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Socialcristianos ante la crisis, el diálogo nacional y una Nicaragua distinta

Una visión humanista cristiana

 

Ante la grave crisis que nos ha producido el régimen Ortega-Murillo en estos últimos diez meses de represión, terror, muerte y luto, los socialcristianos nicaragüenses integrados en la Unidad Nacional Azul y Blanco no hemos estado ni estaremos callados, ni podemos quedarnos sin hablar claro sobre la Nicaragua distinta a la que aspiramos, y por la que hemos luchado desde la fundación del Socialcristianismo en Nicaragua en 1957.

Nuestra ideología

Nuestra ideología de principios y valores humanistas, cristianos y éticos como opción popular frente a la dictadura y las paralelas históricas del pasado, y ahora frente al régimen dictatorial de Daniel Ortega, nos ha llevado a luchas permanentes en los últimos 60 años al lado del pueblo, antes contra la dictadura somocista y ahora contra la dictadura orteguista, ambas iguales de opresoras, autoritarias y atentatorias contra la dignidad de la persona humana y sus aspiraciones al desarrollo humano integral.

Represión de abril

De especial repudio contra la dictadura actual ha sido la represión perpetrada contra los estudiantes, los campesinos y el pueblo nicaragüense desde abril de 2018, que nos ha sumido en la peor crisis política, económica y social de nuestra historia republicana.

En todas estas luchas los socialcristianos hemos estado siempre en primera línea en las alianzas y unidades democráticas, deponiendo intereses grupales y trabajando por una democracia que nos permita a todos convivir en paz bajo el esquema del pluralismo y la equidad, en un sistema político justo, participativo, democrático y comunitario.

Diálogo nacional

En estos días y bajo la presión internacional, el régimen ha decidido finalmente llamar a un diálogo nacional en busca de una solución política a la crisis; desgraciadamente lo ha hecho en momentos de tener a la oposición en desventaja, después de un doloroso saldo de represión de entre 350 y 500 asesinados, 4 mil heridos, 50 mil exiliados, miles y miles de perseguidos, y 700 presos políticos injustamente secuestrados y encarcelados, muchos de ellos ya con penas condenatorias de prisión hasta de 216 años, como el caso del líder campesino Medardo Mairena; han accedido al diálogo después de varios meses de innumerables llamados de la comunidad internacional de abocarse a un diálogo para solucionar pacíficamente la crisis, llamamientos que siempre fueron desoídos por el régimen imperante.

Por eso el pueblo nicaragüense tiene razón al desconfiar de este diálogo, pues no ve al gobierno como parte creíble para dialogar, mucho han mentido, mucho han matado, mucho han reprimido, y por eso su posición es más bien exigir la renuncia y salida de esta dictadura, y el advenimiento de un nuevo gobierno que encamine a Nicaragua hacia la democracia.

Una oportunidad al diálogo, y plazo

Sin embargo, los socialcristianos, creyentes en el diálogo como instrumento de entendimiento, de pensamiento político profundo, y de proyección hacia una Nicaragua distinta, consideramos que se puede dar una oportunidad al diálogo siempre que tenga madurez, y nos lleve a los acuerdos que todo el pueblo demanda para vivir en paz y libertad.

Consideramos que el punto inicial de este proceso de diálogo debe ser la libertad de todos los presos políticos, y el cese inmediato de todo acto de represión, sea de la naturaleza que sea.
Con ello vendría luego la restauración de todas las libertades públicas, en la actualidad prohibidas o restringidas, como la libertad de expresión, de manifestación, de reunión, etc.

Igualmente consideramos como de contenido importante de este proceso de diálogo la discusión y aprobación de reformas electorales profundas e integrales, que transformen el actual sistema electoral hacia uno creíble y honesto que respete cada voto ciudadano, y borre para siempre toda posibilidad de fraude o farsa electoral.

Este diálogo nos debe llevar a fijar una fecha en 2019 para unas elecciones generales, presidenciales, parlamentarias y municipales adelantadas, libres, transparentes y competitivas, que sean observadas por la comunidad nacional e internacional, y permitan devolver al pueblo su derecho a elegir el gobierno de su preferencia, y que consideren llenaría sus aspiraciones.

Consideramos que al 18 de abril de 2019, a un año de iniciada esta revolución cívica y pacífica, es un plazo prudencial para que se vean señales de resultados positivos para el pueblo de Nicaragua, de lo contrario quedaría demostrado que el régimen sólo quiere ganar tiempo para garantizar su impunidad, mantenerse en el poder y evadir sanciones de la comunidad internacional.

Recordemos que las dictaduras siempre prometen pero muy poco cumplen, de ahí la necesidad de que los acuerdos a que se lleguen tengan el acompañamiento a largo plazo de la Unión Europea, las Naciones Unidas y la OEA.

Apoyamos a la Iglesia

Expresamos nuestro apoyo a la Iglesia, a los señores Obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, CEN, a la Nunciatura Apostólica en su labor de mediadores

y testigos en el diálogo nacional, y confiamos que seguirán cumpliendo con el mandato evangélico de estar al lado de los oprimidos y las víctimas de las injusticias.

Apoyamos a la Alianza Cívica

Apoyamos a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, ACJD, interlocutores de la oposición en este diálogo con el gobierno, pero a la vez le demandamos firmeza y convicciones para la conducción de este diálogo, y llevarlo a llenar las ansias de libertad de nuestro pueblo.

Estaremos atentos. No permitiremos dobleces ni entreguismos, y tampoco ceder a las maniobras dictatoriales que quieran usar este proceso de entendimiento para oxigenarse, ganar tiempo o intentar permanecer indefinidamente en el poder, lo que nos podría llevar a crisis humanitarias de hambre y falta de medicinas, como ha estado sucediendo al hermano pueblo de Venezuela.

Noche oscura pasará

Estamos seguros que esta noche oscura del orteguismo pasará a la historia, pero nosotros los socialcristianos queremos que esté garantizada para la era post-dictaduras la construcción de esa democracia por la que han muerto miles y miles de nicaragüenses en varias luchas populares contra los sistemas represivos de las distintas épocas.

Nunca más dictaduras

Queremos para siempre el fin de las dictaduras, el fin de los caudillismos perniciosos, de los autoritarismos dañinos que convierten a los gobernantes en seudo mesías y supuestos salvadores de un pueblo que se ha visto varias veces frustrado en sus ansias de liberación. No queremos jamás una nueva dictadura.

Una alianza del centro democrático

Por ello nuestro llamado a constituir una fuerza unificada de todos aquellos que de verdad queremos una democracia para Nicaragua, de todos los movimientos políticos, ciudadanos y sociales, de principios y valores democráticos, de todas las expresiones del centro democrático, alejadas de toda tentación autoritaria que son rescoldos de una cultura política impositiva y mesiánica que nos han fomentado las dictaduras.

Las fuerzas unificadas del centro democrático debemos estar por la la justicia, la institucionalización de una democracia para todos, la abolición de la reelección presidencial, la derogación de la Ley 840 que entregó la soberanía nacional a China para la construcción de un supuesto canal interoceánico, la derogación de toda ley represiva, una economía al servicio de la persona humana, un desarrollo medioambiental sostenible, y el respeto absoluto de todos los derechos humanos de los ciudadanos.

La educación política

Para una democracia estable y duradera necesitamos impulsar procesos de educación política que preparen a los jóvenes y ciudadanos para ser el soporte de un sistema político con democracia funcional, participativa y con los necesarios contrapesos que cierren el camino a todo intento de retornar a los autoritarismos que nos han fomentado una cultura política guerrerista, de confrontación, de falta de diálogo y de capacidad para generar consensos que sean la base para la estabilidad política tan necesaria para una paz duradera.

Seguiremos en la lucha

Los socialcristianos nicaragüenses organizados en Voluntad Humanista Social Cristiana, VHSC, reafirmamos nuestra decisión de seguir luchando hasta desterrar todo vestigio de dictaduras, y que esta represión, muerte, luto y terror que hoy sufre nuestro pueblo se convierta en triste historia al construir una Patria nueva, distinta, en que cada nicaragüense pueda desarrollarse integralmente, satisfacer sus aspiraciones, y vivir dignamente en un país de todos y para todos. Fuerza y Fe Nicaragua!

Managua, Nicaragua, 25 de febrero de 2019.

COMISIÓN COORDINADORA DE VOLUNTAD HUMANISTA SOCIAL CRISTIANA.

José Dávila, Rafael Thumas, Edgard Macías, Francisco Oporta, Sergio Oconnor, Carlos Jarquín, Esmeralda Sánchez, Francisco Campos, Norman López Bermúdez.

 

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