dentro del Partido Republicano. Trump se ha puesto firmemente del lado de Greene. Una participante en el ataque del 6 de enero envió un video a sus hijos diciendo: “Irrumpimos en el Capitolio. . . . Entramos, hicimos nuestra parte. Estábamos buscando a Nancy [Pelosi] para dispararle en el maldito cerebro, pero no la encontramos «. ¿El detalle que me llega? Ella le envió esto a sus hijos. Ella vivía en un mundo mental donde las cosas viles y vergonzosas son el orgullo de los padres. Y vio sus acciones como la expresión de un deber público, un ejemplo de su parte.
Llame a esto barbarie cívica. En lugar de promover los valores de la ciudadanía responsable, Trump y sus facilitadores de los medios de comunicación están elevando y bendiciendo a los peores entre nosotros. Están haciendo que muchos estadounidenses sean menos aptos para el autogobierno y más peligrosos para sus vecinos. Y lo están haciendo por la razón que más temían algunos de los Fundadores: liderar la mafia contra la verdadera democracia.
¿Cómo puede alguien ver la destrucción de nuestra tradición fundacional como evidencia de patriotismo? Porque algunos han adoptado una filosofía política muy diferente a la que sostenían los Fundadores. Este enfoque de gobierno promete la recuperación de un pasado mítico. Alimenta una sensación de victimismo blanco. Enfatiza la emoción sobre la razón. Denigra expertos y pericia. Calumnia a los forasteros y los culpa de los males sociales y económicos. Advierte sobre complots globales de judíos y élites sombrías. Acepta las mentiras de un líder como una forma más profunda de verdad política. Se deleita con la ira y la deshumanización. Elogia la ley y el orden mientras se reserva el derecho a desobedecer la ley y anular el orden político mediante la violencia.
Esta es una realidad que me he resistido a nombrar. El 45º presidente y una parte significativa de sus partidarios han abrazado el fascismo estadounidense. Y la bufonada de Trump no refuta el punto. Aunque probablemente no pueda nombrar la teoría política que ha adoptado, su propia imprudencia, vanidad e instintos autoritarios lo han llevado por sendas fascistas. Muestra una afinidad intuitiva por líderes como Vladimir Putin de Rusia, Recep Tayyip Erdogan de Turquía y Viktor Orban de Hungría. Y Trump habría subvertido el resultado legítimo de las elecciones presidenciales de 2020 si hubiera podido, lo que habría roto una continuidad constitucional que ha perdurado durante dos siglos.
No creo que Trump estuvo particularmente cerca del éxito. Esta vez. Pero la influencia de su traicionera ideología sigue siendo difundida por personas sin principios que buscan influencia y ganancias. El fascismo estadounidense necesita ser marginado agresivamente.
Esto no sucederá si los republicanos responsables se niegan a participar en el debate o abandonan el campo por completo. El senador Mitt Romney (R-Utah), la representante Liz Cheney (R-Wyo.) Y el representante Adam Kinzinger (R-Ill.) Necesitan refuerzos. El líder de la minoría de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy (R-Calif.) Necesita ser ridiculizado implacablemente por su debilidad.
La tarea de la marginación también será más difícil si los de izquierda intentan agrupar a todos los conservadores en el campo de Trump, argumentando que el fascismo es de alguna manera el destino natural de la nominación de Barry Goldwater o la presidencia de Ronald Reagan. Esto es una absoluta tontería. Estuve involucrado, por ejemplo, en el conflicto ideológico entre el representante Jack Kemp (republicano por Nueva York), para quien trabajé, y Pat Buchanan, quien anticipó el trumpismo. Kemp era la voz más auténticamente conservadora. Y existe una enorme brecha moral entre la política de George H.W. Bush, George W. Bush, John McCain y Mitt Romney por un lado, y la barbarie cívica de Trump.
.Gran parte del futuro político de Estados Unidos dependerá de que se forme un conservadurismo estadounidense convincente y responsable como alternativa a la tentación de Trump. Esto puede suceder o no dentro del GOP. Pero para que la democracia estadounidense funcione plenamente, el republicanismo cívico eventualmente necesitará un hogar en la derecha política.
Mi relación con George Soros
Ricardo Hausmann
Las grandes maldades no la hacen personas que creen que hacen el mal. Actúan sobre el mundo con una concepción errada de éste. En su libro «Sobre La Tiranía», el profesor de la Universidad de Yale Timothy Snyder describe el rol que en esto juegan las «Grandes Mentiras». El auge del nazismo en Alemania estuvo basado en la Gran Mentira de lo que se llamó «La Puñalada en la Espalda», la idea de que Alemania no había perdido la Primera Guerra Mundial en el campo de batalla, sino que había sido traicionada por unos líderes políticos al servicio de una conspiración internacional donde los judíos jugaban un rol central. Para creer esta Gran Mentira había que dejar de creer en un gran conjunto de hechos reales y verificables que la contradecían. Para ello era necesario negar la realidad objetiva, negar lo que dijera la prensa libre y negar el derecho de los que disienten. De allí salió la justificación del antisemitismo que terminó en el Holocausto.
Acabamos de ver la lógica de la Gran Mentira en las elecciones recientes en Estados Unidos. La idea de que el presidente Trump ganó las elecciones de manera masiva pero que una conspiración le robó la victoria, es otra de estas Grandes Mentiras. Para creer en ella, es necesario dejar de creer en los gobernadores y asambleas legislativas controladas por el Partido Republicano que certificaron la elección, en el Departamento de Justicia y el Departamento de Seguridad Nacional que no encontraron evidencia de fraude, en la Corte Suprema de Justicia y los más de 50 jueces que decidieron en contra de las demandas de Trump, y en los medios de comunicación, los enemigos del pueblo – según ha venido repetidiendo el presidente durante 4 años. Ante la creencia en una masiva conspiración inventada por el líder, sus seguidores cometen crímenes con lo que creen ser sus mejores intenciones; por ejemplo, tomar el Capitolio en Washington, DC. el pasado 6 de enero. En este momento, está circulando una mentira equivalente que tiene que ver con una supuesta conspiración mundial perversa dirigida por George Soros, a través de su fundación Open Society Foundation (OSF).
Como la organización que fundé en el año 2006 y que aún dirijo – el Harvard Growth Lab – ha recibido subvenciones de OSF, se me quiere hacer parte de esa falsa conspiración. Me consta que esta conspiración es una de esas Grandes Mentiras. El que quiera enterarse sobre los que hace OSF puede comenzar por revisar su sitio de internet. El nombre de la organización sale del título de uno de los libros de Karl Popper – La Sociedad Abierta y Sus Enemigos. Popper fue profesor de Soros en la década de los cincuenta en el London School of Economics. Su libro argumenta que la verdad es algo que emerge de la confrontación de ideas en la sociedad y que, por ello, es importante que las sociedades sean abiertas y tengan la capacidad de debatir distintos puntos de vista. OSF se estrenó en Sur África ayudando a grupos que se organizaban contra el Apartheid y se concentró luego en Europa Oriental, ayudando a las organizaciones de la sociedad civil que intentaban organizarse frente al totalitarismo. En la actualidad, la organización otorga subvenciones equivalentes a 1.2 millardos de dólares al año principalmente a organizaciones de la sociedad civil a través del mundo. A lo largo de su historia ha otorgado más de 50.000 subvenciones.
La relación entre OSF y el Growth Lab data del año 2013. En julio de ese año, Edi Rama ganó las elecciones parlamentarias y fue nombrado primer ministro de Albania, en una campaña en la que asoció a su oponente en el poder – Sali Berisha – con el autoritarismo de Hugo Chávez. Rama, artista plástico y líder del movimiento estudiantil que sufrió un intento de asesinato que lo dejó con una fractura en el cráneo durante su lucha contra el comunismo, se había vuelto famoso luego como alcalde de Tirana, la capital de Albania, por su forma artística de re-imaginar y transformar la ciudad. Por su éxito, Rama fue invitado a presentar su visión en las prestigiosas conferencias TED. Su gestión de la ciudad lo llevó a convertirse en el líder de la oposición y a derrotar a Berisha en las elecciones del 2013.
Pocos días después de la elección, Christopher Stone – presidente del Open Society Foundations (OSF) en ese momento – fue a hablar con Rama para preguntarle como podían ayudarlo. En la reunión con Stone, Edi Rama le pidió que me involucrara en ayudar a su gobierno en su recuperación económica. Yo no conocía a Rama, pero algunos de sus colaboradores me habían visto en una conferencia en Atenas en el 2010 y habían pensado que yo podría ayudar a su país. Manejando al aeropuerto luego de la reunión con Rama en la cual evaluaron la forma como Open Society podría ayudarlo, Stone me llamó para pedirme que fuera a Albania a explorar las opciones. Christopher Stone me conocía bien, no solo porque ambos fuimos colegas en la Escuela Kennedy de Harvard por muchos años, sino también porque trabajamos juntos en dos proyectos del Growth Lab. El primero fue en Sur África, donde dirigí un proyecto sobre el tema de crimen y seguridad entre 2004 y 2009. El segundo fue un proyecto pequeño para ayudar en temas de seguridad a los nuevos gobiernos del Distrito Capital y Estado Miranda y a los gobiernos municipales de Sucre, Baruta y El Hatillo en Caracas, electos en el 2010. Por ello, Stone conocía bien la forma de trabajar del Growth Lab.
Junto con un equipo del Growth Lab, visité Albania en agosto de 2013 por un par de semanas en las que hicimos un diagnóstico de la situación. El país enfrentaba 3 potenciales crisis: primero, una macro-fiscal donde el gobierno tenía un déficit grande y creciente que estaba siendo financiado con demoras en los pagos. Segundo, el país enfrentaba una potencial crisis bancaria con una cartera de préstamos bancarios vencida muy alta y creciente. Tercero, el país enfrentaba una crisis energética, dado el catastrófico desempeño operativo y financiero de la empresa de distribución eléctrica. Definimos un programa de asistencia técnica para ser financiado por OSF. Me siento muy orgulloso por los logros de este proyecto, ampliamente documentado. Logramos resolver esos tres problemas y pusimos a la economía a crecer, a pesar de las dificultades que estaba pasando Europa en ese momento.
En el 2015, la sensación en OSF era que el proyecto de Albania estaba siendo muy exitoso. Sorpresivamente y en paralelo, Ranil Wickremesinghe fue electo Primer Ministro de Sri Lanka, luego de la derrota que sufriera Mahinda Rajapaksa, el lider nacionalista singalés, con fuertes tendencias autoritarias y con gran intolerancia hacia la minoría tamil. OSF nos contactó nuevamente y le pidió al Growth Lab un proyecto para el nuevo gobierno de Sri Lanka similar al de Albania. Era finales de 2015 y venían elecciones parlamentarias en Venezuela, en las cuales la oposición tenía opciones de ganar, como efectivamente ocurrió. Le dije a la Fundación que el Growth Lab aceptaría el proyecto de Sri Lanka siempre y cuando financiaran un proyecto similar para Venezuela. La OSF aceptó esta condición. As comenzó el proyecto sobre Venezuela en Harvard.
Este financiamiento para Venezuela permitió que el Growth Lab creara un equipo que trabajó desde principios del 2016 en analizar la economía venezolana y diseñar una estrategia de recuperación. Nos permitió también contratar un conjunto de estudios con los mejores economistas venezolanos en Venezuela y el mundo. Organizamos varios seminarios en Harvard, incluyendo una conferencia de 4 días a finales de septiembre del 2018, la cual dio origen al Plan País, el plan eventualmente aceptado por la Asamblea Nacional y el Presidente Juan Guaidó en el 2019.
Mientras ejecutábamos estos proyectos en el 2017, la guerra civil en Siria estaba causando una crisis de refugiados muy importante que había desestabilizado la política en Europa. OSF estaba ayudando al Gobierno de Jordania para que desarrollara la capacidad de absorber a los nuevos refugiados. Dentro de ese esfuerzo, OSF nos pidió que hiciera otro proyecto «tipo Albania» pero para el Gobierno de Jordania. Les pedí a cambio un apoyo financiero para reforzar institucionalmente al Growth Lab a fin de que pueda fortalecer los proyectos de investigación más académicos. Ellos aceptaron. El proyecto del Growth Lab en Jordania ayudó a ese país a redefinir su estrategia de desarrollo y a presentársela a la comunidad internacional, cosa que a juicio del gobierno se hizo con éxito. Por ello, la relación del Growth Lab con Jordania continúa, pero es financiada desde el año 2020 por el gobierno norteamericano a través de la Agencia de Desarrollo Internacional de EEUU (USAID, por sus siglas en inglés).
Si bien el apoyo de OSF ha sido importante en el proceso de desarrollo y crecimiento del Growth Lab, en estos últimos años nuestro portafolio de patrocinantes se ha expandido de forma significativa, incluyendo directamente a los gobiernos nacionales y regionales que son beneficiaron de nuestras investigaciones, organizaciones multilaterales y de ayuda internacional, y fundaciones filantrópicas que buscan promover el desarrollo en armonía con el equilibrio ambiental. Como consecuencia, la participación de OSF dentro del conjunto de patrocinantes que financian nuestro equipo de más de 50 personas se ha vuelto marginal.
Me siento extremadamente agradecido con George Soros y la OSF por la oportunidad de trabajar en Albania, Sri Lanka y Jordania, por el apoyo recibido para nuestros esfuerzos en Venezuela y por lo que hemos podido hacer en materia de investigación básica gracias a su apoyo al Growth Lab. Creo que no solamente aportamos buenas ideas a los gobiernos de estos países, sino también estos proyectos nos han permitido aprender mucho sobre el desarrollo económico en varios contextos distintos. La codificación de esos aprendizajes en publicaciones ha extendido estos beneficios al mundo académico y a los estudiantes y responsables de las políticas publicas interesados en resolver los retos de crecimiento en los países en desarrollo.
Todos los proyectos fueron supervisados por la Universidad de Harvard. Como dictan las buenas prácticas de transparencia e independencia académica, todo el financiamiento de OSF ha entrado directamente a la Universidad de Harvard. Mi sueldo corre a cuenta de la Escuela Kennedy de Harvard y mi cargo no depende en nada de la relación con OSF. Esos recursos han permitido al Growth Lab contratar los equipos de trabajo que ejecutaron estos proyectos. Estas personas se han desarrollado intelectualmente gracias a estas experiencias, lo que los hace hoy mejores profesionales.
En el transcurso de estos proyectos a lo largos de estos años, OSF jamás ha interferido – o buscado interferir – en la sustancia, métodos, resultados, o implicaciones de política derivados de los trabajos del Growth Lab. Tampoco nos pidió que compartiéramos con ellos información de carácter confidencial que los gobiernos habían compartido con nosotros. Luego de mas de 7 años de relación, tengo la mejor opinión de OSF y sé que está dedicada a ser útil a la sociedad civil, con especial énfasis en ayudar a quienes luchan por la libertad en países que buscan recuperarse de totalitarismos de izquierda y derecha.
Lo más absurdo de la acusación contra Soros hecha por venezolanos que apoyan a Trump, es suponer que, si Soros se opone a Trump, debe estar a favor de Maduro. Nada más lejos de la realidad. Maduro representa lo opuesto de una sociedad abierta. Por ello OSF ha apoyado y sigue apoyando fuertemente a organizaciones de la sociedad civil venezolana que defienden los derechos humanos, que intenta informar, que se enfrenta a la corrupción y el abuso, que se dedica a atacar el hambre y la pobreza y que trabajan para convertir a Venezuela en una sociedad libre.
Esa es la realidad, una realidad como todas las realidades: absolutamente incompatible con la Gran Mentira.