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Supervivientes de Auschwitz alertan del auge del antisemitismo y llaman a no repetir el pasado

Una veintena de jefes de Estado ha asistido al acto por el 80 aniversario de la liberación del campo de exterminio

Supervivientes de Auschwitz alertan del auge del antisemitismo y llaman a no repetir el pasado

Imagen del acto de conmemoración por el 80 aniversario de la liberación del campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau. | Europa Press

 

Supervivientes del Holocausto han alertado del creciente antisemitismo y en particular de la vuelta de la «ideología del odio» preconizada por la Alemania nazi entre los «enemigos de la democracia». En el homenaje al 80 aniversario de la liberación del campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau, han hecho un llamamiento a actuar y a evitar que se repita el mismo error del pasado.

Ante más de una veintena de jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos los Reyes de España, y bajo una carpa enorme que cubre la puerta de acceso al campo por la que entraban los trenes con los prisioneros, Leon Weintraub, un médico de 99 años que actualmente reside en Suecia, ha trasladado su dolor al ver «uniformes y eslóganes de estilo nazi en marchas en toda Europa». Este ha lamentado que «los autoproclamados nacionalistas abanderan la misma ideología del odio que los nazis», denunciando que dicha ideología fue la que asesinó a millones de personas.

Así las cosas, ha querido dirigirse especialmente a los más jóvenes, a quienes ha pedido que «sean sensibles ante todas las expresiones de intolerancia y resentimiento hacia quienes son diferentes» por su color, religión u orientación sexual. En este sentido, ha defendido la necesidad de «tomarse en serio lo que los enemigos de la democracia predican», apelando a «evitar los errores» de principios de los años 1939 «cuando el mundo no se tomó en serio los planes de los nazis» contra judíos, gitanos y otros «considerados no aptos para vivir».

Weintraub, quien consiguió escapar de Auschwitz tras conseguir ir a trabajar a otro campo, ha hecho un llamamiento a todos los presentes, entre los que había más de una veintena de jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos los Reyes de España, a que «intensifiquen sus esfuerzos para combatir los puntos de vista que llevaron al genocidio» que precisamente se está conmemorando este 27 de enero, Día Internacional del Recuerdo del Holocausto.

«Nuestra herencia y ADN confirma que solo existe una raza de humanos, el Homo sapiens», ha defendido, incidiendo en que «por tanto, la teoría del racismo, que es un principio fundamental de la ideología nazi, es falsa e incompatible con la realidad» y ha concluido su intervención, la última de los cuatro supervivientes que han tomado la palabra, pidiendo un momento de silencio a los más de 2.000 asistentes.

«Permitir que la memoria de millones de víctimas inocentes se difumine sería el equivalente de robarles sus vidas por segunda vez», ha advertido, en línea con el mensaje que también ha querido hacer llegar Marian Turki, un historiador de 98 años y que llegó a Auschwitz en agosto de 1944, aunque terminaría siendo liberado en Buchenwald.

«Los que vivieron para ver la libertad fueron unos pocos», ha reconocido, y ahora quedan ya solo «un puñado» para poder seguir contando su historia. Turki, que ha tomado la palabra el primero, ha defendido que hay que recordar a «la inmensa mayoría que nunca nos contaron lo que experimentaron y sintieron» porque no sobrevivieron.

Unos 50 supervivientes se han desplazado este 27 de enero hasta Oswiecim, la localidad polaca en la que se construyó el campo de concentración, acompañados por familiares dada su avanzada edad. En total, se estima que unos 1,3 millones de personas fueron deportadas a Auschwitz, de las que 1,1 millones fueron asesinados -cientos de miles de ellos en cámaras de gas–, en su mayoría judíos.

Felipe VI y Letizia, presentes

Conscientes de que esta sea quizá la última ocasión en que quienes consiguieron salir con vida de este horror pueden asistir, casi 60 países han enviado delegaciones, en más de una veintena de jefes de Estado y de Gobierno. La cita ha reunido a la gran mayoría de las casas reinantes europeas, con la presencia de los reyes Felipe VI y Letizia junto a los de Bélgica, Países Bajos y Dinamarca, así como el rey Carlos III de Inglaterra. A su vez, Suecia, Noruega y Luxemburgo han enviado a los herederos.

Además del presidente, Andrzej Duda, y el primer ministro, Donald Tusk, del país anfitrión, Alemania también ha estado doblemente representada por su presidente, Frank-Walter Steinmeier, y su canciller, Olaf Scholz. También han viajado a Auschwitz el presidente francés, Emmanuel Macron, y el italiano, Sergio Mattarella, así como otros varios jefes de Estado europeos.

Vagón del tren

El vagón ha sido el otro gran protagonista de la ceremonia, que ha sido organizada por el Museo Auschwitz-Birkenau en una enorme carpa que ha cubierto la puerta de entrada atravesada por la vía del tren por la que llegaban los prisioneros. Este vagón es concretamente un homenaje a los alrededor de 420.000 judíos deportados desde Hungría hasta el campo.

En uno de ellos llegó Tova Friedman junto a su madre, como ha recordado. Pese a que tenía apenas cinco años, ha asegurado que tiene claros recuerdos de aquel día, en particular que preguntó a su madre por qué los guardias les habían desnudado y les escrutaban, separando a unos de otros. «Buscan enfermedades», le contó, y entonces ella tuvo claro lo que suponía ser uno de los elegidos tras señalarle su madre el humo negro de una chimenea.

Friedman es de las pocas que sobrevivió a las cámaras de gas que los nazis instalaron en este campo, ya que el 7 de octubre, cuando fue introducida en ella esta no funcionó porque había sido saboteada. Además, la imagen que le tomaron los soldados soviéticos junto a otros niños mostrando el número de prisionera tatuado en su brazo se convirtió en uno de los símbolos del horror del Holocausto.

Weintraub también ha querido compartir su experiencia al llegar al campo. Tras la selección en la misma rampa, hubo un «proceso que nos privó de nuestra humanidad», ha recordado, ya que les quitaron toda su ropa y pertenencias, les afeitaron y les desinfectaron. Después, ha añadido, les vistieron con harapos y «así fue como quedamos reducidos a objetos desechables».

 

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