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Ricardo Bada: También a veces duerme la censura

 

En la España surgida de la victoria del inferiocre y felón general Franco sobre las fuerzas armadas leales a la II.ª República Española, la Falange acaparó el mercado negro y la Iglesia católica, apostólica y romana quiso acaparar las conciencias, mientras que el Estado implementó una censura implacable de la que fuimos víctimas quienes padecíamos la funesta costumbre de leer o de oír radios extranjeras.

En ese panorama de bozal a machamartillo a todo lo que sonase en contra de los rígidos conceptos falangistas, católicos y estatales, de repente uno escuchaba una copla flamenca, cantada por Lola Flores y que empezaba con una blasfemia:

♫ Bautizá con manzanilla ♫. Es evidente que la censura no podía estar pendiente de todos los detalles, pero eso de que a Lola bautizáranla con vino de Jerez y no con agua bendita, la verdad es que es fuerte.

Por otra parte, la retórica política del momento, y mucho más exacerbada desde que terminó la 2.ª guerra mundial con la derrota del Eje, se orientaba hacia el futuro, con una decidida vocación de grandeza. Una de las canciones de marcha del Frente de Juventudes, la organización juvenil de la Falange, incluía en su texto estos versos:

♫ cara al mañana que nos promete / patria, justicia y pan ♫. Todo se subordinaba a lo que nos traería el mañana, pese al boicot internacial del régimen franquista por la ONU: en Madrid sólo se quedaron el Nuncio, es decir, el embajador del Vaticano y los de Portugal, Suiza y Argentina. Pues bien: justo en esos momentos pasó sin cortes la censura una canción cuyo texto se hizo popular gracias a los programas de discos dedicados, y decía lo siguiente: ♫ Ayer, volver al ayer, / volver a gozar, / volver a querer. / Mañana, qué triste palabra, / mañana me harás padecer ♫.

Y otrosí: soy feliz poseedor de un ejemplar del libro Leyes Fundamentales del Estado: La Constitución Española, editado en 1966, dentro de su serie “Documentos políticos”, por el Servicio Informativo Español e impreso por el Ministerio de Información y Turismo, sito en el nº. 39 de la Avenida del Generalísimo, desde 1980 Paseo de la Castellana. En el cuadro sinóptico al final del libro puede leerse (cito al pie de la letra): JEFE DEL ESTADO, y debajo: “(Presidente de la República)”. No tengo constancia de a qué mazmorra del sistema penitenciario español fueron a parar los responsables del gazapo. Si es que no los fusilaron: al franquismo de 1966 no se le caían los anillos por un par más de penas de muerte. No olviden que el dictador hizo ejecutar algunas hasta un mes y 24 días antes de su defunción.

No sólo el buen Homero duerme a veces, como aseveraba Horacio. También la censura. Menos mal.

 

 

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