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Trino Márquez: ¿Entregará Diosdado la Asamblea Nacional?

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Ante lo que parece el inevitable triunfo de la oposición en las elecciones del 6-D, de todos los personajes del régimen, quien probablemente se encuentra en la situación más comprometida es Diosdado Cabello. El  inmenso poder que ha acumulado desde la muerte de Hugo Chávez ha estado asociado a su condición de Presidente de la Asamblea Nacional, la cual ha dirigido como si fuese una encomienda. 

Desde allí ha maltratado a los diputados de la oposición. Ordenó agredir físicamente a María Corina Machado y luego la expulsó del Parlamento. Lesionó a Julio Borges y a William Dávila. Excluyó a la bancada de la Junta Directiva y de la presidencia de todas las comisiones importantes en las que se divide el trabajo parlamentario. Les ha cortado el sonido en numerosas ocasiones a congresistas de la oposición en debates importantes. Ha reformado en varias oportunidades el Reglamento Interior y de Debates para tomar de forma sectaria decisiones que deben ser adoptadas por los dos tercios de los miembros de la Cámara. Ha impuesto arbitrariamente a los miembros de los Poderes Públicos –TSJ, CNE, Fiscalía, Contraloría, Defensoría del Pueblo- despreciando la opinión de los opositores y los principios constitucionales. Ha aprobado las leyes habilitantes introducidas por Maduro, renunciando a la función principal de la Asamblea, que consiste en legislar. Liquidó al Parlamento en tanto espacio para el diálogo, la negociación y los acuerdos, imprescindible en toda democracia   Durante estos años no hay abuso e ilegalidad que no haya cometido. Constituye el emblema de la arbitrariedad.

Su comportamiento caprichoso y su imagen de hombre “duro” no es obra del azar. No es porque el tipo posee mal carácter. Responde a un plan fríamente calculado. El objetivo consiste en demostrar que la revolución no transige, ni pacta con los adversarios. En la nueva sociedad socialista los contendientes deben ser marginados, ignorados y reprimidos. Esa enseñanza proviene del Fidel Castro, mentor intelectual  del proceso bolivariano. Cabello       -junto a otras figuras menos prominentes del régimen- es el policía malo,  responsable de transformar los contrincantes en enemigos a los cuales destruir.

El cogobierno que mantiene con Nicolás Maduro ha sido posible porque ejerce la jefatura de la Asamblea. Como simple diputado jamás habría alcanzado ese status. Habría tenido que refugiarse en el partido y ser uno más de la tropa psuvista. La comandancia de la Asamblea Nacional le ha permitido mantener el pugilato con Maduro y, eliminado el resto de los competidores, ser el otro en la lucha por la nominación presidencial para la campaña de 2018. 

La victoria de la alternativa democrática el 6-D significaría no solo la derrota del chavismo, sino la decapitación de Cabello. Pasaría a ser uno más de los diputados del oficialismo. Carecería de su fuente más importante de poder y de la plataforma que lo mantiene en la liza presidencial. Esto, creo, no le disgusta a Maduro, asediado por la sombra de su rival. Lo que sucede es que la derrota de Cabello tendría un costo muy elevado para el proyecto político que ambos contendientes dirigen.
Cabello se encuentra acorralado. Cada vez se le hace más difícil impedir que las elecciones se realicen. Los focos de perturbación que el régimen ha promovido no han prosperado. Los conflictos con Colombia y Guyana no evolucionan hacia la línea de choque. La crisis económica y social no provoca el estallido que muchos vaticinan. El país está inquieto, pero no desesperado. Los vecinos de América Latina y del Norte ven en diciembre la fecha para que los conflictos se resuelvan y comience el proceso de transición dentro de los márgenes de la democracia. El gobierno explora vías inciertas para enrarecer el clima, sin embargo el 6-D está allí: inamovible.

Cabello: te espera una derrota fulminante y, aunque te resistas, tendrás que salir de la presidencia de la Asamblea Nacional. No te preocupes porque vayas a perder puntos en tu lucha con Maduro. A este lo aguarda el referendo revocatorio.
@trinomarquezc

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