Dictadura

Resignación o desobediencia

Foto @CaracasConVzla

 

 

“Este era un resultado previsible. Ganó la abstención y con ello el régimen y los que la promovieron”, escribe Henrique Capriles como balance de la elección del domingo. Es decir, si así se debe entender, triunfaron Maduro y, a la vez, María Corina Machado. ¿Es posible, en verdad, tal conclusión?

Del post en X del ex candidato presidencial también resalta otra frase: “Esto sigue y allí estaremos al lado de la mayoría que sufre”. ¿Y si una enorme proporción de “la mayoría que sufre”, como parece indicarlo los centros electorales sin gente, decidió no votar? ¿Se está a su lado o no? ¿Se abstuvo la gente por desesperanza y resignación, como señala Capriles, o fue un acto más de desobediencia, como lo destaca MCM, quien observa un hilo conductor desde la primaria de 2023 hasta este 25 de mayo?Andrés Caleca, firme defensor del voto, reproduce un mensaje de Oscar Murillo, coordinador general de Provea, en el que se lee que desde el 22 de agosto de 2024, cuando el TSJ convalidó la victoria de Nicolás Maduro en las presidenciales del 28J, “la institucionalidad del sufragio, es decir, el derecho al voto como instrumento de lucha democrática y motor de cambios políticos, quedó muy comprometida, y una expresión de esa situación puede encontrarse en lo ocurrido este 25 de mayo”. ¿Y si la abstención representa la denuncia de esa institucionalidad vulnerada?

Las elecciones del 25 de mayo, y lo que posiblemente ocurra en estos días siguientes, sin resultados fiables, es el proceso de piratería política más grotesco de cuantos se hayan hecho en estos 26 años y contando. Los venezolanos deben soportar ínfimos salarios y pensiones, hospitales sin medicamentos, escuelas semicerradas, represión humillante y para enfrentar y cambiar eso son llamados a participar en la mediocridad electoral concebida por Maduro y su gente.

El amor propio no es una categoría política, pero puede tener más fuerza que una elaboración política previsible, sin imaginación y sin capacidad para decir a estas horas cuántos votos se sacaron, dónde se sacaron; desnudar, por ejemplo, la falsedad del 42% de participación, que, según otros cálculos no llegaría ni a 25%, siempre y cuando sea cierto el número de votos que los rectores Amoroso y Quintero dicen que contaron. ¿Se les puede creer algo a esos señores?

La lucha va por otro camino. Esa es la prédica de María Corina Machado, la líder electa el 22 de octubre de 2023 por la oposición, hace menos de dos años; la audaz mujer que ejecutó la campaña electoral que dejó en harapos a Maduro frente al mundo. Para ella, la primaria, el 28J, el escape de los rehenes de la sede diplomática argentina en Caracas y este chasco electoral del domingo marcan una ruta, en la que la desobediencia, el ir contra lo previsible y la corriente, es un rasgo apreciable aun cuando la posibilidad de la transición democrática sea un objetivo todavía sin certezas.

En esa dirección, la abstención del domingo evidencia el inmenso desapego popular con el régimen. “Está vacío”, acota MCM. Pero la abstención no basta, es un acto de rebeldía, así se puede asumir, pero precisa continuidad, maduración organizativa y confluencia de aún más voluntades, sumar más fuerza, movida por el anhelo de democracia y libertad que no será posible sin desalojar del poder a quienes hoy lo usurpan.

 

 

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