Trump planea abolir el derecho a la nacionalidad por nacer en Estados Unidos
El presidente Donald Trump planea acabar, a través de una orden ejecutiva, con el derecho a adquirir la nacionalidad estadounidense a aquellos nacidos en el país de padres extranjeros. Trump ha anunciado esta última medida en su combate contra la inmigración ilegal en una entrevista con la web de noticias Axios, que ha adelantado algunos extractos y la publicará este martes en su integridad. Llega además justo una semana antes de unas elecciones legislativas en las que el republicano maniobra para movilizar a sus bases y evitar el pronosticado auge de los demócratas.
La Constitución estadounidense reconoce desde hace 150 años el derecho a la ciudadanía a los nacidos en suelo estadounidense de padres no nacionales. Acabar con ese derecho es una idea que Trump ya había formulado en algún momento de su carrera política. Pero, debido a que chocaría con el enunciado de la 14ª enmienda, sería difícil de llevar a cabo la medida unilateralmente, e intentarlo desencadenaría un intenso debate constitucional.
“Somos el único país del mundo donde una persona viene y tiene un bebé, y ese bebé es esencialmente ciudadano de los Estados Unidos durante 85 años, con todos los beneficios. Es ridículo. Es ridículo. Y tiene que acabar”, ha dicho el presidente.
Trump explica, en los extractos adelantados de la entrevista, que sus asesores le han indicado que podría hacerlo a través de una orden ejecutiva. El argumento es que la 14º enmienda, defienden, estaba pensada solo para los ciudadanos y residentes permanentes, no para los inmigrantes que están en el país ilegalmente.
El anuncio se produce al día siguiente de que el presidente informara de que va a enviar más de 5.000 soldados a la frontera sur del país para detener el paso a la caravana de buscadores de asilo que recorre México en dirección a la frontera con EE UU. El presidente Trump, que llegó a referirse a los comicios del próximo martes como “las elecciones de la caravana”, ha llevado el tema de la inmigración al centro de la campaña, confiando en que movilice a sus bases para que impidan en las urnas que los republicanos pierdan el control del Congreso.