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Sí hay ‘efecto Feijóo’

De nuevo el PP recupera una senda alcista de hasta 124 escaños, frustrada en las últimas semanas con la fractura del partido que dio lugar a la rebelión interna contra Pablo Casado

El relevo de Pablo Casado al frente del PP y la resolución de la crisis orgánica de esta formación han dado lugar a un ‘efecto Feijóo’, según se desprende del Barómetro de ABC realizado por GAD3. El PP sería el partido más votado y lograría entre 124 y 128 escaños si hoy se celebrasen elecciones generales, lo que junto a los 53 escaños que como máximo alcanzaría Vox darían a la derecha una cómoda mayoría absoluta frente a la izquierda. El PSOE a su vez, volvería a rebajar el umbral de los 100 escaños, pudiendo tener incluso 96 escaños frente a los 120 actuales, lo que acredita el severo desgaste que está acumulando Pedro Sánchez. Vox, que en anteriores oleadas de este barómetro llegó a disponer de casi 60 escaños, permanecería prácticamente invariable en su actual composición en el Congreso.

Y otro dato relevante es la caída de Unidas Podemos, que pasaría de tener 35 escaños a entre 26 y 28. Por tanto, de nuevo el PP recupera una senda alcista que se había frustrado en las últimas semanas con la fractura del partido que dio lugar a la rebelión interna contra Pablo Casado. Otros sondeos de GAD3 llevaron recientemente a rebajar la expectativa de voto del PP hasta 86 escaños. El vuelco es notorio. El ‘efecto Feijóo’ no se produce solo en la intención de voto. Se percibe además con la valoración que Alberto Núñez Feijóo tiene entre la ciudadanía, con un aprobado de 5 sobre 10, por encima del 4,2 con el que es valorado Sánchez, o del 3 de Santiago Abascal. De hecho, Feijóo es el único dirigente político nacional que aprueba en estimación ciudadana. Si se compara este dato con el 3,4 que obtuvo Casado en la última oleada del sondeo, es notorio que Feijóo, por la novedad que representa como líder nacional y por su gestión al frente de la Xunta de Galicia, logra un margen de confianza mayor que los demás líderes. Además, el 22 por ciento de los encuestados le prefieren como presidente frente al 19,1 que optarían por Sánchez. Otro dato significativo es que el 62,3% de los españoles consideran conveniente un cambio de Gobierno contra el 28,8 que no lo estiman así, lo cual refleja una pulsión de cambio consolidada que hasta ahora no se había producido. La deficiente gestión económica de este periodo inflacionista y el recuerdo de los errores cometidos durante la pandemia penalizan especialmente a un Sánchez cada vez con menor simpatía ciudadana. De igual modo, el 53,1 por ciento de los consultados convocarían elecciones ya. El progresivo desapego hacia el sanchismo es tan evidente como la creciente percepción de que Núñez Feijóo es un candidato con opciones realistas, ya que no solo logra resucitar al PP de su marasmo y doblegar su curva descendente, sino que consigue contener la senda expansiva de Vox que le pronostican diversas encuestas demoscópicas.

Del sondeo son extraíbles otras conclusiones. El estilo ‘tranquilo’ de Feijóo, habitual enemigo de los aspavientos políticos, parece ser aceptado por el votante de la derecha. Así lo demostró el nuevo presidente del PP, cuando tras tres horas de reunión con Pedro Sánchez admitió sin sobreactuar, y enviando un mensaje claro, que no sirvió de nada. Era evidente que ni Sánchez iba a claudicar en nada para lograr el apoyo del PP, porque en realidad no lo quiere -solo admite sometimiento-, ni Feijóo iba a caer en la trampa tendida. El reto de Feijóo sin embargo seguirá siendo consolidar una mayoría del PP con una mezcla de desencantados del PSOE, todos los fugados en su día a Ciudadanos, y parte del electorado de Vox por criterios de ‘voto útil’. Y ese desafío es muy difícil.

 

 

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