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Solano: El secreto de la Atlántida

Santorini es apenas una máscara, un disfraz turístico. Está usted en Thera

Thera Eruption: Tsunami, End of the Minoans and Akrotiri | Early European History And Religion — Facts and Details

 

Viajar a Santorini es una de esas experiencias que muchos tachan de «imperdible» cuando uno recorre el mar Egeo. Y es verdad: la isla, con sus cúpulas azules, sus acantilados blancos y ese sol que parece haberse entrenado para caer perfecto sobre cada tarde, es una postal viviente. Pero Santorini –nombre impuesto por los venecianos en honor a Santa Irene– es apenas una máscara, un disfraz turístico. Quien quiera realmente conocer esta isla debe saber que está viajando a Thera.

Thera no es solo un nombre antiguo: es una conciencia. Viajar a Thera es entender que debajo de los miles de selfis y de los cruceros que llegan cada día, hay un suelo que alguna vez explotó con tal furia que cambió el curso de la historia humana. Fue hace unos 3.600 años cuando la explosión volcánica arrasó con todo, tiñendo –durante días– de ceniza el cielo del mundo conocido y provocando un tsunami que algunos creen fue el final de la poderosa civilización minoica. ¿La Atlántida? Tal vez. La leyenda se mezcla con la arqueología y el mito con las cicatrices visibles en el paisaje. Por eso, si vas a Thera, no hagas cola para ver la puesta de sol desde la terraza abarrotada de Oía. En cambio, alquila una pequeña embarcación –cuanto más modesta y frágil, mejor– y navega hasta el corazón de la caldera. Allí, en medio de ese cráter sumergido, uno siente la escala de lo que somos: mínimos; pasajeros con la capacidad (hoy apenas usada por casi nadie) de comprender. Debajo de ti, más de 400 metros de profundidad ocultan lo que alguna vez fue tierra firme. El volcán duerme, pero no olvida. Después de esa experiencia, busca la Atlantis Books, la emblemática librería tallada en la roca de Oía. Camina entre libros en griego, inglés, francés; entre grabados, mapas y voces de otros tiempos. Toca el lomo de un libro antiguo y comprenderás que viajar es eso: una travesía entre el conocimiento y el abismo, entre la razón y la maravilla.

Porque Thera no es solo un destino turístico. Es una advertencia. Un lugar donde se esconden los libros, los volcanes, los dioses y el azar. Y quienes llegan a descubrirlo con los ojos abiertos, no regresan igual.

 

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