Salvajizando a Europa
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Exitoso ha resultado el proyecto de la fundación holandesa Rewilding Europe, cuyos albores registró PLANETA VITAL en 2014, de salvajizar vastas extensiones deshabitadas del Viejo Continente e incluso revitalizar ecosistemas que existieron hace diez mil años, con la instalación de leones, rinocerontes y elefantes como los que campearon entonces por esos rumbos.
Un reportaje en el GUARDIAN destaca ahora el cumplimiento de la meta de un millón de hectáreas, con media docena de acciones relacionadas con bisontes europeos en los Cárpatos rumanos y el ibex en parques nacionales del Adriático croata, para equilibrar con la voracidad de los grandes herbívoros el crecimiento explosivo de la vegetación, en una tónica de autosuficiencia administrativa basada en el turismo, según el ejemplo de las reservas del Continente africano.
850 mil hectáreas de las planicies próximas a Madrid se han reanimado con buitres negros, linces y caballos salvajes en el marco de la campaña que engloba tres áreas fundamentales de la Península – la Serranía de Cuenca, el Alto Tajo y los Montes Universales- cuyos pinedos, robledales y estepas fueron despoblándose por el éxodo a las grandes ciudades mientras las especies animales recuperaban sus querencias.
Es una de las diez iniciativas de la organización que instaló una manada de aurochs –una antigua especie bovina casi extinta- en las sierras de Albarracín y once caballos semi-silvestres cerca de Mazarete, en Guadalajara, en tanto comenzaron a liberar lotes de quebrantahuesos – parientes de los zopilotes mexicanos y los zamuros venezolanos- equipados con transmisores que permitirán a los científicos monitorear sus desplazamientos, en compañía de águilas doradas, lechuzas y buitres egipcios.
Los linces ibéricos, de los que apenas quedaban cien hace dos décadas suman ya más de un millar en España y Portugal, gracias a los desvelos de la ONG holandesa pero la reintroducción de lobos ha tropezado con la oposición de los campesinos que defienden, legítimamente, la salud de sus rebaños.
El presupuesto de 850 mil euros anuales debería incrementarse en los meses venideros mientras se incrementan y se divulgan los avances del proyecto realizado en cooperación con organizaciones locales como Terra Naturalis, la Asociación Nacional Micorriza y la Asociación Internacional para la Restauración de Ecosistemas, FIRE.
En síntesis, indica el matutino británico, se trata de proteger los viejos bosques que languidecían por la ausencia de lugareños, creando oportunidades para un turismo ecológicamente sustentable, a salvo de la minería, la industria forestal y la cacería, a la par de otras iniciativas como la Affric Higlands en Escocia, los Apeninos Centrales italianos y las montañas Rhodope de Bulgaria.
Y todavía es más ambicioso, porque según el responsable español de la operación, se intenta extraer de los animales algo más que carne y leche, como fue tradicionalmente y hacer a los bóvidos protagonistas de la recuperación de ecosistemas al reducir el riesgo de incendios y favorecer la acumulación de carbono.
Varsovia, octubre de 2022.