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Scholz llama a la «producción masiva» de armas en Europa

La amenaza de Trump a la OTAN pone en alerta a la clase política y a la sociedad alemanas: quieren un rápido rearme

El canciller alemán Olaf Scholz en la fábrica de armamento Rheinmetall EFE

 

Tras escuchar a Donald Trump amenazar con dar vía libre a Putin en Europa, el canciller alemán Olaf Schoz ha respondido con una llamada a la responsabilidad y a la prudencia. «Nadie debería jugar con la seguridad de Europa», dijo anoche en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro polaco Donald Tusk, en la que calificó como «irresponsable y peligrosa» la relativización de la OTAN por parte del candidato republicano a volver a ocupar la Casa Blanca.

Pero, a Dios rogando, Scholz no se olvida del mazo y ha instado a los países europeos a producir material militar de forma masiva. Durante la visita a una planta del fabricante de armas Rheinmetall en Untelüss, en el norte de Alemania, habló de las instalaciones como de una «señal» para los europeos y propuso una nueva senda estratégica para toda la unión. «Debemos abandonar la industria manufacturera y centrarnos en la producción de armamento a gran escala», dijo, aludiendo a una «necesidad urgente». «Por muy dura que sea esta realidad, no vivimos en tiempos de paz», insistió en hacer conscientes de la situación a todos los europeos, a los que recordó que la invasión rusa de Ucrania y las «ambiciones imperiales» formuladas por Vladimir Putin, representan «una amenaza importante». «Quien quiere paz debe lograr disuadir a eventuales agresores», justificó, y reclamó una cooperación industrial «más estrecha» de los países de la UE.

«Una Defensa fuerte requiere una base industrial sólida. Esta verá la luz si nosotros, los europeos, reagrupamos nuestros encargos […] y le damos a la industria perspectivas para los próximos diez, veinte o treinta años», fijó la hoja de ruta.

Scholz comparte esta visión con la conservadora CDU, principal partido de la oposición, que ha mostrado su acuerdo además con un significativo incremento del presupuesto nacional de Defensa, de manera que Alemania se convierta en la avanzadilla de esta nueva política geoestratégica. El portavoz en materia de Defensa de la CDU, Roderich Kiesewetter, está a favor de triplicar los medios especiales de la Bundeswehr y triplicar el esfuerzo presupuestario hasta los 300.000 millones de euros. Únicamente ha puntualizado que hay que descartar «un mal uso del dinero para tapar agujeros presupuestarios».

En su opinión, además de este fondo especial para el rearme, debe lograrse paralelamente un presupuesto de Defensa permanente de al menos el 2% del PIB, algo que sólo puede lograrse «con una nueva priorización y reformas estructurales claras».

Gastos excluidos

La candidata socialdemócrata en las elecciones europeas, Katarina Barley, temerosa de quedarse atrás en esta carrera armamentística, ha elevado incluso la apuesta al contemplar la adquisición de armas nucleares por parte de la UE. El hecho es que Alemania debate ya abiertamente cómo financiar las nuevas exigencias de seguridad. El portavoz en materia presupuestaria del Partido Socialdemócrata (SPD), Andreas Schwarz, ha sugerido que los gastos en Defensa y protección civil deberían quedar permanentemente excluidos del freno de la deuda anclado en la Ley Fundamental alemana, para poder cubrir las necesidades urgentes de inversión en protección civil y contra desastres, ciberdefensa, búnkeres, quirófanos móviles y suministros hospitalarios. Y, aunque hace sólo unos meses habría parecido el argumento de una distopía de ciencia ficción, la opinión pública alemana respalda afirmaciones de este tipo.

Según un estudio de la consultora de gestión PwC, el 68% de los alemanes apoya el rápido rearme del Ejército y el 63% se queja de que que el «punto de inflexión» anunciado por el canciller Scholz en marzo de 2022 aún no ha llegado a la Bundeswehr. El 57% apoya la intención de invertir el 2% o más del producto interior bruto en Defensa, un objetivo que el Gobierno federal reconoce que Alemania lo logrará este año.

Sube la alerta

El ministro de Finanzas, Christian Lindner, calcula que este nivel de inversión en Defensa estaría garantizado solamente a partir de 2028. «Los resultados de 2024 subrayan que la gente está muy preocupada y quiere más esfuerzos para reforzar la seguridad», explica Wolfgang Zink, que forma parte del equipo de autores del estudio en PwC en Alemania; «la mayoría ve a Trump como una amenaza a la Defensa y un 58% considera bastante necesaria la ampliación de la presencia de tropas en el flanco oriental de la OTAN, especialmente con la prevista brigada de combate alemana en Lituania».

La candidata socialdemócrata a las elecciones europeas contempla la adquisición de armas nucleares por parte de la Unión Europea

Cuando se les pregunta si Ucrania podrá imponerse con éxito frente a Rusia con el apoyo de Occidente, los alemanes se muestran escépticos: el 39% ve oportunidades, pero el 48% considera que la capacidad de recuperación de Ucrania a largo plazo es bastante cuestionable.

Los encuestados se muestran muy pesimistas sobre si la OTAN y Occidente continuarían con su política de disuasión hacia Rusia como hasta ahora si Donald Trump fuera reelegido presidente de Estados Unidos. Sólo el 7% considera que Washington es fiable a este respecto. «Las declaraciones erróneas de Trump sobre las obligaciones de Estados Unidos en el tratado en caso de un ataque a un miembro de la OTAN demuestran lo impredecible, inescrupuloso y poco confiable que es», dice el coordinador transatlántico del Gobierno alemán, Michael Link, que, sin embargo, relativiza el peligro y recuerda que un proyecto de ley sobre política de Defensa aprobado por la Cámara de Representantes de Estados Unidos en diciembre incluye disposiciones que establecen que el presidente debe obtener el consejo y consentimiento del Senado o una ley del Congreso antes de sacar a Estados Unidos de la OTAN.

 

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