Trump explota el recuerdo del asalto al Capitolio y advierte de que habrá «muerte y destrucción» si finalmente es acusado
El expresidente vuelve a utilizar una agresiva retórica que recuerda a los días previos a la jornada violenta de 2021, donde murieron varias personas
Donald Trump vive de la atención y en la última semana ha conseguido capturar buena parte de ella con su posible imputación en Nueva York por un pago para silenciar un romance extramatrimonial con una actriz porno pocos días antes de las elecciones presidenciales que ganó en 2016.
La semana pasada llamó a sus seguidores a «protestar» por su inminente arresto, que pronosticó que ocurriría el pasado martes. No fue así -el gran jurado convocado por la Fiscalía del distrito de Manhattan todavía tiene que decidir al respecto-, pero logró que toda la prensa y los representantes políticos se dedicaran al futuro legal, penitenciario y político del presidente.
Trump es un experto en mantener en vilo a los medios alrededor de su persona y este viernes lo hizo con una declaración imposible de separar del asalto al Capitolio del pasado 6 de enero. El expresidente y candidato de nuevo a la Casa Blanca en 2024 compartió en la madrugada del viernes, alrededor de la una de la mañana, un mensaje en el que advertía de «potencial muerte y destrucción» si resulta imputado y arrestado. También acusó al fiscal que dirige la investigación, Alvin Bragg, de «psicópata degenerado que odia de verdad a EE.UU.».
El día anterior había declarado, con la misma sombra de violencia, que «nuestro país está siendo destruido y nos piden que seamos pacíficos». Son declaraciones que recuerdan de forma irremediable a las que hacía en los días y semanas previos a la jornada violenta de 2021 en la sede de la soberanía popular, un episodio bochornoso y trágico -fallecieron varias personas- para la democracia más vieja y estable del mundo.
A Trump se le acusó entonces de incitar a la violencia -hay investigaciones de la Justicia al respecto en curso- y ahora ocurre lo mismo. Es evidente que el expresidente es consciente de ello y lo considera una estrategia electoral óptima: centra en él el protagonismo, enardece a sus bases e incomoda a sus rivales republicanos -como el gobernador de Florida, Ron DeSantis–, obligados a condenar al jefe del partido o evitar pronunciarse.
Condena demócrata
Eso es lo que han hecho los principales líderes republicanos este viernes tras la última declaración de Trump. El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, declaró que ya había tratado en anteriores días los llamamientos de Trump a protestas -dijo que no se debería protestar si se produce una imputación y llamó a la «calma»- y no dijo nada más sobre las advertencias de «muerte y destrucción».
El líder de la bancada demócrata en la Cámara Baja, Hakeem Jeffries, no tuvo problema en condenar a Trump, como han hecho otros líderes de su partido. «La retórica del expresidente es temeraria, reprobable e irresponsable», dijo en rueda de prensa. «Es algo peligroso. Si la mantiene, va a conseguir que muera alguien».
«La retórica del expresidente es temeraria, reprobable e irresponsable», denunció el líder de la bancada demócrata en la Cámara Baja, Hakeem Jeffries
Jeffries no dudó en conectar estas advertencias con lo ocurrido en el Capitolio. «Él es el principal responsable de incitar la insurrección violenta que ocurrió el 6 de enero, pero está claro que no ha aprendido la lección».
Quizá sí la ha aprendido. Aquel episodio no deterioró el apoyo de sus bases ni provocó -a pesar de tímidas reacciones iniciales y de algunas excepciones, como la de la diputada Liz Cheney, ahora arrinconada en el partido- que los líderes republicanos le dieran la espalda.
Concentraciones anecdóticas
Los llamamientos a las protestas por parte de Trump el pasado fin de semana no tuvieron mucho eco, excepto concentraciones anecdóticas delante de los juzgados de Nueva York y en su residencia de Florida. Pero sí han logrado devolver al expresidente a la primera plana mediática y todo apunta a que seguirá apretando el acelerador. Este fin de semana ha convocado un mitin en Waco (Texas), un lugar que simboliza los abusos del poder estatal frente a los ciudadanos: ahora se cumplen 30 años del enfrentamiento entre un contingente militarizado del FBI y una secta religiosa que acabó con 86 personas muertas, cuatro de ellos miembros de las fuerzas de seguridad.
Es indudable que Trump utilizará el acto político para lanzar mensajes radicales y calentar todavía más el ambiente antes de que la fiscalía anuncie una decisión sobre su imputación, que se espera para la semana que viene.