Sin pena ni gloria, sin sustos ni fiestas
Nadie espera nada extraordinario de la Asamblea convocada el próximo día 10 para nombrar al Presidente de la República
Como si estuvieran dando una noticia, este lunes los medios oficiales anunciaron finalmente que el Consejo de Estado de la República de Cuba dispuso la celebración de una Sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular para el próximo 10 de octubre a las 10:00 en el Palacio de las Convenciones para elegir al presidente y al vicepresidente de la República, además de a los tres máximos cargos del Parlamento -presidente, vicepresidente y secretario- y los restantes miembros del Consejo de Estado.
Los casi nueve millones de ciudadanos con derecho al voto en Cuba desconocen todavía los nombres que aparecerán en la lista confeccionada por la Comisión Nacional de Candidaturas. Ni falta que les hace, porque los que marcarán una cruz junto a cada nombre escrito en la boleta serán los diputados del Parlamento.
Debe advertirse que no tendrán que elegir a su preferido entre varios candidatos, sino solo aprobar los que aparecen en la lista
Ni siquiera a estos se les ha develado el misterio y para tomar su decisión solo contarán con los minutos, a lo sumo un par de horas, que medien entre el momento que se les entregue la boleta y el solemne acto de depositarla en la urna. Debe advertirse que no tendrán que elegir a su preferido entre varios candidatos, sino solo aprobar los que aparecen en la lista.
Saben que no deben demorarse demasiado dentro del espacio donde cumplirán sus obligaciones electorales, en una supuesta intimidad. La lealtad y la disciplina forman parte de los méritos que los llevaron a ocupar un escaño en la ANPP y este es uno de esos actos donde se pondrá a prueba su obediencia. Si hubiera una casilla única para marcar su aceptación por todos la escogerían como opción «patriótica, revolucionaria, de continuidad».
Se puede apostar que quien resultará elegido presidente de la República será Miguel Díaz-Canel. Si esta decisión se tomara en una democracia, los analistas políticos estarían sopesando los efectos positivos de la reciente subida de salarios con las negativas consecuencias de la actual coyuntura energética que amenaza con paralizar el país.
En cualquier nación donde los electores eligen a su presidente las posibilidades de éxito de los candidatos se miden por sus éxitos y sus fracasos y por la credibilidad que merezcan a sus votantes. En Cuba resulta difícil, incluso, especular, porque todo puede depender del estado de ánimo de un anciano que tiene el poder de cambiarlo todo en el último minuto.
En medio de la incertidumbre en que vive una población en la que nadie sabe si mañana su centro de trabajo continuará funcionando, qué mercancías desaparecerán, qué rutas de ómnibus dejarán de circular ni cuántas horas durará el servicio eléctrico en los hogares es probable que esta convocatoria a una sesión especial del parlamento pase sin pena ni gloria, sin sustos ni fiestas.
En cualquier nación donde los electores eligen a su presidente las posibilidades de éxito de los candidatos se miden por sus éxitos y sus fracasos y por la credibilidad que merezcan a sus votantes
Los pocos interesados en el tema se inclinan a barajar nombres para los cargos de vicepresidente de la República y al frente de la ANPP. Esperan que Esteban Lazo pase a retiro y que figuras que se han destacado en los últimos tiempos sean ascendidas, como es el caso de Homero Acosta, Mercedes López Acea e Inés María Chapman. Otros se preguntan cómo quedarán en esta redistribución de poderes personajes como Marino Murillo, Roberto Morales Ojeda o Salvador Valdés Mesa, pero estas disquisiciones no son otra cosa que entretenimientos para entendidos.
Si el próximo 10 de octubre nos enteramos de que los cargos «en disputa» serán ocupados por otros desconocidos, tampoco nadie se sentirá sorprendido… ¿a quién le importa el resultado de esta puesta en escena?