Salvan los muebles
El resultado no permite a Casado un paseo triunfal hasta las generales
Casado y Mañueco salvan los muebles pero de ninguna manera pueden decir que el resultado es el que esperaban. De una expectativa de mayoría cercana a la absoluta se ha pasado en realidad a una dependencia total de Vox, el auténtico ganador de la noche. Vox no puede decir no al PP, pero Mañueco tampoco puede hacer como si el partido de Abascal no existiera. No es un resultado bueno buenísimo, es evidente, pero tampoco tan malo como para forzar dimisiones dentro de la organización de Génova. Por tanto, Casado no está en peligro, aunque bien es cierto que este resultado no permite el paseo que Teodoro dibujó cara a las próximas generales. Sobre todo porque los siguientes comicios van a ser los andaluces, y allí la progresión del partido verde puede ser incluso mayor, teniendo en cuenta que para esa confrontación electoral va a contar con la foto de cartel de Macarena Olona, un auténtico peso pesado.
El resultado debe mover a la reflexión. El adelanto electoral no fue buena idea. Cambiar a Ciudadanos por Vox es para los populares mucho más incómodo. Les van a poner más condiciones y les van a controlar más. Probablemente los verdes no quieran entrar en el Gobierno, eso está por ver. Pero Mañueco no va a sentirse tan cómodo como con los naranjas.
Más aún: el planteamiento según el cual se podría repetir la victoria de Ayuso para las Cortes de Valladolid se ha venido abajo. Ayuso era mucho más que un mero comodín que anticipaba el cambio de ciclo. Ayuso tiene fuerza por sí misma, mucha más que Mañueco, eso es obvio. Era y es capaz de captar votantes en las filas de Abascal. El castellanoleonés, no. Moreno Bonilla, tampoco, y probablemente ni tan siquiera el propio Casado. El entendimiento con la presidenta madrileña es más que obligado.