Rusia se asoma a la bancarrota: ¿y ahora qué pasará?
Moscú debe abonar hoy en dólares los intereses de dos bonos de su deuda, lo cual, en teoría, no podrá hacer ante el bloqueo de sus reservas en moneda extranjera
Rusia afronta su posible primer ‘default’ (suspensión de pagos) de deuda en divisa extranjera en más de un siglo. Moscú tiene que abonar a sus acreedores 117 millones de dólares por los intereses de dos bonos pero las sanciones impuestas por Occidente dejan al país al borde de la quiebra técnica. ¿Por qué? Porque no puede pagar ese dinero al tener bloqueadas sus reservas en moneda extranjera.
El territorio ya vivió un ‘default’ en 1998, en parte por el coste que tuvo la primera guerra de Chechenia. Entonces salió a flote gracias al apoyo internacional y las ventas de petróleo y gas, dos salvavidas que ahora ni están ni se esperan en un tiempo. Es decir, el bloqueo de Occidente no solo puede precipitar la caída de Moscú, sino impedir que se levante en un periodo corto de tiempo. Además, el impago de finales de los noventa se produjo en rublos. Hay que remontarse a 1918, cuando los bolcheviques se negaron a abonar los bonos comprometidos por el zar, para encontrar un ‘default’ del país en dólares.
La situación que se abre ahora para Rusia es de total incertidumbre. Su margen de maniobra es muy escaso y un incumplimiento de sus compromisos de pago de deuda pública es el peor escenario para un Estado.
¿Qué escenario se abre ahora?
La intención de Rusia es pagar esos 117 millones de dólares… pero en rublos, lo cual no es aceptable ya que los dos bonos en cuestión deben abonarse en la divisa americana. La agencia de ‘rating’ Fitch lo ha dejado muy claro: «De acuerdo con los criterios de calificación soberana de Fitch Ratings, el pago en moneda local de los cupones de eurobonos en dólares estadounidenses de Rusia con vencimiento el 16 de marzo, si ocurriera, constituiría un incumplimiento soberano».
Las agencias de calificación no dan por buena la solución de utilizar rublos. Sin embargo, la situación de ‘default’ no ocurre de manera inminente. Hay un periodo de gracia de 30 días que Rusia tendrá para intentar cumplir con sus obligaciones en dólares con los acreedores. En caso de que no solucione la situación, la bancarrota técnica se haría realidad.
Opciones tras el impago
Una vez Rusia incumpla sus compromisos de pago en dólares y haya pasado el periodo de gracia de 30 días, las opciones para los tenedores de deuda son varias. Ninguna de ellas sencilla.
Una vez ocurra el ‘default’ técnico, los acreedores y el país tendrán que negociar cómo llegar a un entendimiento, como aseguran los expertos. La solución habitual suele ser la de realizar un descuento de parte de lo adeudado pero en este caso todo es distinto. Rusia tiene dinero para hacer el pago pero tiene los activos bloqueados y en rublos no es aceptable el abono.
Los expertos consultados apuntan a que lo que podría plantearse es un horizonte en el que se pospongan los plazos de los bonos hasta que la situación vuelva a encauzarse, con el riesgo de que esto no ocurra en años. Asimismo, también es cierto que los bonos extranjeros de Rusia cotizan ya solo a un 20% de su valor nominal, lo que indica la reducida posibilidad que dan los inversores a que el país haga frente a los pagos que tiene pendientes.
Como solución alternativa está buscar el cumplimiento por la vía judicial. Y esto podría desembocar en el embargo de los activos rusos fuera del país para hacer frente al pago de sus compromisos de deuda. Un proceso, aun así, que no sería rápido.
Más deuda en el aire
Estos 117 millones son solo el aperitivo del ‘default’ y el terremoto financiero que llegaría para Rusia. La deuda pública y de las empresas rusas también quedará en el aire si no se soluciona este problema para con los pagos. Concretamente, quedarían en el aire 150.000 millones de dólares en compromisos en moneda extranjera que tiene el territorio y que tampoco podría abonar.
«Si Rusia no paga, nadie querrá prestarle y se convertirá en deudor del resto del mundo. Nadie hará negocios con ellos», indican fuentes financieras. El terremoto financiero para el país sería mayúsculo e histórico, con las sanciones de Occidente de por medio.
Aun así, hay que destacar que Rusia no es un país excesivamente endeudado. El pasivo público no alcanza siquiera el 18% del PIB (cifras de 2021); por poner en contexto esta cifra, España tiene diez veces más de deuda en relación a su economía.
¿Qué dice el FMI?
El Fondo Monetario Internacional (FMI) monitoriza de cerca la situación de Rusia ante un «inminente» ‘default’, como sostienen las agencias de calificación.
Kristalina Georgieva, directora gerente de la institución, explicó que «Rusia tiene el dinero para pagar su deuda, pero no puede acceder a él. En términos del servicio de las obligaciones de deuda puedo decir que ya no pensamos en el incumplimiento de Rusia como un evento improbable», dijo hace unos días.
Con todo, ella no cree que un impago vaya a generar un problema financiero mundial. Principalmente, porque la exposición de las entidades financieras globales al país apenas está en los 120.000 millones de dólares, lo cual hace que no se pueda generar un problema sistémico como ocurrió a raíz de la crisis de 2008.
El impacto en Europa
Pese al terremoto financiero que puede provocar esto en Rusia a nivel interno, lo cierto es que el impacto en Europa será limitado, según los expertos. La exposición del Viejo Continente al país está contenida y no se prevé una gran crisis derivado de un ‘default’ ni de interrupción de negocios.
Sí que hay entidades como Unicredit, Deutsche Bank, BNP Paribas o Credit Suisse con exposición al país, pero no a deuda rusa, al menos por lo que indican las fuentes consultadas. Su exposición total en activos sería por unos 15.000 millones entre todos ellos. Por ahora solo han trascendido unas pocas entidades con exposición real al pasivo ruso. Entre ellas la firma estadounidense de inversión Pimco, con alrededor de 2.400 millones por su presencia vía seguros de impago y por inversión directa, lo que supone menos del 1% de sus activos.