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Temen viajar a Cuba

Pasajeros de American Airlines se bajan del avión en el aeropuerto de la ciudad cubana de Cienfuegos, en el vuelo inaugural de la aerolínea desde Miami, el 7 de septiembre del 2016. AL DIAZ the Miami Herald

Por qué muchos cubanos que abandonaron su país hace años no han regresado nunca? Por los siguientes temores:

1. Miedo a enfermarse. Quizás no sepan que los pasajes incluyen seguro médico. Conviene saber, además, que los hoteles turísticos y los cruceros tienen médico y enfermeras las veinticuatro horas. También tranquiliza la existencia de las llamadas clínicas y farmacias internacionales en las principales ciudades, aunque el pago es en divisa. En general las personas muy achacosas no viajan a Cuba ni a ninguna parte.

2. Miedo a caer preso. Si el gobierno cubano considera “persona non grata” a un viajero, le niega el permiso de entrada, pero no lo espera en el aeropuerto para meterlo en la cárcel. No sucede. De Cuba han salido cubanos que escaparon de la prisión, que emigraron ilegalmente en balsa, que han escrito o hablado críticamente contra el régimen castrista, y sin embargo viajan a Cuba tan campantes. Pero como allá no hay libertad de expresión, quien hable o actúe contra el gobierno, pagará las consecuencias.

3. Temor a actos de violencia. Cuba es uno de los países más seguros del mundo. Hay hurtos, pero rara vez asaltos. En cuanto a represión por parte del gobierno, apenas existe, porque tampoco abundan las manifestaciones contrarias al régimen. En general, los cubanos prefieren emigrar a protestar. Se ven pocos policías y militares por las calles, aunque dicen que los agentes de seguridad del Estado rondan vestidos de paisano. Por la superficie todo aparenta normalidad. Los turistas no advierten nada inquietante. Anualmente visitan el país antillano millones de canadienses, estadounidenses, europeos, suramericanos, asiáticos y cubanoamericanos sin sufrir experiencias desagradables.

4. Temor a respaldar al régimen. En ningún momento los que van a Cuba piensan que su presencia legitima el gobierno. A Cuba han ido los últimos tres sumos pontífices de la Iglesia Católica; no fueron a apoyar al gobierno, sino a llevar un rayo de esperanza a todo el sufrido pueblo y a confirmar en la fe a los cristianos. También hay gente que vacaciona o hace negocios en los Emiratos Árabes, a pesar de ser gobernados por monarquías absolutas. En esos países y en Arabia Saudita pululan los príncipes ociosos, lujuriosos y ladrones que nadan en millones habiéndose apropiado los recursos de sus países, mayormente petróleo. Y sin embargo, no faltan quienes viajen a esos reinos islámicos. Como tampoco faltan los que turistean en China, Vietnam y Egipto, países oprimidos por dictaduras.

Los viajeros a Cuba que no quieran aportar a las arcas del gobierno, pueden hospedarse en casas particulares, moverse en taxis privados, y comer en los restaurantes conocidos como paladares. Así favorecen a los cuentapropistas.

5. Temor a claudicar. En el 2019 la dictadura unipartidista cumplirá sesenta años en el poder a pesar de toda la ira del exilio cubano y del embargo comercial, bien poroso por cierto. Mostrarse airados no cambia la realidad. También hay otro tipo de cubanos que deploran ese triste pasado y el tristísimo presente, pero que prefieren mirar hacia adelante e ir preparando un futuro mejor. De ahí que vayan al país insular en son de comunicación con el pueblo y de colaboración intelectual y cultural con la clase pensante del país. Se podrían mencionar nombres de quienes viajan a Cuba a participar en estudios científicos y culturales. Los hay especialistas en música, historia, ciencias naturales, e infinidad de artes que fomentan el intercambio entre el exterior y el interior. En vez de maldecir la oscuridad, prefieren encender los fosforitos de la intercomunicación.

EDUARDO BARRIOS: Sacerdote jesuita.

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