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Soy maricón y voy a votar a Vox

«Voto a Vox porque creo en la libertad y en tratar a todas las personas por igual, independientemente de su orientación»

Soy maricón y voy a votar a Vox

Isaac Parejo.

Soy Isaac Parejo, tengo 33 años, vivo en Vallecas. Nací y crecí en Extremadura, feudo socialista, y no vengo precisamente de una familia de señoritos. Mi padre ha sido albañil toda su vida, mi abuelo también era albañil y el otro abuelo era pastor.

Y sí, soy más maricón que un palomo cojo. Y todo el mundo pensaría que, tanto por mi condición sexual como por mi origen, debo votar a la izquierda y debo ser progresista. Que debo votar socialista o debo votar a Sumar. Y nada más lejos de la realidad.

Porque las personas homosexuales, antes que homosexuales, también somos personas. Y algunos somos trabajadores. Y otros somos trabajadores autónomos. De la misma manera que un heterosexual nunca va a decir que se define como heterosexual, yo tampoco me puedo definir como homosexual. Porque soy muchas más cosas antes que eso. Y como soy muchas cosas antes que eso, a la hora de votar a un partido, o a la hora de votar a un político, me importan muchas más cosas.

Me importan muchas más cosas aparte de las que se refieren al colectivo LGTBIQ+. Colectivo sobre el cual, que yo recuerde, Vox jamás se ha pronunciado. Y a la parte económica yo le doy mucho más peso que a la parte ideológica.

No voy a escribir en este artículo que la parte ideológica no tenga importancia, porque en una sociedad en la que se han perdido todos los valores, en la que ya no importa la vida, en la que ya no importan los principios, y en la que parece que a nadie le importa ya nada, el hecho de que apareciera un partido, así, de repente, que le diera importancia a todo lo que se ha dejado de dar importancia… pues a mí me llamó la atención. Como me llamó también la atención que no intentaran colectivizarme, ni pegarme una etiqueta como si yo fuera un producto a vender.

Porque yo lo digo siempre. Soy homosexualSoy homosexual pero no soy parte de ningún colectivo. Primero soy persona.

Y no pertenezco a ningún grupo selecto. Porque grupo selecto es básicamente lo que es el colectivo LGTBIQ+. Aunque ahora van más allá de ser un grupo selecto. Desde que se cambiaron el nombre, desde que se pusieron como nombre ese interminable abecedario, ya se han convertido directamente en una secta. Una secta en la que yo no entro ni quiero entrar.

«Grupo selecto es básicamente lo que es el colectivo LGTBIQ+»

Por tanto yo le doy importancia a muchas otras cosas, aparte de a mi condición sexual. Le doy importancia a las mujeres y le doy importancia a su seguridad y por eso no me gusta que pongan a violadores en la calle. Le doy importancia a que determinadas personas que vienen a este país alberguen unas ideas que no son precisamente gay friendly. Le doy importancia a que, si fuera por ellos, a mí me colgarían de una grúa. No todo el mundo que llega a este país desde otros países piensa así, por supuesto. Pero los hay que lo piensan y quiero que me protejan a mí de ellos. No quiero que les protejan a ellos y a sus ideas por encima de mi seguridad.

Cuando no importa la economía, cuando no importa la ley, cuando no importa el orden, cuando no importan los valores, a mí no me hace ningún partido cautivo de ningún voto. Mucho menos un partido que me exige que le vote porque hace diecisiete años legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo. Yo no considero que después de diecisiete años les deba nada, ni les tenga que pagar una hipoteca. Porque para una cosa buena que hizo el partido socialista, no veo por qué se la voy a tener que estar pagando diecisiete años después.

Por lo tanto, como yo no considero que tengo una hipoteca que deba pagar, ni tengo que agradecerle nada a nadie, yo voto lo que yo siento como afín, tanto en lo ideológico como en lo económico.

Creo que Vox puede hacer un buen trabajo para defendernos a todos, tanto homosexuales, como heterosexuales, como lo que sea. Y por eso voy a votar a Vox. Simple y sencillo. Yo voto con el cerebro y no con la entrepierna.

Y no, no me convencen cuando dicen que nos van a quitar derechos, porque me parece que la ley trans no aporta nada a mis derechos. Y que es un borrado de las mujeres absoluto. Y que no solo es un borrado de las mujeres, sino que también es un borrado de los homosexuales. Que no solo le niega los espacios públicos a las mujeres, sino que también les niega a muchos niños homosexuales su identidad.

Porque parece que estén empeñados en dirigir a los niños homosexuales para que se auto perciban mujeres. O sea: antes un crío que tenía 12, 14 años, y que atravesaba la típica confusión de la pubertad, que pasan tantos niños, no se convertía en cobaya para un experimento. Simplemente, pues nada, pasaba la pubertad, pasaban las hormonas y ese chico crecía y descubría que era homosexual, que no era una mujer, por muy afeminado que se sintiera o mucha pluma que tuviera. Ahora, con la secta de las letras, al crío de doce años que tiene las hormonas revolucionadas se le puede confundir.

¡Esa sí que es una terapia de conversión! Coges a un niño gay y lo conviertes en una mujer heterosexual. Y por eso digo siempre que la ley trans supone no solo un borrado de las mujeres sino también de los homosexuales.

Y también digo siempre que esa ideología que afirma que si te pones tacones, te dejas el pelo largo y te pintas los labios ya te conviertes en una mujer es lo más machista que se ha concebido jamás.

Otro problema que nos trae la secta de las letras es que si dicen que no existe el género sino el sexo… entonces ya no eres homosexual. Porque el homosexual es el que se siente atraído por su mismo sexo. Sexo. De forma que si ahora llega un hombre trans, una persona nacida mujer que se ha amputado los pechos y se ha inyectado testosterona, pero que sigue teniendo una vagina, y tú, como homosexual, dices que no quieres tener sexo con esta persona, ahora te llaman tránsfobo. Porque quieren que te atraiga el género y no el sexo. Y lo mismo les sucede a las chicas cuando dicen que no quieren tener sexo con un hombre con pene porque son lesbianas. También les llaman tránsfobas y les acusan de no sé cuántas barbaridades. Y no, ¡no crea usted, lector heterosexual, que usted se salva de esta quema! Porque si le viene una mujer trans con un rabo más grande que el suyo y usted no quiere tener algo con ella usted es un tránsfobo. ¡Fantasía!

Voy terminando.

Como les he dicho, me llamo Isaac Parejo, vivo en Vallecas, provengo de un feudo socialista y mi familia era de clase obrera. Mi padre ha sido albañil toda su vida, mi abuelo era albañil y el otro abuelo era pastor. Y voy a votar a Vox.

Y voto a Vox porque creo en la libertad. Y porque creo que Vox trata a todas las personas por igual, independientemente de su orientación sexual, de su nacionalidad, y de lo que tengan entre las piernas.

Y porque todo lo que es realmente grandioso e inspirador solo lo puede crear un país, o lo pueden crear sus habitantes, cuando pueden vivir, amar, trabajar y votar en libertad.

 

 

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