Suiza valoriza sus cloacas
En Suiza, hace algún tiempo, la cooperación del EAWAG (Instituto de Investigación de Ciencias Acuáticas y Tecnología) con 64 estaciones de depuración reveló que en las cloacas helvéticas yacía un potencial tesoro en metales digno de explotación.
Vale decir que la riqueza proverbial de la Confederación, que asociamos con un poderoso tejido industrial de empresas farmacéuticas, agroalimenticias, relojeras, energéticas y de servicios y un sistema bancario donde se refugian las fortunas más sospechosas del planeta, podría incrementarse aún más escarbando los detritus, a medida que se incrementa el uso de compuestos químicos en la medicina moderna y la industria de alta tecnología.
PLANETA VITAL reportó entonces que hasta 69 elementos de la tabla de Mendeleiev habían sido detectados en las aguas negras: el tántalo, el germanio de las partes electrónicas, el niobio y el titanio de las aleaciones y los revestimientos y el gadolinio de la radiología y, si bien podrían parecer insignificantes unos pocos microgramos de oro, indio o zinc o porciones de fósforo, hierro o azufre, se traducían anualmente en un sorprendente maná de tres toneladas de plata, 43 kilos de oro, 1070 kilos de gadolinio, tonelada y medio de neodimio y 150 kilos de iterbio.
La explotación resultaba entonces poco rentable, por ejemplo en el cantón de Jura, donde la industria relojera expulsa elevadas concentraciones de oro, rodio y rutenio; de arsénico, presumiblemente de origen natural, en regiones de Graubünden y Valais, y en el Ticino, donde se detectaron algunos yacimientos auríferos suficientemente cuantiosos para estimular el interés de empresas extranjeras.
Como KEZO, por ejemplo, en la localidad de Hinwil, cantón de Zúrich. Una planta pionera en la recuperación de metales provenientes de la chatarra electrónica. De importancia económica por supuesto, pero también ecológica, que arrancó hace quince años y ahora faena en todo el país en cinco plantas, con dos más en proyecto, para filtrar el oro de todos los residuos urbanos.
Una más funciona en Suecia y otras seis en Italia, basadas en un proceso de incineración que contrae el metal para facilitar su triaje y extrae con un imán todo el metal ferroso, capaz de generar 1.2 toneladas diarias y 540 toneladas anuales de aluminio puro granulado. Con un pequeño contenido aurífero que no es el objetivo principal de la operación sino su mezcla con cobre y paladio.
Y mientras tanto se busca qué hacer con la ceniza sobrante, sepultada en vertederos, que podría utilizarse en la fabricación de cemento y la construcción de carreteras.
Winterthur, octubre de 2023.