Trump rechaza posicionarse sobre la ‘solución de dos estados’: «Hablamos de reconstruir Gaza»
Los propios líderes árabes, que acudieron para mostrar unidad alrededor del plan del presidente estadounidense, consideran que no habrá éxito si no se camina hacia un Estado palestino independiente

El presidente estadounidense Donald Trump (C) habla mientras el primer ministro pakistaní Shehbaz Sharif (D) y el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis (I) aplauden durante la cumbre sobre Gaza celebrada en Sharm El-Sheikh (Egipto)
El éxito diplomático formidable logrado por Donald Trump con la materialización del acuerdo que impulsó entre Israel y Hamás para la liberación de rehenes y el alto el fuego en Gaza no oculta la complejidad del panorama que se abre a partir de ahora: el camino difícil a una paz duradera y estable en el polvorín de Oriente Próximo
El propio presidente de EE.UU. ha dejado claro en su viaje histórico y frenético a Israel y Egipto que se quiere centrar más en celebrar lo primero y no tanto en los detalles del recorrido que queda por delante. La siguiente fase de su propio proceso de paz de ’20 pasos’, el que anunció la semana pasada como parte del acuerdo alcanzado, está llena de curvas y de asuntos que pueden despertar diferencias difíciles de solventar: una transición política en Gaza con un Gobierno de tecnócratas palestinos con la supervisión de un ‘Consejo de Paz’ con líderes internacionales; el establecimiento de fuerzas armadas de estabilización, también con presencia internacional; el complejo desarme y desmantelamiento de Hamás; y, en el horizonte, la autodeterminación de los palestinos y la creación de un Estado palestino.
Trump no ha dejado que esas complejidades que pueden provocar grietas en el apoyo de países árabes a su plan afecten a su éxito. Pero en el vuelo de vuelta de Egipto a Washington, un reportero preguntó al presidente de EE.UU. sobre las declaraciones de un actor clave, el presidente de Egipto, Abdel Fatah Al Sisi, mediador en las negociaciones y anfitrión en la firma del acuerdo, que declaró que es necesario que el plan lleve a la «implementación de la solución de los dos estados». Es decir, la fórmula de un estado israelí y otro palestino, independientes, diseñada por la ONU desde la creación de Israel desde 1948, apoyada por la mayoría de la comunidad internacional y que ha tenido un impulso reciente con la oleada de reconocimientos de Palestina como estado por parte de socios occidentales de Israel.
«Yo estoy hablando de otro plan, de algo muy diferente», esquivó Trump, sabedor de que su abrazo a esa solución sería una bofetada para el Gabinete del primer ministro Benjamin Netanyahu, donde se alojan partidos políticos para los que un Estado palestino es inasumible. «Lo que estamos hablando es de reconstruir Gaza. Yo no hablo de un estado o de dos estados».
«A mucha gente le gusta la solución de un estado. Otros prefieren la solución de dos estados. Tendremos que ver, yo no he comentado sobre eso», se limitó a decir.
Pero los propios líderes árabes, que acudieron para mostrar unidad alrededor del plan de Trump, consideran que no habrá éxito si no se camina hacia un Estado palestino independiente. Lo dijo Al Sisi, pero también el rey Abdalá II de Jordania. En una entrevista con la cadena BBC, el monarca hachemita defendió que el proceso está «destinado al fracaso» si no se avanza en ese objetivo. De momento, Trump está despejando esa pelota y dedicado a celebrar el gol diplomático de liberar a los rehenes y lograr en ansiado alto el fuego en Gaza. «Ha sido increíble, fantástico, nunca se ha visto nada así», dijo sobre su acuerdo.