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Robot nuestro de cada día

En un laboratorio del Instituto Tecnológico de Harbin, China, células de leucocitos llamadas neutrófilos han sido transformadas en neutrobots para introducir medicamentos en ratones con cáncer cerebral, informa The Science en una de las muchas noticias sobre la robótica, cada vez más omnipresente en la cotidianidad.

 

 

Un neutrobot visto con microscopio electronic, Un neutrobot visto con microscopio electronic

Lo que pertenecía a la ciencia-ficción en una película  de Richard Fleischer hace medio siglo es ahora realidad porque navegan microscópicos robots guiados magnéticamente para incrementar cincuenta veces su velocidad y control y, literalmente, contrabandear su carga salvadora mediante espermas, bacterias o eritrocitos que burlan las barreras del propio organismo.

Es un procedimiento original que integra  componentes ya conocidos en un nuevo sistema que permite una mayor funcionalidad en el control de largo alcance de los neutrófilos.

 

 

Prototipo. Foto Nature

                                                     Prototipo. Foto Nature

 

 

Desde luego, quedan cabos por atar antes de que esos minúsculos robots puedan aplicarse a  organismos humanos pero, mientras tanto y también desde China, la revista NATURE reporta que un equipo de la Universidad Zhejiang en Hangzhou, ha ensamblado componentes electrónicos en una matriz de silicona en un robot explorador de profundidades, cuya energía autónoma le permite moverse a pesar de las tremendas presiones abisales.

Los once kilómetros de la Fosa de las Marianas, el punto más profundo del planeta, fueron hollados con este objeto en forma de pez que también descendió a 3.224 metros en el Mar de China, por hallarse exento de las limitaciones de los vehículos subacuáticos convencionales de metal.

La escogencia de la silicona no es arbitraria, porque es un polímero tan flexible como las trenzas textiles, capaz de infiltrarse en espacios estrechos y viajar en superficies desiguales; vale decir como los pulpos y los calamares que inspiraron a los autores de la idea para espaciar los componentes electrónicos en lugar de concentrarlos, a fin de reducir la presión.

 

 

L. K. Sanders- R. Truby- M. Wehner- R. Wood y J. Lewis. Harvard Univ.

                              L. K. Sanders- R. Truby- M. Wehner- R. Wood y J. Lewis. Harvard Univ.

 

 

Y, una vez más, queda un trecho que recorrer antes de que los robots se muevan como pez en el agua, aunque la revista imagina un futuro no lejano en que recogerán especímenes animales y vegetales en profundas cavernas o intrincados atolones coralinos, monitoreando los océanos para prevenir su contaminación.

Finalmente, el GUARDIAN londinense refiere la formidable experiencia de un robot agrícola que combate la plaga con descargas eléctricas, en el condado británico de Hampshire.

 

 

Craig Livingstone. Gerente de Lockerley Estate en Hampshire. Foto Peter Flude-The Guardian

Craig Livingstone. Gerente de Lockerley Estate en Hampshire. Foto Peter Flude-The Guardian

 

 

Se trata de una nueva etapa de la revolución agrícola –la cuarta- que ensambla automatización e información para producir más con menor daño ambiental gracias a un trío de robots infatigables – Tom, Wilma y Dick- que, en ese orden escanean el campo en busca de malas hierbas y pasan la información a un equipo de inteligencia artificial que entonces instruye al killer para atacar al huésped indeseable, impulsado por baterías Tesla y dotado de sensores laser para entrar en hibernación si tropieza con alguna situación imprevista.

Tom el fisgón puede trabajar de noche gracias a su iluminación LED y suministrar seis terabites de información, mientras Dick, aún en fase de prototipo, posee la inteligencia suficiente para exterminar sólo y únicamente algunas hierbas, respetando otras que agradan a las abejas o fijan el nitrógeno de los suelos.

 

 

Los prototipos de robots de vigilancia Tom se encuentran actualmente en pruebas de campo en 20 granjas del Reino Unido. Foto medium.com

Los prototipos de robots de vigilancia Tom se encuentran actualmente en pruebas de campo en 20 granjas del Reino Unido. Foto medium.com

 

 

En síntesis, una vez se hayan solucionado detalles técnicos – por ejemplo para utilizar la cantidad exacta de electricidad y extender la vida útil de las baterías- los robots serán una bendición para los agricultores, que podrán prescindir del uso intensivo de pesticidas y comparan ya el cambio con los tractores que reemplazaron la tracción animal hace algunos decenios.

Y por eso centenares de compañías se han lanzado a desarrollar sistemas para siembras individuales y en horticultura, desplegando azadones en torno a los vegetales y plantas frutales, e incluso escuchar el canto de los pájaros, aprovechando el régimen de subsidios implantado por el Reino Unido en la fase post-Brexit.

En fin, un porvenir sin químicos ni emisiones contaminantes  es lo que se abre a los agricultores del primer mundo, a cobijo incluso de conflictos salariales gracias a esos robots obedientes, infatigables e indiferentes, hasta  ahora,  a cualquier reivindicación sindical.

 

Varsovia, mayo 2021.

 

 

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